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Este ingeniero de Stanford va a llevar al paro a miles de abogados: "Su trabajo ahora es inútil"
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El Robin Hood de internet

Este ingeniero de Stanford va a llevar al paro a miles de abogados: "Su trabajo ahora es inútil"

Joshua Browder está detrás de DoNotPay, una IA que cancela contratos y reclama reembolsos. En febrero, la iba a probar por primera vez en un juicio real, pero su batalla contra los abogados de carne y hueso tendrá que esperar

Foto: Joshua Browder (izquierda), junto a Warren Buffet, en un evento de 2018. (Foto cedida por Joshua Browder)
Joshua Browder (izquierda), junto a Warren Buffet, en un evento de 2018. (Foto cedida por Joshua Browder)
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A Joshua Browder le acaban de amenazar con seis meses de cárcel si consuma su plan: sustituir a un abogado por una inteligencia artificial en un juicio en el que el software iba a asesorar a un acusado en tiempo real a través de auriculares. De haberse llevado a cabo y haber vencido, se habría convertido en el primer juicio de la historia ganado por un... robot. "Sí, he cabreado a muchos abogados", se ríe al otro lado de la pantalla desde Nueva York. Es comprensible teniendo en cuenta su empeño por convertir en (casi) gratuitos servicios por los que muchos juristas cobran cientos y hasta miles de euros.

Este ingeniero de 26 años, nacido en Londres, hijo del poderoso Bill Browder (fundador del megafondo de inversión Hermitage Capital, enemigo número uno de Vladímir Putin por destapar su corrupción y detenido irregularmente en España en 2018), dejó la Universidad de Stanford a los 22 para irse con Peter Thiel. El creador de PayPal y Palantir le pagó 100.000 dólares para centrarse exclusivamente en su idea, DoNotPay, una startup montada en San Francisco en 2015 que automatiza el proceso de realizar casi cualquier reclamación. ¿Tu compañía eléctrica no te quiere dar de baja y te sigue cobrando? ¿Una aerolínea no te devuelve el dinero por un retraso? ¿Quieres reclamar una multa de tráfico injusta? Olvídate del papeleo y de pasarte horas y horas al teléfono para no conseguir nada. DoNotPay promete automatizar todo ese proceso para que, en unos cuantos clics, recibas tu dinero de vuelta. Y en muchos casos funciona.

Foto: Un robot manejando un ordenador. (iStock)

"Hemos ganado dos millones de casos y conseguido unos 200 millones de dólares en devoluciones a clientes. Operamos en todo EEUU para más de 200 tipos de reclamaciones y en Reino Unido, aunque allí solo para multas de tráfico", explica Browder a El Confidencial. Los avances en inteligencia artificial de los dos últimos años han hecho posible que DoNotPay pueda ahora incluso conversar online con call centers de grandes empresas y pedir reclamaciones en nombre del cliente. Al otro lado nadie se da cuenta de que habla con un robot. "Hemos probado con voz, el software llama por teléfono y habla, y también lo hemos logrado". El siguiente paso era ganar un juicio real con su inteligencia artificial. Ese momento histórico tendrá que esperar, "¡tengo que mantenerme fuera de la cárcel si quiero conseguirlo!", dice Browder, pero está convencido de que ese día llegará.

PREGUNTA. Le llaman el Robin Hood de internet. ¿Por qué?

RESPUESTA. Es un apodo que implica mucha responsabilidad [se ríe]. La misión de DoNotPay es dar poder a la gente. Las grandes corporaciones saben que pueden salirse con la suya en muchas de estas disputas. Si te cobran 10 dólares de más de forma irregular, no vas a ir a juicio por eso, pero es una gran oportunidad para usar software y automatizar las reclamaciones. Empecé con esto hace siete años, yo era un pésimo conductor y me ponían un montón de multas. Hoy tenemos más de 200 servicios de reclamación disponibles, desde cancelar suscripciones a reducir facturas pasando por obtener reembolsos.

placeholder Joshua Browder, en una imagen en 2019. (DoNotPay)
Joshua Browder, en una imagen en 2019. (DoNotPay)

P. Asegura que tanto las empresas como los gobiernos "están robando a la gente normal y corriente".

R. Así es. Algunos gimnasios en EEUU, por ejemplo, te exigen que envíes una carta física firmada para darte de baja como cliente. Te puedes dar de alta online en segundos, pero para cancelar tu suscripción y no seguir pagando tienes que hacer todos estos pasos. Es un abuso, especialmente para la gente mayor, que no sabe o no tiene los recursos para reclamar. Yo soy capaz de esperar seis horas al teléfono para que me devuelvan mis 10 dólares. Pero no todo el mundo puede. Por eso hemos creado este abogado robot.

