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"Es mejor que un becario": los abogados que convierten ChatGPT en su asistente
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"Es mejor que un becario": los abogados que convierten ChatGPT en su asistente

Algunos letrados se apoyan en la herramienta de OpenAI para redactar demandas, elaborar escritos o incluso programar un 'software' que automatice ciertas tareas del día a día

Foto: Varios abogados utilizan esta herramienta con asiduidad. (EFE/WU Hao)
Varios abogados utilizan esta herramienta con asiduidad. (EFE/WU Hao)
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A principios de diciembre, la compañía OpenAI, fundada por Elon Musk, lanzó la primera versión de ChatGPT. Desde entonces, el abogado sevillano Manuel Brenes, especializado en derecho de familia, afirma usarlo a diario en su trabajo. "Me sirve para todo: desde redactar emails o contenido para el blog hasta buscar jurisprudencia sobre algún tema muy concreto. Incluso, lo he utilizado para elaborar demandas que luego he presentado", indica. Aunque el contenido que genera no siempre es perfecto y siempre exige una revisión a posteriori —"a veces se equivoca al resumir sentencias y suele citar mal los artículos de las leyes", admite—, el letrado asegura que esta herramienta le ahorra un tiempo considerable, ya que se encarga de esas labores de menor valor añadido que debe realizar en su día a día. "Es mejor que un becario, va más rápido porque ya tiene cierta base", manifiesta.

Al principio, Brenes relata que limitaba el uso de ChatGPT para cuestiones básicas, como pedirle argumentos jurídicos para un conflicto sencillo o que diseñara un modelo de correo electrónico para reclamar un retraso a una aerolínea. En estos últimos meses, no obstante, el abogado se ha familiarizado con la herramienta y ahora la utiliza para redactar cualquier tipo de escrito. "Uno de los primeros que hice fue una demanda de ejecución por un tema de extinción de condominio. Era una pareja que se separaba y había firmado un acuerdo extrajudicial para repartirse la casa, pero a la hora de la verdad, la contraparte no cumplió. Volqué en ChatGPT el texto del acuerdo, le expliqué el conflicto y le pedí que redactara un modelo de demanda. Y lo hizo bastante bien. Le tuve que dar varias indicaciones para que matizara argumentos y corrigiera errores de artículos, pero después la presenté", detalla. En concreto, el letrado calcula que la intervención de la inteligencia artificial le ahorró entre tres y cinco horas de trabajo.

Brenes no es el único que se apoya en ChatGPT para ciertas tareas de despacho. Como él, varios abogados utilizan esta herramienta con asiduidad, con resultados tan sorprendentes como satisfactorios (si bien todos matizan que acotan su uso a cuestiones sencillas y siempre lo someten a una revisión posterior). Es el caso de José Manuel Raya, socio en el bufete DMS Legal Intelligence. "Yo tengo la versión de pago y se nota la diferencia. Lo tengo abierto siempre para acostumbrarme", relata. En su opinión, la herramienta de OpenAI puede resultar de mucha ayuda para el día a día del letrado, especialmente en las tareas de redacción.

Foto: El chat da respuestas sobre dudas legales básicas. (EFE/Andreu Dalmau)

En la misma línea que otros profesionales, Raya reconoce detectar todavía muchos errores en los textos puramente jurídicos que elabora la IA, pero borda otro tipo de contenidos que, a pesar de no ser complejos, sí quitan un tiempo valioso a los profesionales. "Una vez le pedí que me redactara un comunicado escrito por la representación de los trabajadores de una empresa. Le pedí que, en un tono medianamente personal, explicara que a la plantilla que iban a empezar las negociaciones de un ERE y les dijera que iba a velar por sus derechos. Escribió media hoja impecable, no tuve que cambiar ni una coma", señala.

Los temas de gestión o cuestiones auxiliares que no precisan de un conocimiento jurídico muy profundo son, de hecho, la gran fortaleza de ChatGPT, de acuerdo con los abogados que lo utilizan. "Es como un supersecretario", resume el abogado Raúl Herrera. En su caso, el chatbot de OpenAI ha sido una gran ayuda a la hora de comunicar a los clientes información relacionada con los honorarios. Y cita un ejemplo reciente sobre un asunto que cobró por adelantado, pero después se complicó y tuvo que modificar la factura. "Le pedí al chat que escribiera un mail en tono convincente para que mi cliente aceptara los nuevos honorarios. Lo mandé tal cual y me lo aceptó", evoca.

