Así tratan de adaptarse los mejores rincones naturales de España al cambio climático
Nuestras reservas de la biosfera, espacios protegidos que acogen algunos de los ecosistemas más representativos de nuestra naturaleza, incorporan medidas de ajuste
El cambio climático ya está teniendo sus impactos directos y visibles en la biodiversidad: tanto de montaña como en el medio marino, en bosques y agricultura. Las reservas de la biosfera, una figura de protección designada por la Unesco, están adaptándose a una realidad que viven cada día: el calentamiento de sus ecosistemas. El programa Adaptasaludea de Europarc-España cuenta con varios ejemplos.
Los ecosistemas de montaña se están viendo afectados por el cambio climático y, para adaptarse de la mejor forma, en las reservas de la biosfera de Ordesa-Viñamala (Huesca) y Valles de Omaña y Luna (León) abrieron un proceso de participación social que concluyó con el Plan de Acción para la Adaptación al Cambio Climático en cada uno de los espacios. El plan incluye 36 acciones concretas como, por ejemplo, la recuperación de ibones o manantiales, pastizales y prados de siega; el uso de ganadería extensiva con razas autóctonas; la recuperación del conocimiento tradicional y acercamiento de la reserva de la biosfera a los programas curriculares de los colegios de la zona.
En la reserva de la biosfera y Parque Natural del Montseny quieren favorecer la resiliencia de las encinas y hayas ante el cambio climático y se adaptan mediante diversificación de distintos rodales; potenciando las masas mixtas; eliminando el pino silvestre, una especie fuera de su zona de distribución; favoreciendo la presencia de abeto y saúco rojo, y con apertura de claros y generación de madera muerta.
En la reserva de biosfera Mariñas Coruñesas e Terras do Mandeo, han apostado por la promoción de una agricultura de proximidad y ecológica, recuperando tierras abandonadas para la prestación de servicios ecosistémicos y la producción de alimentos y su comercialización en circuitos cortos locales. En los últimos cinco años, se ha dado formación a más de 400 personas desempleadas, permitiendo la incorporación de 130 personas al mercado laboral mediante iniciativas emprendedoras.
Además, se han recuperado 40 variedades locales conservadas en bancos de semillas de centros públicos de investigación y 17 explotaciones han incorporado medidas para fomentar la biodiversidad agraria, como la instalación de 33 cajas nido para aves, 18 refugios de murciélagos y ocho hoteles de insectos.
En la Reserva Marina de las Islas Columbretes, se ha constatado un aumento medio de la temperatura anual y estival de 0,7 °C y 1 °C, respectivamente, en los 24 años estudiados, mientras que la frecuencia de las anomalías térmicas durante el periodo estival ha aumentado de manera significativa desde 2003.
La reserva de Columbretes se creó para proteger los recursos pesqueros y según los estudios realizados, más del 50 % de la superficie del coral bioindicador autóctono Cladocora caespitosa en la bahía de L'Illa Grossa ha muerto tras las los eventos de mortalidad masiva ocurridos a partir de 2003 y está directamente asociado al calentamiento del agua.
En el Parque Nacional de Monfragüe saben que el contacto con la naturaleza favorece la salud física y mental y por eso llevan desde 2020 con un programa de rutas para centros escolares. Durante las rutas con monitor, los chavales conocen los valores naturales y culturales de este espacio protegido y se fomenta la participación en la solución de los problemas medioambientales del planeta como el cambio climático y la biodiversidad.
En la Reserva Natural de Sebes, situada en el meandro del Ebro a su paso por en Flix (Tarragona), han querido acercar a la naturaleza a personas mayores de la comarca y personas con discapacidad psíquica. Los docentes y los equipos de residencias constatan que ambos grupos esperan intensamente la llegada de esta actividad, que disfrutan muchísimo del contacto con la naturaleza y que en los días siguientes a la visita constatan un reavivamiento emocional de los participantes.
En las visitas de una mañana a este espacio natural, los asistentes desarrollan talleres de reconocimiento de especies y de recogida de aceitunas, visitan un molino de aceite y están en contacto con la naturaleza y con los caballos de la Camarga que se introdujeron hace unos años para favorecer la biodiversidad de este valioso humedal.
El cambio climático ya está teniendo sus impactos directos y visibles en la biodiversidad: tanto de montaña como en el medio marino, en bosques y agricultura. Las reservas de la biosfera, una figura de protección designada por la Unesco, están adaptándose a una realidad que viven cada día: el calentamiento de sus ecosistemas. El programa Adaptasaludea de Europarc-España cuenta con varios ejemplos.
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