P. Habla siempre de "abogado robot". No le deben tener mucho cariño en el gremio...

R. Hay muchos abogados que son muy buenos defendiendo casos en las cortes de derechos humanos, pero otros solo ponen su cara en anuncios y en páginas web cobrando cientos o miles de dólares o euros por copiar documentos. Esos son los que tienen que tener miedo a estas tecnologías. El tipo de abogado que aparece en series de televisión como Better Call Saul es el que queremos reemplazar. Hace siete años había abogados que te cobraban 100 libras en Londres por reclamar una multa de aparcamiento. Su trabajo ahora es inútil. ¿Por qué no usar una IA que genere y envíe una carta personalizada? Es justo lo que hacemos y ya hay abogados que están siendo reemplazados por la tecnología.

El tipo de abogado que aparece en series como 'Better Call Saul' es el que queremos reemplazar. Su trabajo ahora es inútil

P. Lanzó DoNotPay en 2015, un momento en el que casi nadie hablaba de IA. Ahora ChatGPT acapara titulares y es el gran temor de decenas de profesionales. ¿Qué ha cambiado durante este tiempo?

R. La gran transformación para nosotros se produjo hace un año, cuando pasamos de usar plantillas a inteligencia artificial. Puedes hacer muchísimas cosas con plantillas, el software genera una carta de queja y la envía. Pero hay un límite de hasta dónde puede llegar. Con cosas como ChatGPT y OpenAI ahora usamos verdadera IA para comunicarnos en tiempo real con las partes y solucionar disputas. Por ejemplo, nuestra IA puede hablar online con un agente de una operadora como Comcast y negociar un reembolso o cancelar una suscripción. El potencial de esto es enorme y poco a poco vamos a ir subiendo el valor de las disputas. En lugar de reclamar una multa de tráfico de 400 dólares, pronto podremos reclamar una de 50.000 euros por un fallo médico.

P. ¿Cómo funciona DoNotPay a nivel técnico? ¿Cómo realizan las reclamaciones?

R. Hemos ido evolucionando mucho. Para reclamar multas de aparcamiento, en las primeras versiones del software tenías que seleccionar el motivo por el cual reclamabas. Mucha gente nos decía que la opción que querían no existía en el desplegable. Fue entonces cuando empezamos a usar machine learning para que teclearan lo que quisieran y el programa lo leyera y clasificara automáticamente. Luego, durante los dos últimos años, con la IA convirtiéndose en algo 10 veces mejor con cosas como ChatGPT, hemos empezado a incorporarla más y más.

P. ¿Para qué usan exactamente la tecnología de OpenAI?

R. OpenAI tiene unas políticas de uso muy estrictas, lo usamos en parte del trabajo de fondo cuando generamos los documentos de defensa. Para mantener una conversación usamos GPT-J, que es un modelo de software libre. En algunos de los productos en los que estamos trabajando recurrimos a la tecnología de Resemble AI, que te permite grabar tu voz, procesarla con una IA y luego llamar automáticamente a las compañías usando tu voz para reclamar. Hicimos una demo en la que un bot llamaba a un agente del banco Wells Fargo para que le hicieran una transferencia por un reembolso, y funcionó muy bien.

P. ¿Cuán fiable es esta inteligencia artificial? ¿Qué fallos comete?

R. Nos hemos encontrado con dos problemas fundamentales. El primero es que la IA miente. Con Comcast, hubo casos en los que la IA decía “he tenido 4 cortes de internet en las últimas 24 horas”, y no era cierto. Como compañía, en DoNotPay no podemos tener la responsabilidad de que una IA mienta, así que hemos tenido que asegurarnos en los desarrollos que el software se ciñe exclusivamente a la información que le hemos dado. Lo segundo es que habla demasiado. Hay algunas cosas que no requieren una respuesta. En el juicio que íbamos a hacer con una IA defendiendo en tiempo real a un cliente, habría situaciones en las que el juez igual dice “un minuto, déjame echar un vistazo”. ChatGPT and GPT-J responderían con un par de frases y eso no es apropiado. Hemos tenido que crear otro modelo de IA sobre Amazon Web Services que decide si hay que decir algo o no. Una vez tiene claro si hay que responder o no, va a otro modelo de IA que piensa qué decir. Luego se transmite a otro sistema de IA que procesa la respuesta en voz. Son como tres capas de IA trabajando a la vez.

P. ¿Tienen planes de lanzar su tecnología en castellano?

R. Queremos expandirnos a nivel internacional muy pronto, pero de momento somos una empresa con base en EEUU y todo lo que hacemos se adapta a las leyes y procesos aquí. No solo es un tema de idioma, al final la tecnología tiene que conocer todas las leyes de los países en los que operas. Por ahora tenemos 300.000 suscriptores que pagan unos 12 euros al mes por tener acceso a todos nuestros servicios. Sigue siendo un 95% más barato que contratar un abogado.