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En la misma línea, Herrera también le ha ordenado elaborar textos de presupuestos para que, de este modo, el cliente conozca cada uno de los conceptos que se están cobrando. "Lo he utilizado en temas concursales, por ejemplo. Le dices qué tipo de procedimiento es y te genera un documento en el que desglosa todo. El importe lo concreto yo según mis honorarios, pero ese texto inicial lo hace bastante bien. Luego le puedes pedir que añada extras, como el procurador y una nota para abarcar la posibilidad de gastos añadidos", describe.

Otra de las áreas en la que los letrados suelen pedir ayuda a la IA es la creación de contenidos para el blog del bufete o, incluso, para redes sociales. "Yo le doy unas bases sobre el contenido que quiero publicar en Instagram y le pido que haga guiones para vídeos cortos y calendarice su publicación", describe la abogada Laura de Blas. En su opinión, esta labor es una de las de mayor utilidad para los profesionales, ya que cubre un aspecto muy relevante para el negocio de un despacho, pero que los abogados suelen dejar en un segundo plano, ya sea por falta de tiempo, de habilidad o de capacidad económica para contratar ese servicio.

Abogados programadores

La redacción de textos básicos o la búsqueda de sentencias no son las únicas utilidades que ofrece la IA de Munsk. Fernando Navas, responsable de nuevas tecnologías y financiero en Navas & Cusí, ha ido un paso más allá y, hace un par de meses, creó un software a través de ChatGPT. En concreto, la herramienta está enfocada a demandas sobre estafas en criptomonedas y se encarga de rellenar de manera automática unos datos específicos que son de vital importancia en este tipo de procedimientos. "Era una labor muy repetitiva que quitaba mucho tiempo, pero crucial a la hora de presentar la demanda, porque ayuda a hacer un seguimiento del dinero", detalla el letrado.

Foto: Joshua Browder (izquierda), junto a Warren Buffet, en un evento de 2018. (Foto cedida por Joshua Browder)

La idea de utilizar el chat para programar vino de forma natural. Se trataba de un mundo que siempre le había generado interés, por lo que durante el confinamiento comenzó a estudiar ingeniería informática. Aunque su base de conocimiento todavía es limitada, Navas señala que la inteligencia artificial permite programar herramientas sencillas sin necesidad de ser un experto. "La revolución que supone este sistema no es tanto para el mundo jurídico, sino para la programación", asegura. En la misma línea se pronuncia Elen Irazabal, abogada especialista en inteligencia artificial y profesora de programación orientada a abogados, que matiza que este tipo de utilidad es lo que puede aportar un verdadero valor añadido a los profesionales, ya que les permitirá crear algoritmos ad hoc para cualquier labor que desarrollen en el bufete susceptible de automatización. "Esto es un salto gigante para cualquier abogado que tenga nociones básicas de programación, pero que no tenga tiempo para picando código todo el día", celebra.

Harvey, el asistente de Allen & Overy

Los grandes despachos también están empezando a estudiar el potencial de este tipo de tecnologías. Por el momento, no obstante, solo uno ha implantado una solución de este tipo. Se trata de Allen & Overy. A mediados de febrero, el bufete lanzó Harvey, una herramienta basada en la tecnología GPT-4 capaz de elaborar borradores de textos y respuestas jurídicas a partir de los cuales los abogados pueden empezar a trabajar. "La acogida ha sido espectacular. Es capaz de preparar borradores de documentos jurídicos (contratos, cláusulas, notas) generando textos claros y ordenados; el esquema para una presentación o las notas para una charla que sea dinámica y atractiva, borradores de correos electrónicos, cartas o un resumen de una norma o una sentencia", cuenta a El Confidencial Antonio Vázquez-Guillén, socio codirector del despacho en España. La herramienta, agrega, se nutre de la experiencia de los usuarios y está en constante actualización para adaptarse a los cambios y desafíos del entorno. Por el momento, tienen acceso a ella los más de 3.500 abogados de Allen & Overy a nivel global. 

A principios de diciembre, la compañía OpenAI, fundada por Elon Musk, lanzó la primera versión de ChatGPT. Desde entonces, el abogado sevillano Manuel Brenes, especializado en derecho de familia, afirma usarlo a diario en su trabajo. "Me sirve para todo: desde redactar emails o contenido para el blog hasta buscar jurisprudencia sobre algún tema muy concreto. Incluso, lo he utilizado para elaborar demandas que luego he presentado", indica. Aunque el contenido que genera no siempre es perfecto y siempre exige una revisión a posteriori —"a veces se equivoca al resumir sentencias y suele citar mal los artículos de las leyes", admite—, el letrado asegura que esta herramienta le ahorra un tiempo considerable, ya que se encarga de esas labores de menor valor añadido que debe realizar en su día a día. "Es mejor que un becario, va más rápido porque ya tiene cierta base", manifiesta.

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