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Las renovables se disparan en plena crisis por la pandemia
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Las renovables se disparan en plena crisis por la pandemia

El cambio de modelo energético está aquí. Las energías limpias son cada vez más competitivas y eficientes. Los datos lo dejan claro: la transición ecológica no supone una crisis económica, más bien lo contrario

Foto: Foto: EFE.
Foto: EFE.

El año 2020 pasará a la historia como el de la pandemia del covid-19, un año que ha dejado tras de sí un sinfín de malos (y muy malos) momentos. Sin embargo, hemos podido observar fenómenos que habría sido imposible en cualquier otro momento: como que durante el confinamiento de los meses de marzo y abril, la famosa 'boina' de contaminación que se había vuelto tan habitual para los madrileños desapareció. La calidad del aire alcanzó en ese periodo unos niveles de excelencia desconocidos, lo que debería llevarnos a reflexionar sobre la relación directa entre el actual modelo de movilidad urbana y la contaminación a que nos expone.

Otro dato que nos deja 2020 es el del espectacular aumento de las energías renovables, cuyas cifras de generación rompieron todos los récords. La cantidad de energía obtenida mediante fuentes respetuosas con el medioambiente (en particular, eólica y solar), según explican desde la International Energy Agency, alcanzó los 200 GW por primera vez en la historia y, contando también el resto de renovables, la producción aumentó un 7% con respecto al año anterior. Y no solo eso: la inversión que se ha realizado durante el año 2020 en la generación de este tipo de energías y en la transición ecológica también aumentó, hasta alcanzar la cifra de 501.000 millones de dólares, un 9% más que en 2019, según informan desde BNEF.

En Europa, se vendieron 1,2 millones de vehículos eléctricos, casi la mitad del total mundial

España destacó en energía solar, principalmente porque es el mercado solar sin subvenciones más atractivo de Europa. Las inversiones en energía solar durante el año 2020 supusieron un 'encargo' de 2,9 GW, cuatro veces más que en 2019. Por su parte, otros competidores de la unión comparables a nuestro país, Alemania e Italia, solo añadieron 297 MW y 285 MW respectivamente, lo que supone un 9,8% del total español.

Por otra parte, la venta de vehículos eléctricos también experimentó un crecimiento sin precedentes, a pesar de que gran parte de la población mundial estuvo durante varios meses confinada en su casa. A pesar de esto, se trata de un dato agridulce. En total, se vendieron 2,8 millones de coches eléctricos, un 33% más que el año anterior. Casi la mitad de esas unidades fue adquirida en China (1,3 millones), mientras que la Unión Europea se quedó a muy poco de alcanzar al gigante asiático, con 1,2 millones (de todos modos, hay que destacar que esta cifra supone un aumento del 114% con respecto al año anterior). La mala noticia es que Estados Unidos se quedó muy atrás con respecto a las otras dos principales potencias mundiales en este aspecto: solo 348.000 unidades vendidas.

Este es un cambio que no se va a detener, sobre todo si tenemos en cuenta la multitud de políticas antigasolina que se están implantando alrededor del mundo. Según datos del International Council on Clean Transportation, hasta 17 países de todo el mundo, entre los que se encuentra España, han anunciado prohibiciones y restricciones a la gasolina o al diésel.

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Foto: Unsplash/@studiodenley.

El alcance de las medidas que se están tomando queda patente dadas las políticas de algunos estados de Estados Unidos (uno de los mayores defensores de la gasolina), donde California, Nueva Jersey y Massachusetts han anunciado medidas para reducir progresivamente la venta de coches de gasolina hasta 2035. Canadá, por su parte, ha dado un paso más allá. Quebec ha prohibido las ventas de nuevos vehículos de gasolina para ese mismo año, con el objetivo de alcanzar en 10 años el millón y medio de coches eléctricos en sus carreteras.

Esto ya no es una discusión de si deben tomarse medidas o no, o si los sacrificios que vamos a tener que hacer merecen la pena o no. El cambio está llegando, se están invirtiendo ingentes cantidades de dinero en lo que es, nos guste o no, el futuro. Al igual que la industria dejó de utilizar la máquina de vapor como su principal fuente de energía y la sustituyó por otros métodos más baratos y mejores (como los hidrocarburos y la electricidad), es solo cuestión de tiempo que resulten tan rentables para todos (sobre todo para el medio ambiente) las energías renovables y los coches eléctricos que cualquier otra opción sea impensable.

El año 2020 pasará a la historia como el de la pandemia del covid-19, un año que ha dejado tras de sí un sinfín de malos (y muy malos) momentos. Sin embargo, hemos podido observar fenómenos que habría sido imposible en cualquier otro momento: como que durante el confinamiento de los meses de marzo y abril, la famosa 'boina' de contaminación que se había vuelto tan habitual para los madrileños desapareció. La calidad del aire alcanzó en ese periodo unos niveles de excelencia desconocidos, lo que debería llevarnos a reflexionar sobre la relación directa entre el actual modelo de movilidad urbana y la contaminación a que nos expone.

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