P. Algunos visionarios de la inteligencia artificial, como Yann LeCun [jefe de IA en Facebook] dicen que ChatGPT no es ni revolucionario ni innovador. Otros dicen todo lo contrario. ¿Qué le parece?

R. Estoy de acuerdo con LeCun, creo que se le ha dado demasiado bombo. En el ámbito legal, hemos comprobado que ChatGPT por sí mismo no es un buen representante legal. Es muy bueno para mantener conversaciones aleatorias y queda muy bien en una demo, pero hay que hacer mucho trabajo aún para poder usarlo para algo útil. Lo que hemos hecho nosotros es darle 10.000 cartas de queja, puedes subir documentos a su API, y le hemos dicho: “En base a todas estas cartas, escribe esto”, y entonces mejora mucho. Siempre bromeo diciendo que ChatGPT es un gran estudiante de instituto, pero aún hay que enviarlo a la facultad de derecho.

P. Una de las grandes dificultades es entrenar la inteligencia artificial para que no cometa errores y, sobre todo, no incite a tomar decisiones discriminatorias. ¿Cómo lo hacen?

R. En EEUU todos los juicios tienen un registro público de lo que se dice, así que tenemos mucho material para realizar ese entrenamiento de los algoritmos. Respecto a la parte ética, nosotros podemos darle al sistema solo la información que necesita para responder. Un abogado o un fiscal, el día del juicio puede que haya bebido, o esté de mal humor, puede mirar al acusado y prejuzgarle por su aspecto o lo que lleva vestido. La IA no hace nada de eso, solo conoce los hechos del caso, y nosotros somos los que les damos esos datos. El otro punto a tener en cuenta es: ¿los malos conductores se merecen una defensa legal? Una de las mayores críticas que se nos hace es que ayudamos a gente que ha podido cometer infracciones. Yo creo que todo el mundo merece tener acceso a una defensa legal, incluso si eres culpable. Es algo que ya ocurre en la vida real. Si eres culpable y contratas un abogado para defenderte, no le estás engañando, ellos simplemente hacen su trabajo.

placeholder El cofundador de OpenAI (ChatGPT), Sam Altman. (Reuters)
El cofundador de OpenAI (ChatGPT), Sam Altman. (Reuters)

P. Microsoft acaba de invertir 10.000 millones en hacerse con una parte de OpenAI. Google parece que va a convertir este año su buscador en algo mucho más parecido a ChatGPT. ¿Va a ser este año una batalla entre estas dos tecnológicas por la IA?

R. Creo que es una batalla por el marketing, más que otra cosa. Imagina que eres un alto directivo de Google al que le están preguntando todo el rato qué piensa de ChatGPT. Cien veces al día. Al final te mina. Es algo psicológico. Creo que la mayor competencia estará en la nube. Los desarrolladores como nosotros tenemos la opción de escoger qué tecnología usamos. Si Microsoft tiene API muy buenas con OpenAI, quizá cambiemos todos nuestros sistemas a la plataforma Azure de Microsoft y abandonaremos Google Cloud. Ese es el área donde realmente van a competir. No creo que la IA vaya a destruir a Google en los próximos 10 meses.

P. ¿Y en los próximos dos o tres años?

R. Tampoco. Su buscador ya funciona como ChatGPT en muchas áreas. Si buscas algo, en la mayoría de las ocasiones ya te da la respuesta escrita, no te envía a una página web. Creo que irá mejorando por esta línea cada vez más. Yo al menos aún prefiero usar Google en lugar de ChatGPT, y lo mismo toda la gente que conozco.

P. El 22 de febrero, su inteligencia artificial iba a defender a dos clientes con multas de tráfico en un juicio real. Los acusados iban a llevar auriculares a través de los cuales el software les diría qué tienen que decir ante el juez. Hubiera sido el primer juicio con un abogado robot.

R. Así es. En diciembre publiqué un tuit pidiendo si alguien quería que le representara nuestra IA en un juicio real. Dije que, incluso si perdía, pagaríamos la multa y todas las costas. Recibimos unas 300 respuestas y seleccionamos dos casos, los más favorables para la IA. En ambos faltaban pruebas para imponer la multa. La IA ya había enviado una petición legal para aportar más pruebas. Si no las remitían, el software diría en el juicio: "falta esta y esta prueba, ¿podemos cancelar la multa de tráfico, por favor?". Nuestra esperanza era que íbamos a ganar, la IA se impondría por primera vez en un juicio y haríamos historia. Ese era mi plan, pero me han amenazado hasta con prisión, así que hemos cancelado de momento el intento.

