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De Mbappé a "becario" en una semana: claves del juicio Rivera vs. Martínez-Echevarría
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El divorcio del año

De Mbappé a "becario" en una semana: claves del juicio Rivera vs. Martínez-Echevarría

El pleito entre el exlíder de Cs y el bufete girará en torno al cumplimiento de las obligaciones contenidas en el contrato (de tipo mercantil, no laboral). En juego, una compensación que puede ser millonaria

Foto: Albert Rivera jugando al fútbol en un acto en 2019. (EFE/Rodrigo Jiménez)
Albert Rivera jugando al fútbol en un acto en 2019. (EFE/Rodrigo Jiménez)

El divorcio entre Albert Rivera y el despacho de abogados Martínez-Echevarría ha quedado definitivamente abocado a los tribunales después de que el bufete andaluz cerrara la puerta a cualquier negociación o acuerdo con el exdirigente de Ciudadanos y su número dos, José Manuel Villegas. Tal y como informó este diario, en la firma existe la convicción de que no ha habido incumplimiento contractual por su parte, en contra de lo que alegan los abogados de Rivera, por lo que no tienen temor alguno, aseguran, a la vía judicial.

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Enfrente, pilotando la defensa de Rivera y Villegas, Martínez-Echevarría tendrá a un bufete experto en litigios complejos de altos directivos: De Carlos Remón Abogados. Hasta ahora, uno de sus socios, Álvaro Remón, es quien ha protagonizado el cruce de comunicaciones con el despacho andaluz. Remón es un prestigioso letrado, conocido por su alta calidad técnica y su fama de duro pleiteador. En su haber, la reciente victoria de Andrea Orcel sobre el Banco Santander por su fichaje frustrado, en el que logró una indemnización de 51 millones de euros para el directivo italiano.

Según la documentación enviada por la defensa de Rivera a Martínez-Echevarría, él y Villegas reclaman lo que jurídicamente se denomina la "resolución contractual por incumplimiento", figura regulada en el 1.124 del Código Civil y que permite a una de las dos partes reclamar a la otra el cumplimiento del contrato, o dejar sin efecto la obligación, si la contraparte incumple sus deberes. En este sentido, es relevante que el contrato suscrito entre la firma andaluza y el expresidente de Ciudadanos fue de tipo mercantil, y no laboral, como erróneamente se está dando a entender en algunas informaciones.

Foto: Albert Rivera. EFE/Zipi

Fuentes jurídicas explican que la opción iniciada por la defensa de Rivera es la segunda: resolver el contrato —el e-mail remitido el lunes por Remón al bufete andaluz se señalaba que quedaba sin efectos desde ese mismo día—, añadiendo a tal acción una reclamación por daños y perjuicios. En pleitos similares, se han cuantificado los mismos acumulando las retribuciones dejadas de percibir por el afectado hasta el final de la relación contractual, sistema que es previsible que sigan Rivera y Villegas de acuerdo con el burofax remitido a Martínez-Echevarría en el que reclaman sus remuneraciones fijas y variables desde 2020 hasta 2025. A ello, se añadiría la anunciada indemnización de 500.000 euros por daños morales al haberles acusado públicamente de "baja productividad".

"Son pleitos difíciles de ganar para la empresa", señala un letrado experto en litigación que, sin embargo, estima que Martínez-Echevarría tiene algunas bazas a su favor. En primer lugar, convencer al juez de que lo que se ha producido no es una resolución contractual por incumplimiento, sino un "desistimiento unilateral" por parte de los expolíticos —que, incluso, podría dar pie a una demanda reconvencional; es decir, a que fueran demandados de vuelta—, lo que mantendría vigente la cláusula de no competencia.

En caso de que este argumento no fuera estimado, según detalla el abogado, Martínez-Echevarría podría tratar de minorar la indemnización solicitada por Rivera y Villegas alegando los nuevos ingresos de los que dispusieran los expolíticos. Esto es así porque, al ser la misma en concepto de daños y perjuicios, de tener un nuevo trabajo que les está generando ingresos, se mitigaría el perjuicio sufrido por haber tenido que resolver su contrato con el bufete andaluz.

Foto: Albert Rivera. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

En cualquier escenario, resultará clave la concreta redacción del contrato. Especialmente, las obligaciones que conlleva para cada una de las partes y si en el mismo se fijan metas u objetivos concretos para Rivera y Villegas, algo que fuentes jurídicas descartan. De no ser así, y simplemente comprometer a los expolíticos a obligaciones de medios (es decir, a llevar a cabo una actividad determinada, pero sin comprometer que esta dé un resultado medible y cuantificable), la balanza tendería a inclinarse a su favor.

En todo caso, si finalmente estos primeros escarceos devienen en una auténtica batalla judicial, en ella saldrán a la luz las cifras y las condiciones del contrato, así como la actividad que efectivamente llevó a cabo Albert Rivera, y sus resultados. En ese momento, se podrá comprobar si su papel ha sido más el de una estrella del mundo de los negocios y la gestión, como se anunció su fichaje, o la de un "becario sin experiencia", como señaló esta semana el bufete en una de sus declaraciones.

El divorcio entre Albert Rivera y el despacho de abogados Martínez-Echevarría ha quedado definitivamente abocado a los tribunales después de que el bufete andaluz cerrara la puerta a cualquier negociación o acuerdo con el exdirigente de Ciudadanos y su número dos, José Manuel Villegas. Tal y como informó este diario, en la firma existe la convicción de que no ha habido incumplimiento contractual por su parte, en contra de lo que alegan los abogados de Rivera, por lo que no tienen temor alguno, aseguran, a la vía judicial.

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