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Los abogados españoles, ante la inteligencia artificial: así afectará a su trabajo

Por EC Brands

En tan solo unos meses, la inteligencia artificial generativa ha puesto patas arriba los despachos y oficinas de todo el mundo. La irrupción de modelos de lenguaje como ChatGPT y la generalización de su uso están afectando a casi todas las profesiones intelectuales. También al mundo legal. Pero, más allá de asignarle tareas repetitivas ¿qué puede hacer esta tecnología por los abogados y asesores legales? ¿Es capaz de redactar, reflexionar o argumentar? ¿Qué nuevas posibilidades se abren en un entorno tan basado en el conocimiento y cómo deben adaptarse los profesionales?

En muchos casos, la tarea de dilucidar estas cuestiones recae sobre los perfiles más técnicos de cada compañía. Es el caso de Alberto Galán, CTO de Deloitte Legal, quien reconoce que, precisamente, “el mayor impacto que van a tener estas tecnologías en el día a día es en el área de gestión del conocimiento y, por lo tanto, supondrán una transformación de la manera en que los abogados accederán y prestarán servicios”. Así se lo transmite a María de la O Martínez, directora de Innovación de Lefebvre Sarrut, en una nueva entrega de las conversaciones Actitud Tech, la iniciativa que ayuda a esta compañía de software y contenido jurídico a debatir y reflexionar sobre transformación digital y tecnología en diversos sectores empresariales.

En opinión del experto, “el acceso a la información está cambiando. Hasta el momento, un letrado tenía que documentarse, por ejemplo, leyendo numerosas sentencias en papel. Gracias a la IA, a partir de ahora, se relacionará con el conocimiento a través de un ‘prompt’ —anglicismo con el que se conoce a las instrucciones concretas que deben darse al modelo de lenguaje para obtener los mejores resultados—. Seguirá siendo abogado, por supuesto, pero tendrá que familiarizarse con esta forma de trabajar”, destaca Galán. Y con él coincide Martínez y apunta que “igualmente en Lefebvre estamos aplicando estas oportunidades porque la IA ofrece respuestas veraces, actualizadas y cita fuentes. Al mismo tiempo, aporta herramientas que hasta ahora eran impensables, como la redacción de documentos, el análisis de cláusulas o la comparación de contratos, por ejemplo”, precisa.

El CTO de Deloitte Legal tiene claro que “ya se están comenzando a borrar las líneas entre las diferentes áreas de conocimiento en el mundo legal y, al mismo tiempo, todos tenemos acceso a una misma tecnología o similar. La clave diferencial será aplicarla sobre nuestras estructuras particulares para transformar nuestros servicios y generar valor para el cliente”. En el caso del despacho de abogados, “si juntamos la amplia experiencia que tiene nuestra firma en España con toda la que posee en el ámbito global, tenemos un enorme volumen de información. Esto nos da una oportunidad privilegiada para crecer rápido. El resultado, de nuevo, tiene una consecuencia directa sobre el valor en la prestación de servicios”, subraya, y añade que “esto exige entender el alcance para estructurar bien los proyectos”.

De esto último saben mucho en Lefebvre, tal y como señala Martínez: “Desde 2019, nosotros ya trabajábamos con inteligencia artificial generativa, por lo tanto, los departamentos ya estaban bien preparados cuando llegó el tsunami y por eso hemos podido lanzar productos muy rápidamente”. La directora de Innovación del grupo enfatiza que “esta tecnología está empezando a la vez en todos los países y eso nos permite compartir experiencias. Por esta razón, estamos planteando concursos para identificar nuevos casos de uso internos o con clientes, así como para optimizar los procesos”. De hecho, la compañía está preparando un hackathon, que tendrá lugar en los próximos meses, precisamente para crear, desarrollar y descubrir nuevos casos de uso de esta tecnología.

Respecto a la compartición de información, Galán coincide en que enriquece puesto que permite poner a disposición de los abogados abundante información que les de utilidad para prestar un mejor servicio al cliente sobre la base de un conocimiento mucho más amplio y enriquecido. “Es una oportunidad tremenda porque, además de ampliar y compartir conocimiento, nos permitirá homogeneizar muchos procesos de trabajo”.

La clave será aplicar la IA para transformar nuestros servicios y generar valor para el cliente

Tradicionalmente, uno de los hándicaps a los que se han tenido que enfrentar los servicios jurídicos a nivel internacional es la lengua utilizada en cada área geográfica. “Esta es una de las tecnologías que más está contribuyendo a romper las barreras idiomáticas. Nos permite trabajar en cualquier parte del mundo, con cualquier oficina o despacho, sin preocuparnos de la brecha que generan las traducciones. Por fin podremos romper esa dependencia idiomática”, se jacta Galán.

En definitiva, “todo, desde el acceso al conocimiento, hasta la compartición del mismo, pasando por el uso que haga cada profesional de esta tecnología, tiene que asentarse”. En este sentido, Galán concluye que “cuando pasen estos primeros años, podremos valorar qué proyectos tienen realmente retorno. La IA generativa ha llegado para quedarse y transformará la prestación de servicios jurídicos durante los próximos 15 o 20 años, pero no hay que tener prisa. Es muy importante encontrar una línea de trabajo donde realmente seamos efectivos y podamos generar valor”.