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Miguel Pastur (Bird & Bird): "Las firmas anglosajonas van años por delante en temas LGTBI"
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Crear espacios seguros

Miguel Pastur (Bird & Bird): "Las firmas anglosajonas van años por delante en temas LGTBI"

El socio del bufete defiende que el compromiso con el colectivo no debe limitarse a cambiar el logo durante el mes del Orgullo: "Es necesario crear entornos seguros para que, quien quiera, pueda salir del armario"

Foto: Miguel Pastur, socio de laboral de Bird & Bird.
Miguel Pastur, socio de laboral de Bird & Bird.
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Pocas carreras definen mejor el sueño americano que prometen los despachos de abogados que la de Miguel Pastur, socio de la firma británica Bird & Bird. A pesar de rozar la cuarentena, este abogado lleva más de una década liderando la práctica de laboral en España, una de las prácticas más potentes que tiene la oficina madrileña. Además, en 2017, y con apenas 34 años, fue nombrado socio equity de la firma, cargo que mantiene desde entonces. Unos logros que, según admite, le han llevado a no querer pronunciarse públicamente sobre su orientación sexual. Hasta ahora. "Aunque en el ámbito profesional siempre he estado fuera del armario, nunca he sentido la necesidad de hacer activismo. Me preocupaba que se me pusiera la etiqueta del socio gay de Bird & Bird y eso opacara los logros que he alcanzado", reconoce. Su postura, no obstante, ha cambiado recientemente. "Veo que vuelven discursos que consideraba superados y se cuestionan derechos que dábamos por garantizados. Y me preocupa", lamenta.

Han pasado más de dos semanas desde que finalizara el mes del Orgullo LGTBI y, poco a poco, los logos de muchas empresas y despachos van perdiendo el habitual colorido del mes de junio para retomar los tonos corporativos de siempre. Sin embargo, Pastur defiende que el compromiso de las firmas con el colectivo no puede limitarse a unos días al año. "No vale con poner simplemente el logo arcoíris en LinkedIn. Esta acción debe formar parte de una política más amplia orientada a crear un entorno seguro", subraya. Precisamente sobre este punto incide el socio de Bird & Bird, ya que resulta de especial relevancia en organizaciones como los bufetes. Al fin y al cabo, explica, ejercer en un bufete de la élite exige un compromiso de tiempo elevado, y ocultar a compañeros y clientes una parcela de la vida tan relevante levanta barreras de confianza. "Y eso se nota", afirma

En este sentido, Pastur critica la postura que mantienen oficialmente algunos despachos al defender que la orientación sexual de su plantilla forma parte de la vida privada de cada uno, por lo que las organizaciones no tienen potestad para adentrarse en esa esfera. Una visión que el letrado califica como "manifiestamente incompleta". "La realidad es que los abogados heterosexuales no tienen que plantearse en su día a día si comparten su vida o no, mientras que el personal LGTB sí lo hace", razona. La intención de las políticas LGTBI, por tanto, no es obligar a los profesionales a salir del armario, sino fomentar un espacio en el que, aquellos que quieran contarlo, sientan que pueden hacerlo con naturalidad. "Es algo esencial para que el profesional se sienta cómodo en el trabajo. Ayuda a que se integre mejor en la plantilla y, en consecuencia, mejore su rendimiento", explica Pastur, y agrega que este tipo de políticas también pueden resultar clave para la atracción y retención de talento.

Foto: Banderas arcoíris en balcones de Madrid. (EFE/Luca Piergiovanni)

Para lograr generar un ambiente amable hacia el colectivo, el socio ve necesarias varias medidas. En primer lugar, realizar una evaluación sobre la situación en la que se encuentra el despacho (es decir, analizar si la oficina es un espacio seguro para que las personas LGTBI puedan hablar de su orientación sexual). Segundo, aplicar la pedagogía necesaria para concienciar en este campo. "Es necesario hacer entender que la homofobia no es solo llamar a una persona maricón o bollera. También hay mucha homofobia inconsciente. Hay ciertos comentarios o chistes que se hacen sin ninguna reflexión detrás y que pueden provocar que una persona no se sienta cómoda para salir del armario", señala. Y, por último, sanciones estrictas para aquellos que, conscientemente, tengan actitudes o discursos contrarios a estos valores de igualdad.

Pastur también defiende políticas adicionales, como la existencia de referentes (figuras que, según indica, escasean todavía en el sector legal español), el compromiso de la cúpula con la causa o, incluso, la implantación de cuotas. "Es un tema muy gris, pero, personalmente, estoy a favor de esta medida como vía de aceleración del cambio social. A veces la sociedad tarda demasiado en implementar según qué cambios y creo que las cuotas son una herramienta útil que ayuda a acelerarlos. Pero tienen que ser un recurso idealmente transitorio", destaca.

