A subasta una megafinca de Óscar Gil Marín en San Rafael al reclamarle Hacienda 6,8 M

Los problemas financieros de Óscar Gil Marín, el hijo más pequeño y menos mediático de Jesús Gil, no cesan. Hace años se enfrentó al embargo y posterior subasta de 17 chalés en Los Ángeles de San Rafael, la megaurbanización controlada por la familia Gil... y ahora ve cómo se repite el proceso, pero con una megafinca que tiene en la misma localidad y que tiene un valor de unos 2,5 millones de euros.

Si hace años fue la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) la que logró que un juez instara la ejecución de dichos inmuebles, en esta ocasión ha sido la Agencia Tributaria que reclama a Promotora Inmobiliaria La Mezquita, sociedad del hermano del presidente del Atlético de Madrid, Miguel Ángel Gil Marín, casi 6,8 millones de euros.

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¿Por qué le reclama la Agencia Tributaria dicho importe? Por el impago de los gastos de urbanización del terreno, puesto que la finca queda afecta por siete años, al cumplimiento de las cargas y el pago de los gastos inherentes al sistema de actuación y a cumplir con la obligación de urbanizar, puesto que le corresponde un coeficiente del 4,2369% del Plan Parcial de V Fase de la Urbanización Los Ángeles de San Rafael.

Así, y a no ser que el empresario satisfaga la deuda, su finca de 38.892,36 metros cuadrados situada en la Urbanización Los Ángeles de San Rafael admitirá pujas para un suelo que es urbano y sobre el que podrá levantarse algún inmueble aunque, actualmente, está sin edificar. De hecho, se encuentra próxima al campo de golf (Air Golf Club) de 18 hoyos que se ubica en dicho enclave de la Sierra de Guadarrama.

Esta es una subasta más para la sociedad Promotora Inmobiliaria La Mezquita, sucesora de Promotora Inmobiliaria Los Jardines de Los Ángeles de San Rafael, puesto que ha sufrido ya hasta cinco subastas hipotecarias. La mayoría (4), a cargo de Sareb, mientras que la otra fue por parte de BBVA por el impago de las cuotas hipotecarias. No obstante, la de mayor importe fue la ya citada de 17 chalés por una deuda de 3,8 millones.

Óscar Gil Marín es el menos mediático de sus hermanos. El más conocido es Miguel Ángel, que tiene la mayoría del capital del Atlético de Madrid y ostenta el cargo de consejero delegado; mientras que el mayor, Jesús, puso en marcha de las grandes firmas inmobiliarias de España, Gilmar, junto al empresario Manuel Marrón en 1983. Por su parte, Óscar se quedó con una inmensa urbanización situada en Los Ángeles de San Rafael, a mitad de camino entre Madrid y Segovia, tras fallecer su padre.

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Esta subasta se produce tras la apuesta de Óscar Gil Marín por relanzar Los Ángeles de San Rafael, ya que busca crear un nuevo complejo residencial a los pies del Parque Nacional de la Sierra Guadarrama con las empresas Aster District y Aster for Life. Un proyecto de construcción de chalés que, en varias fases, pretende levantar hasta unas 5.000 viviendas y para el que el empresario se ha aliado con Neinor, que se encargará de la comercialización y tiene opción de compra sobre ciertos terrenos.

Esto es solo una parte de sus negocios. Bajo sus distintas sociedades gestiona el complejo de Los Ángeles de San Rafael que incluye dos hoteles, un campo y club de golf, dos spas, el complejo Residencial Bahía Jardín junto al lago, la venta de viviendas de segunda mano, el alquiler de un centro de negocios y locales y la organización de eventos y actividades al aire libre. Todos ellos incorporados en el Grupo Los Ángeles de San Rafael Holding, que tiene a Óscar Gil Marín como administrador único y principal accionista al ostentar un 62,5% del capital, perteneciendo la participación restante a sus hermanos: 12,5% para Miguel Ángel, Jesús y María de los Ángeles, según el Registro Mercantil. De hecho, y según datos a cierre de 2018 (último ejercicio presentado), el complejo ya cuenta con 7.390 viviendas unifamiliares, cerca de 1.700.000 metros cuadrados de suelo pendiente y 986.761 metros cuadrados de edificabilidad y unos costes de urbanización pendientes de 45,4 millones de euros. De hecho, el número de viviendas pendientes ascendía hasta las 5.048, según el Informe de Gestión del ejercicio cerrado el 31 de diciembre de 2018.