Ecix lanza al mercado el primer ChatGPT jurídico que redacta contratos y demandas
La firma que lidera Álvaro Écija crea una herramienta "pionera" dirigida a bufetes y asesorías jurídicas que, por 50 euros mensuales, resuelve dudas y analiza y redacta documentos legales
A falta de confirmar si, como muchos pronostican, la inteligencia artificial (IA) es un auténtico game changer de la abogacía, empiezan a aparecer las primeras aplicaciones prácticas de una tecnología que supondrá una importante revolución para la prestación de los servicios jurídicos. Adelantándose a algunos competidores, la firma Ecix Group lanza al mercado MIAbogado, una suerte de ChatGPT legal dirigido a despachos y asesorías de empresa —no a cliente final—, que permitirá a los profesionales resolver consultas, analizar textos de todo tipo y, quizá lo más importante y novedoso, redactar cualquier tipo de documento jurídico, desde un contrato de arrendamiento hasta un acuerdo de confidencialidad, pasando por una querella por acoso laboral.
La herramienta tendrá un coste para sus usuarios de 50 euros mensuales. Con esta solución, subrayan desde Ecix, tanto abogados externos como in house tendrán a su disposición una solución que les ahorrará tiempo "para ser más productivos y rentables" y les permitirá hacer frente al incesante incremento de su trabajo "sin hacer crecer sus equipos".
Como asistente virtual, MIAbogado está entrenado para tres tipos de tareas sobre cualquier materia —laboral, fiscal, mercantil, penal, etc.— y en cualquier idioma. En primer lugar, resuelve consultas jurídicas, bien sean preguntas del usuario, bien analizando escritos o documentos que se introduzcan en la aplicación. En segundo término, analiza cualquier texto legal —o una multiplicidad de ellos en tiempo reducido—, bastando para ello que se suba el documento a la herramienta o bien dándole acceso al repositorio en el que este se encuentre. Una vez en contacto con el texto, MIAbogado detecta el marco normativo al que se encuentra sujeto, lo estudia y elabora una valoración jurídica, detectando si existe en él algún error u omisión.
Finalmente, la tercera funcionalidad del robot de Ecix, y la que la diferencia de otros proyectos destinados a su comercialización puestos sobre la mesa en los últimos meses, es la redacción de cualquier tipo de documento legal. Después de que el usuario le solicite, de forma oral o escrita, que elabore un modelo de escrito, la aplicación hará una serie de preguntas para poder concretarlo y cumplimentarlo. Una vez completo, este será exportable. Según estiman desde la firma, la precisión con la que trabaja MIAbogado es del 90%, "una gran proporción", explican, que irá en progreso en los próximos años.
MIAbogado es el resultado de un proyecto de más de seis años de investigación, desarrollado por Ecix en colaboración con la facultad de Matemáticas de la Universidad Complutense de Madrid. En 2022, el desarrollo vio la luz como MIA, una aplicación especializada en el ámbito del cumplimiento, pero que con entrenamiento ha logrado extender sus habilidades a otros ámbitos del derecho, disciplinas y funciones. Hasta este año, la inversión acumulada en esta herramienta es de casi 4,9 millones de euros, completándose con 5,8 en los próximos dos; casi 10,7 millones en total.
Álvaro Écija, socio director de Ecix Group, indica que MIAbogado será "una solución asequible" y que, sin instalación de ningún tipo, ofrecerá "todas las garantías de seguridad" a sus usuarios. "A día de hoy, se trata de una tecnología disruptiva, pues no hay nada similar por el momento, aunque estamos seguros de que aparecerán soluciones similares", indica Écija, que no duda en señalar que la IA "marcará un antes y un después en la prestación de servicios legales". Eso sí, frente a suspicacias, el letrado subraya que su herramienta "no viene a quitar el trabajo a los abogados, igual que las ecografías no se lo quitaron a los médicos, pero es obvio que hoy los médicos con tecnología pueden hacer mejor y más rápido su trabajo. No tenemos dudas de que esto se replicará en el sector legal".
Para lograr las funcionalidades descritas, detallan desde Ecix, MIAbogado se compone de varios módulos que combinan varias tecnologías. En un primer momento, la herramienta aprendió a base del análisis de sanciones y, a partir de ahí, poder establecer probabilidades e impactos esperados por incumplimientos de cada norma y artículo. En una etapa posterior, se emplearon modelos basados en lenguaje natural para la clasificación de documentos y la evaluación de su nivel de cumplimiento respecto de las exigencias normativas. Todo ello, con un continuo entrenamiento y actualización para mantenerse al día con los datos más recientes en cada momento, incorporando, además, los últimos avances en el procesamiento basado en lenguaje natural (PLN).
"El sector legal es de corte clásico y los avances en materia tecnológica precisan de un tiempo de adaptación", reflexiona Álvaro Écija, que prevé que "la primera impresión" será la del "escepticismo", pero se muestra convencido de que "en un futuro próximo, menos de cinco años, todos los abogados contarán con herramientas como MIAbogado para hacer más fácil su trabajo y poder aportar más valor añadido". Una utilidad que cree que valorarán tanto abogados de despacho como los profesionales de las asesorías jurídicas.
A falta de confirmar si, como muchos pronostican, la inteligencia artificial (IA) es un auténtico game changer de la abogacía, empiezan a aparecer las primeras aplicaciones prácticas de una tecnología que supondrá una importante revolución para la prestación de los servicios jurídicos. Adelantándose a algunos competidores, la firma Ecix Group lanza al mercado MIAbogado, una suerte de ChatGPT legal dirigido a despachos y asesorías de empresa —no a cliente final—, que permitirá a los profesionales resolver consultas, analizar textos de todo tipo y, quizá lo más importante y novedoso, redactar cualquier tipo de documento jurídico, desde un contrato de arrendamiento hasta un acuerdo de confidencialidad, pasando por una querella por acoso laboral.