"Personalmente, estoy a favor de las cuotas como vía de aceleración del cambio social. Pero tienen que ser un recurso idealmente transitorio"

En todo caso, y en lo que respecta a las medidas orientadas al colectivo LGTBI, el socio asegura que los bufetes británicos y estadounidenses llevan ventaja a los españoles. "Los anglosajones vamos unos años por delante en medidas LGTBI. Somos un poco más creativos que los nacionales", indica. Y cita como ejemplo la decisión de Linklaters de computar como tiempo facturable las horas destinadas a diversidad e igualdad y otras políticas existentes en su propio despacho para fomentar la empatía hacia el colectivo. "Cuando alcanzas la sociatura en Bird & Bird, debes hacer varios cursos, entre ellos, uno sobre sesgos inconscientes y cómo evitarlos. Uno de los ejercicios que se hacen es pasar un día utilizando el género neutro al hacer referencias de tu pareja. Los gais llevamos haciendo eso toda la vida, pero para los heterosexuales es mucho más difícil", señala.

Las diferencias entre unas y otras, en todo caso, están llamadas a reducirse, ya que el mercado español parece estar avanzando en este sentido y las grandes empresas españolas ya piden a sus despachos ciertos requisitos en esta línea. "Ahora, el Ibex exige políticas de diversidad e inclusión, pero es reciente. Las grandes corporaciones anglosajonas, que son nuestra clientela natural, llevan años haciéndolo; nos han puesto las pilas antes", reflexiona Pastur.

"Ahora, el Ibex exige políticas de diversidad e inclusión, pero las multinacionales anglosajonas llevan años haciéndolo"

Bufetes: conservadores, pero sofisticados

Ahora bien, a pesar de que los bufetes todavía tienen mucho margen de mejora en medidas LGTBI, Pastur niega que la situación en los despachos sea muy diferente a la de empresas de otros ámbitos. "Es cierto que son organizaciones más conservadoras y masculinizadas, pero eso se contrarresta con que es un sector bastante sofisticado. El nivel educativo es muy alto y, por lo general, a mayor cultura y conocimiento, mayor tolerancia y entendimiento hacia otros colectivos", reflexiona. De hecho, a nivel personal, el socio asegura que, a lo largo de su carrera, no ha sufrido ningún tipo de discriminación por su orientación sexual. "Yo he estado siempre fuera el armario. Siempre, desde que empecé mi carrera como júnior. Y nunca he notado que haya tenido ningún tipo de impacto en mi carrera profesional".

Foto: European Focus

En todo caso, considera que su caso es excepcional y, a día de hoy, una mayoría de profesionales sigue mostrando reticencias a salir del armario en su entorno de trabajo. Según el último estudio realizado por REDI, el 62% de los trabajadores del colectivo oculta su orientación sexual e identidad de género de forma parcial o completa en sus interacciones laborales. Una realidad que, según detalla, también está presente en los despachos. "Creo que hay más sensibilidad de la que había hace años, pero que falta mucho por hacer. Al final, las firmas son un reflejo de lo que ocurre en la sociedad, no son ningún silo aislado. Y en la sociedad, a pesar de que se han producido muchos avances, todavía queda mucho por recorrer", declara.

Sobre todo, teniendo en cuenta la regresión que se viene produciendo a nivel global respecto a los derechos del colectivo. "Hace unos meses, Florida aprobó una ley que impide hablar de diferentes modelos sexuales efectivos a niños de 10 años. Italia prohibió hace unas semanas registrar hijos de parejas homosexuales adoptados en otros países y Uganda ha adoptado recientemente una de las leyes más represivas con pena de muerte por prácticas homosexuales", enumera el socio. Una tendencia que, lejos de mitigarse, ha ido a peor en los últimos años. "Vuelvo a ver ciertos discursos que a nivel social estaban desterrados y creo que hay que tener cuidado. Nadie pierde porque se reconozcan nuestros derechos", insiste Pastur, que considera necesario que la sociedad realice una “reflexión colectiva” sobre si se está avanzando en la dirección correcta.

Pocas carreras definen mejor el sueño americano que prometen los despachos de abogados que la de Miguel Pastur, socio de la firma británica Bird & Bird. A pesar de rozar la cuarentena, este abogado lleva más de una década liderando la práctica de laboral en España, una de las prácticas más potentes que tiene la oficina madrileña. Además, en 2017, y con apenas 34 años, fue nombrado socio equity de la firma, cargo que mantiene desde entonces. Unos logros que, según admite, le han llevado a no querer pronunciarse públicamente sobre su orientación sexual. Hasta ahora. "Aunque en el ámbito profesional siempre he estado fuera del armario, nunca he sentido la necesidad de hacer activismo. Me preocupaba que se me pusiera la etiqueta del socio gay de Bird & Bird y eso opacara los logros que he alcanzado", reconoce. Su postura, no obstante, ha cambiado recientemente. "Veo que vuelven discursos que consideraba superados y se cuestionan derechos que dábamos por garantizados. Y me preocupa", lamenta.

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