Guerra sucia, estafa y ruina: la causa que ha llevado al dueño de Lopesan ante la Justicia

La tierra se mueve bajo los pies de Eustasio López, la mayor fortuna de Canarias, que está a un paso de ser formalmente imputado como presunto autor de un delito de administración desleal. El juzgado de instrucción número 1 de Las Palmas de Gran Canaria ha admitido a trámite la querella presentada contra el presidente de Grupo Lopesan, que deberá ir a declarar ante el juez el próximo 3 de abril, junto a Manuel Santana Cazorla, Juan José Arencibia y Martín Suárez.

Los cuatro han sido acusados por los hermanos Alberto, Santiago y Virginia Santana Trujillo, dueños del 50% del Grupo Santana Cazorla (GSC), histórico rival de Lopesan, de actuar de manera coordinada en perjuicio de la compañía y con el único objetivo de beneficiar los intereses de Eustasio López, según ha adelantado el rotativo canario Atlántico Hoy y ha podido confirmar El Confidencial.

Grupo Santana Cazorla es una empresa familiar de las islas con intereses en la construcción y el turismo. Propiedad a partes iguales de los hermanos Manuel Santana Cazorla, uno de los querellados, y Santiago, padre de los tres querellantes. Su joya de la corona es Anfi Group, compañía propietaria de los complejos Anfi de Mar (cuatro resorts de tiempo compartido con 7.500 habitaciones) y Anfi Tauro (golf, 18 villas de lujo y hotel de playa), emporio valorado en cerca de 400 millones de euros.

GSC posee el 50% de Anfi y el otro 50% era propiedad del grupo familiar noruego Lyng, hasta que vendió su posición a Lopesan en el año 2016. Acababa de encenderse una chispa que ha terminado ardiendo en el auto de imputación de la semana pasada. Según explican fuentes conocedoras, Santiago Cazorla y sus hijos sostienen que esa venta se hizo saltándose el derecho preferente de adquisición que tenían, disputa que está pendiente de ser resuelta en un arbitraje cuyo laudo se espera para este año.

Por entonces, GSC arrastraba ya serias dificultades económicas y las relaciones entre los dos hermanos accionistas eran cada vez más enconadas, con un rosario de litigios y acusaciones cruzadas. Un caldo de cultivo que Lopesan aprovechó para adquirir a entidades como BBVA, Sabadell o Bankia deuda de su eterno rival, buscando una llave con la que poder entrar definitivamente, aunque fuera por la puerta de atrás.

Pero esta jugada se vio contrarrestada con la declaración de concurso del Grupo Santana Cazorla en marzo de 2021. Nueve meses después, en diciembre, Manuel dio el golpe de gracia a su hermano y sobrinos cuando vendió a IFA Canarias, empresa del grupo Lopesan, sus derechos de liquidación sobre GSC. Con este movimiento, el hermano mayor terminó de bloquear la gestión de la empresa familiar, al ceder su peso en el consejo a Eustasio López a través de Juan José Arencibia y Martín Suárez, los otros dos querellados.

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Precisamente, tras una reunión del máximo órgano de administración, estos dos administradores se dejaron una serie de documentos encima de la mesa que, según la querella, acreditarían que ambos, junto a Manuel Santana, habrían actuado de común acuerdo con Eustasio López para perjudicar a la compañía, provocando su paralización y bloqueando toda acción dirigida a sacar a la empresa de concurso.

Además, esta nueva documentación avalaría, según los querellantes, que el acuerdo de diciembre de 2021 entre Manuel e IFA se hizo a espaldas del resto de accionistas y a cambio de 20 millones de euros, de los que solo se habría pagado la mitad. El resto, según esta versión, estaría condicionado a una serie hitos, perjudiciales para la sociedad, por lo que, en realidad, lo que se compró fue la voluntad, no unos derechos de liquidación.

Al cierre de esta edición, desde Lopesan no han respondido a la consulta de este medio para recoger su versión. No obstante, en el diario Canarias Ahora, el buque insignia de la primera fortuna de las islas sí ha respondido a la querella de GSC asegurando que se trata de cosa juzgada y que hasta en tres ocasiones han sido archivadas querellas similares.

La diferencia, no obstante, es que hasta ahora la justicia había sostenido que no había indicios suficientes, pero los documentos que se han aportado en esta querella acreditarían que los consejeros querellados recibían ordenes directas de Lopesan y actuaban, por tanto, en interés de esa compañía y no de GSC.

Apollo, en la retaguardia

En medio de estas aguas revueltas, uno de los mayores fondos oportunistas puede terminar nadando a contracorriente. Se trata de Apollo, junto a Eustasio López, uno de los principales acreedores de GSC, al haber comprado desde hace año sus posiciones a diferentes entidades financieras a las que adeudaba el grupo canario.

Se da la circunstancia de que el gigante estadounidense también está enfrentado en los tribunales con Lopesan por la compra de dos hoteles. En 2019, justo antes del estallido de la pandemia, Apollo llegó a un acuerdo con el grupo canario para comprarle el hotel Buenaventura y el Faro, los dos ubicados en Maspalomas.

Pero, cuando llegó el momento de cerrar la operación, con la que Lopesan esperaba ingresar entre 150 y 170 millones de euros, Apollo consideró que las circunstancias habían cambiado y que las condiciones debían renegociarse, a lo que López se negó. El empresario llevó la disputa a los tribunales, una batalla que todavía colea y que podría terminar convirtiendo al viejo acreedor de GSC en el mejor aliado de GSC.