P. ¿Pero es legal algo así, que un acusado sea asesorado por una IA sin que el juez lo sepa?

R. Cada estado en EEUU tiene leyes diferentes sobre esto, se llama 'práctica no autorizada de la ley'. En algunos estados, cuando se escribieron estas leyes, no existían ni los ordenadores. Lo que dicen es que “una persona debe representar al acusado”. Se define también qué es persona. Pero hay un vericueto legal por el que no es técnicamente ilegal que un software represente a un cliente: la IA no estaría representando a la persona, sino que la persona se estaría representando así misma con la ayuda de un programa. No es una cuestión de si es legal o no. El problema aquí es que he cabreado a muchos abogados y han ido a por mí. Dije que daría un millón de dólares a quien quisiera que lleváramos su caso al Tribunal Supremo de EEUU, y se volvieron locos. Es algo que, de momento, no va a ocurrir, es tremendamente complejo. Pero para casos en los que a alguien se le deben 50 o 100 dólares, solo hay un número limitado de posibilidades que pueden ocurrir en un juicio. Como los casos son tan simples, es posible que una IA entre en juego.

"Muchas universidades son un timo. Te cobran cientos de miles de dólares y no te preparan para lo que luego necesitas en el mundo real"

P. ¿Cree que algún día acabará ocurriendo, que veremos a una IA sustituyendo a abogados en un juicio?

R. Creo que sí. Nosotros lo que queríamos hacer con esto no es tanto crear un producto sino cambiar las reglas, intentar que la ley y los juzgados se abran a la inteligencia artificial. Hay muchos estados que ahora mismo están revisando sus reglas de 'prácticas no autorizadas de la ley', como Utah o California. Mi esperanza es que en algún momento se permita que la gente use ciertas herramientas en un juicio para ayudarles a representarse.

P. Cuando usted tenía 22 años, Peter Thiel le ofreció 100.000 dólares para desarrollar DoNotPay a cambio de abandonar la Universidad de Stanford. ¿Es buena idea que un millonario anime a los jóvenes a dejar los estudios?

R. En realidad dejé Stanford porque estaba superado por el trabajo en DoNotPay, era o estudiar o seguir con DoNotPay, ambos era imposible. Fue un buen bonus conseguir los 100.000 dólares de la Thiel Fellowship. Luego no pude terminar la carrera, me quedé a solo tres créditos. La idea de Thiel de pagar 100.000 dólares por dejar los estudios y centrarte en montar una empresa no es para todo el mundo. Pero, a la vez, muchas universidades son un timo. Te cobran cientos de miles de dólares y no te preparan de verdad para lo que luego necesitas en el mundo real. ¿Para qué vas a malgastar cuatro años escribiendo ensayos y estudios cuando inventos como ChatGPT te lo pueden hacer en medio segundo? Van a tener que cambiar y adaptarse al nuevo mundo. Tengo una amiga que está en una escuela de negocios y en sus clases de marketing todavía hablan de los anuncios de televisión en lugar de TikTok o los nuevos canales de publicidad. Muchas universidades no se han movido al mismo ritmo que el mundo ahí fuera.

placeholder El inversor británico-estadounidense Bill Browder, padre de Joshua y, durante años, considerado el 'enemigo número uno' de Vladímir Putin. (EFE)
El inversor británico-estadounidense Bill Browder, padre de Joshua y, durante años, considerado el 'enemigo número uno' de Vladímir Putin. (EFE)

P. Imagino que habrá tenido también mucha influencia por parte de su padre, Bill Browder [CEO de Hermitage Capital y uno de los mayores críticos de Vladímir Putin. Fue detenido en España por error en 2018, tras una campaña de persecución política por parte de Putin]. ¿Qué ha aprendido de él?

R. La principal cosa que me ha aportado es que me ha hecho no tener miedo a nada. Lo que estamos haciendo con DoNotPay es muy controvertido, hay muchos abogados enfadados, especialmente en Twitter. Me dicen: “No puedes hacer esto, va contra la ley”. Pero cuando la mafia rusa va contra tu familia pones todo en perspectiva. Te das cuenta que hay problemas mucho más serios que abogados cabreados. Doy gracias de que él ha pasado de ser el enemigo número dos o número uno de Putin a quizás el número 10. Estoy seguro que ahora Zelenski está por encima, y otros miembros del Gobierno ucraniano. Hoy en día no es un objetivo como lo era antes, y eso me hace sentir más feliz y seguro como un miembro de la familia.

A Joshua Browder le acaban de amenazar con seis meses de cárcel si consuma su plan: sustituir a un abogado por una inteligencia artificial en un juicio en el que el software iba a asesorar a un acusado en tiempo real a través de auriculares. De haberse llevado a cabo y haber vencido, se habría convertido en el primer juicio de la historia ganado por un... robot. "Sí, he cabreado a muchos abogados", se ríe al otro lado de la pantalla desde Nueva York. Es comprensible teniendo en cuenta su empeño por convertir en (casi) gratuitos servicios por los que muchos juristas cobran cientos y hasta miles de euros.

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