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"No se está cumpliendo lo que se acordó en París y cada vez queda menos margen"
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recorrerán 200 kilómetros a pie

"No se está cumpliendo lo que se acordó en París y cada vez queda menos margen"

Activistas de Ecologistas en Acción, Extinction Rebellion y la Alianza por la Emergencia Climática han emprendido la marcha por la que pretenden presentarse, a pie, en la COP26 que tendrá lugar en Glasgow en noviembre

Foto: Marcha de Extintion Rebellion en Londres. (Reuters)
Marcha de Extintion Rebellion en Londres. (Reuters)

Más de una semana y 200 kilómetros a pie acercan a nueve activistas climáticos españoles a su meta: la cumbre del clima de Naciones Unidas que tendrá lugar en Escocia entre el 1 y el 12 de noviembre. La Marcha a Glasgow, una suerte de peregrinación por los objetivos del Acuerdo de París —limitar el calentamiento a 1,5 ºC o 2 ºC para finales de siglo— es una iniciativa que surgió en Zaragoza e impulsada por Ecologistas en Acción, Extinction Rebellion y la Alianza por la Emergencia Climática.

La iniciativa comenzó el 28 de septiembre en la Plaza Arriaga de Bilbao y, el 2 de octubre, una vez atracó en Portsmouth el barco en el que viajaban los ambientalistas, pusieron rumbo a Escocia.

"Nosotros nos estamos recorriendo entre 30 y 40 kilómetros al día. No recuerdo la última vez que he estado tan cansado"

La ruta, ya trazada previamente en la planificación del proyecto, está pensada para durar un mes entero a una media de 30 kilómetros por día. Recorre ciudades como Oxford, Sheffield, Leeds, Newcastle o Edimburgo, además de pueblos de las llamadas 'Tierras Medias' de Inglaterra, como Banbury.

Los organizadores prepararon la marcha durante 22 meses, pues en principio pensaban realizarla en 2020, cuando debía celebrarse la COP26 que finalmente se aplazó a 2021 por la pandemia. En ese tiempo, contactaron con organizaciones ecologistas como Greenpeace o Amigos de la Tierra, además de colectivos de Extinction Rebellion situados en los municipios que visitan. Estos han alertado a sus redes locales para que reciban a los caminantes, que antes de partir se hicieron pruebas PCR, se vacunaron para minimizar riesgos y continúan realizándose test de antígenos cada semana.

placeholder Manifestación medioambientalista en Zúrich. (Reuters)
Manifestación medioambientalista en Zúrich. (Reuters)

Al terminar sus etapas, los nueve activistas de entre 30 y 72 años son acogidos por lugareños que además les han preparado la comida y ofrecido té, pulseras u otros servicios. "Se han volcado con nosotros" asegura Carlos Buj, uno de los marchantes e integrante de Extinction Rebellion. "Hasta el mecánico nos invitó al arreglo de la furgoneta", cuenta. Buj explica que llevan una furgoneta, que se turnan para conducir, para poder encargarse de gestiones de lavandería o de las tareas de comunicación, por ejemplo. "Tenemos el tiempo muy justo", señala.

Relatan sus pasos según avanzan en la ruta en un cuaderno de bitácora incluido en su página web. En ella, comparten anécdotas y reflexiones de cada día. Uno de los obstáculos con los que se han topado ha sido la falta de combustible que experimenta Reino Unido como consecuencia de la falta de mano de obra, que les obligó a invertir horas en busca de gasolina. También se les estropeó el coche y tuvieron que alquilar otro durante un día o sufrieron la falta de comunicación a causa de la caída masiva de WhatsApp, Facebook e Instagram.

Foto: El secretario general de la ONU, António Guterres. (Reuters)

Este tipo de imprevistos les recordó su propia dependencia de la tecnología y de los combustibles fósiles, así como "la fragilidad de nuestro modo de vida". "Cualquier pequeño contratiempo puede acabar con nuestro modo de vida, como ha demostrado el covid. La emergencia climática traerá mayores impactos ecológicos, económicos y sociales y todo parece indicar que tendremos serias dificultades para afrontarlos", escribe Carlos López en el blog del proyecto.

También han reparado en la configuración del espacio en Reino Unido, y especialmente en estos municipios, como Winchester, cuentan con un modelo urbanístico extensivo, en mancha de aceite, que obliga a sus ciudadanos a desplazarse en coche. Esa estructuración del territorio, reflexionan, revierte en un aumento del consumo de combustible y, por ende, de la huella de carbono y la contaminación atmosférica.

"Es una población muy discriminada", comenta Buj. Al otro lado del teléfono se oyen los coches circulando por una carretera, donde Buj y el resto del grupo camina. "Es un país muy adicto al coche", juzga.

Se trata del único grupo de activistas españoles que viaja a pie hacia la cumbre del clima, pero en paralelo hay otras marchas similares que recorren trayectos alternativos. Uno de ellos es Camino to COP26, organizado por el grupo de Extinction Rebellion en Reino Unido. Ellos caminan durante dos meses, aunque a un ritmo inferior.

Foto: Protestas en defensa del medioambiente en EEUU. (Reuters)

"Nosotros nos estamos recorriendo entre 30 y 40 kilómetros al día. No recuerdo la última vez que he estado tan cansado", apunta Carlos Buj, aunque aclara que, en su caso, todos los caminantes habían entrenado para evitar lesiones y soportar el ritmo.

Con este ejercicio simbólico, su intención principal es atraer la atención del público sobre la urgencia de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y frenar el calentamiento global. El esfuerzo es parte de su mensaje: "No se está cumpliendo lo que se acordó en París y cada vez queda menos margen", denuncia este activista, que considera que, en lugar de "esperar a ver si lo hacen bien", los ciudadanos "no podemos permitir que lo hagan mal".

placeholder El ministro británico Alok Sharma, presidente de la COP26 en un evento de preparación en Milán. (Reuters)
El ministro británico Alok Sharma, presidente de la COP26 en un evento de preparación en Milán. (Reuters)

En cada casa que se ofrece a recibirles, se alojan dos activistas, aliviados por tener una ducha, conexión a internet, un lugar donde descansar y comer. Allí cenan y charlan con sus anfitriones, y dibujan en el mapa los detalles de la próxima etapa. Al día siguiente, vuelven al camino a las 8 de la mañana.

Una vez en Glasgow, participarán, junto a otras personas que llegarán en bicicleta, en la "contracumbre" del clima, los encuentros organizados por los movimientos sociales escoceses y que ocurrirán al mismo tiempo que la cumbre oficial de Naciones Unidas. Pero su presencia allí no será tan significativa, matiza Buj, lo importante es el camino.

Más de una semana y 200 kilómetros a pie acercan a nueve activistas climáticos españoles a su meta: la cumbre del clima de Naciones Unidas que tendrá lugar en Escocia entre el 1 y el 12 de noviembre. La Marcha a Glasgow, una suerte de peregrinación por los objetivos del Acuerdo de París —limitar el calentamiento a 1,5 ºC o 2 ºC para finales de siglo— es una iniciativa que surgió en Zaragoza e impulsada por Ecologistas en Acción, Extinction Rebellion y la Alianza por la Emergencia Climática.

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