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La crisis climática nos obliga a cambiar la forma de cultivar la tierra
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La crisis climática nos obliga a cambiar la forma de cultivar la tierra

Incluso en los mejores escenarios, aquellos en los que seguimos dentro de los límites del Acuerdo de París, nuestra agricultura está en peligro. Si los excedemos, corremos el riesgo de quedarnos sin herramientas para seguir cultivando la tierra

Foto: Los cambios climáticos afectarán a la forma que tenemos de conseguir alimentos. Unsplash/@johnnygoerend
Los cambios climáticos afectarán a la forma que tenemos de conseguir alimentos. Unsplash/@johnnygoerend

Incluso en los mejores escenarios aprobados por el Acuerdo de París, los que nos permitirían contener el calentamiento global por debajo de los 1,5ºC, la forma en la que cultivamos la tierra tiene que cambiar pues, a pesar de ser uno de los ámbitos desde los que más hemos contribuido a desencadenar la actual crisis climática, la agricultura es a su vez uno de los que más están sufriendo sus consecuencias.

Debido a ello el sector se encuentra ante uno de los mayores desafíos de su historia, al tener que enfrentarse a incrementos de la temperatura global que, dependiendo del escenario, pueden estar comprendidos entre los 1,4 ºC y los 3,9 ºC. Así se explica en un nuevo estudio llevado a cabo por el Doctor Florian Zabel y su equipo de la Ludwig‐Maximilians‐Universität en la ciudad de Múnich, en Alemania.

"Existen algunas áreas del planeta donde esta adaptación necesaria no será posible debido a cambios en las precipitaciones"

En su trabajo científico los investigadores detallan que este proceso de adaptación requerirá el uso de especies locales adaptadas a las nuevas condiciones climáticas. Los científicos diseñaron 4 modelos diferentes (con diversos rangos de aumento de las temperaturas) y analizaron cómo cada uno de ellos afectaba a la producción global de maíz, arroz, soja y trigo y, al mismo tiempo, cómo las especies locales podrían disminuir las pérdidas que supondría el calentamiento global.

El propio autor de la investigación, el doctor Florian Zabel comenta: "Nuestros resultados muestran que, al menos en los mejores y más leves escenarios de cambio climático, podremos adaptarnos, gracias a estas nuevas especies, eficientemente; tanto que podríamos aumentar las cosechas mundiales hasta un 20%".

El extremo es mucho más peligroso

Esa capacidad de adaptación que tenemos en este momento para convertir nuestros cultivos en eficientes (antes de alcanzar ese famoso grado y medio de calentamiento) podría verse comprometida si superamos esa línea roja. Según el estudio, si cumplimos el Acuerdo de París, las simulaciones realizadas sugieren que hasta el 85% del área cultivable del planeta podría sobrevivir utilizando especies que ya se explotan y están disponibles.

Pero según la temperatura aumenta, explican, la cantidad de especies locales capaces de sobrevivir a ese cambio climático se reduce, por lo que serán necesarias nuevas variedades con capacidad de adaptarse a las nuevas condiciones climáticas locales. El problema es que la cantidad de especies 'alternativas' se reduce más y más según se van sumando grados al termómetro.

placeholder Cultivos de Arroz. Este es el tercer cultivo más producido del mundo. Unsplash/@hoachld
Cultivos de Arroz. Este es el tercer cultivo más producido del mundo. Unsplash/@hoachld

"En el peor de los escenarios, casi el 40% de la superficie laborable del planeta requeriría nuevos cultivos", explica el investigador. Y continúa: "Algunas de esas especies deberían tener características que no existen todavía".

Y la lista de problemas no acaba ahí. El calentamiento global no trae de la mano únicamente el aumento de las temperaturas, sino también cambios en los patrones climáticos. "Existen algunas áreas del planeta donde esta adaptación necesaria no será posible en ninguno de los casos, dado a cambios en las precipitaciones y las posibles sequías que son cada día más probables", explica Florian Zabel.

Foto: Foto: Unsplash/@zburival.

Los investigadores también aclaran que, según sus modelos, determinadas áreas como Europa, Rusia y China podrían beneficiarse mucho de las especies locales de cultivo, mientras que en otras como Turquía, el noreste de Brasil, Texas, Kenya y algunas partes de la India, las simulaciones predicen que la adaptación de nuevos cultivos "tendrían poco o ningún efecto en las cosechas, debido a la reducción del agua disponible".

Esta es la razón por la que los autores del estudio creen que es necesario crear nuevas especies de cultivos que sean capaces de hacer frente a los desafíos climáticos que nos esperan. Una de las opciones, explican, es 'la mezcla': "La hibridación tradicional efectiva es un proceso que lleva años que no tenemos, mientras que otros novedosos métodos como la hibridación artificial (los transgénicos) podrían ayudar a desarrollar las especies resistentes necesarias que estén adaptadas a las condiciones particulares de cada zona", apostilla Florian Zabel.

Incluso en los mejores escenarios aprobados por el Acuerdo de París, los que nos permitirían contener el calentamiento global por debajo de los 1,5ºC, la forma en la que cultivamos la tierra tiene que cambiar pues, a pesar de ser uno de los ámbitos desde los que más hemos contribuido a desencadenar la actual crisis climática, la agricultura es a su vez uno de los que más están sufriendo sus consecuencias.

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