¿Qué ha sido de la familia de Jesús Gil, embargada 15 años después de su muerte?

La serie documental 'El Pionero' (HBO España) sobre Jesús Gil ha devuelto al primer plano mediático a este bizarro personaje y a toda su familia. Gil marcó aquella España de finales de los noventa con sus esperpénticas apariciones televisivas, su particular y poco prosaica manera de dirigir el Atlético de Madrid, pero sobre todo convirtió a Marbella en el ayuntamiento más corrupto de España desde que se hizo con el mando de la ciudad.

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En aquel cortijo marbellí los sobornos, las comisiones ilegales, los maletines y las bolsas de basura con dinero negro eran moneda común y corrían como la pólvora. Por si fuera poco, saqueó las arcas públicas de la capital de la Costa del Sol como si no hubiera un mañana. Gil amasó una inmensa e incalculable fortuna que intentó con todo ahínco eludir del fisco, incluso después de muerto. 15 años después, Marbella sigue esperando que quizás algún día su familia o la justicia, le reintegren lo ultrajado y robado a sus vecinos.

El Tribunal de Cuentas mantiene embargadas 150 propiedades de la familia Gil por el saqueo de Marbella y le reclama 105 millones de euros

La popularidad de Jesús Gil y Gil creció a la misma velocidad que su incalculable fortuna, producto del desvío a espuertas de ingentes cantidades de dinero público. En medio de la investigación del saqueo de Marbella, le sobrevino una trombosis cerebral que provocó su muerte un 14 de mayo de 2004, a los 71 años. No dejó nada a su nombre.

El objetivo más que claro, proteger a su familia del peso de Hacienda y la Justicia. La herencia que recibieron, al morir, su esposa María Ángeles y sus 4 hijos Jesús (57 años), Miguel Ángel (56), Myriam (54) y Óscar (50) ascendía a la irrisoria cantidad de 850 euros en efectivo en la cuenta y una serie de empresas valoradas en 600.000 euros. El resto se había "esfumado" o estaba a nombre de otros.

Sin embargo, la jugada 'post mortem' no le salió bien. Eran demasiadas las deudas, los pufos y las triquiñuelas que había cometido en vida el simpático el exalcalde, como para irse de rositas a la tumba. El Tribunal de Cuentas determinó en 2011 que los vástagos tenían que devolver solidariamente 105 millones de euros a la ciudad malagueña.

Su mujer Mari Ángeles, retirada de la vida pública, administra once empresas inmobiliarias que suman un activo de 140 millones de euros

A día de hoy, la familia tiene embargadas 150 propiedades por el saqueo del Ayuntamiento de Marbella. Además, una de sus empresas señera, Promociones Guadalquivir, aparecía invariablemente en la lista de grandes morosos de Hacienda. En 2018 su deuda ascendía a 36.123.860 euros. Su mujer y sus 4 hijos, desde su muerte, permanecen apartados del foco mediático, aunque mantienen un considerable tren de vida.

¿Qué fue de su esposa e hijos?

Aquel constructor de perfil bajo tan excesivo como estentóreo se casó en 1961 con Mari Ángeles Marín, una dependienta toledana con la que tendría 4 hijos. El imaginario colectivo siempre la recordará junto a su marido, con la piel tostada por las largas épocas en Marbella y cuidando de sus vástagos: tres varones y una hembra. Tras la muerte de Gil, su viuda abandonó la vida pública y se recluyó en los 'cuarteles' que la familia posee en Marbella, Valdeolivas y Madrid. En el año 2011, sufrió un ictus que le dejó alguna secuela de movilidad.

Aun así, en la actualidad, es administradora única o presidenta de un buen número de sociedades, al menos en los papeles. En el Registro Mercantil, su nombre aparece vinculado a once empresas, la mayoría en el sector inmobiliario, que suman un activo de 140 millones de euros. El conglomerado empresarial de los Gil Marín extiende sus tentáculos mucho más allá de la fortuna de la matriarca. Cada hermano posee y explota sus propias empresas con gran éxito.

El mayor de los hijos, Jesús Gil Marín de 57 años, presume de haber hecho carrera lejos de las faldas de su padre. Y es verdad. Con 21 años y apenas 3.000 euros montó la que es hoy una de las más importantes agencias inmobiliarias de España, la conocida Gilmar. Está casado y tiene una hija. Como su madre, el primogénito está vinculado a nueve sociedades, todas dedicadas al desarrollo urbano.

Entre los más ricos de España

Le sigue Miguel Ángel Gil Marín, el más conocido de los vástagos del exalcalde de Marbella. A sus 56 años, posee el 57% de las acciones del Atlético de Madrid. La cara más visible y más poderosa del club rojiblanco, veterinario de formación, es con diferencia el hombre del clan que más veces ha pisado los Tribunales. Imputado en varias causas judiciales y condenado por estafa por el Tribunal Supremo, no llegó a ingresar en prisión al carecer de antecedentes penales.

Separado y padre de dos niñas, vive en la lujosa urbanización madrileña de La Finca. Se encuentra entre los 200 hombres más ricos de España. Ocupa la posición 191, en el 'ranking' que elabora anualmente el diario 'El Mundo'. Posee una fortuna que ronda los 240 millones de euros.

Sus 4 hijos nadan en la abundancia. Miguel Angel Gil cuya fortuna ronda los 240 millones de euros, entre los más ricos de España

Si Miguel Ángel 'heredó' el Atleti, su hermano pequeño, Óscar (1969), se hizo con una inmensa urbanización situada en Los Ángeles de San Rafael, a mitad de camino entre Madrid y Segovia. Todo un pelotazo urbanístico de más de 2.000 hectáreas y cuatro mil vecinos. De carácter rudo y vida más que alocada, preside además una sociedad y figura como administrador único de otra del ingente 'holding' familiar.

Soltero de oro, su relación más sonada fue con Leticia Sabater. Vive en un ático en la lujosa calle Serrano, una de las más caras de Madrid, y maneja sus negocios desde la Torre de Valencia, emblemático rascacielos situado frente al madrileño parque de El Retiro.

Myriam, apartada de los flashes

Myriam, de 54 años, la única fémina del clan y ojito derecho de su padre, se encuentra muy alejada de los flashes, las fiestas y el famoseo que tanto le apasionaban en el pasado. Hace una vida silenciosa, a medio camino entre Marbella y su casa de la acomodada localidad madrileña de Aravaca, donde reside junto a su marido Eduardo de las Heras, y sus dos hijos.

Secretaria personal de Gil durante los años que estuvo en política, consiguió que ningún juez la llamara nunca a declarar en los juicios en los que su padre se sentó en el banquillo. Hoy, su tiempo lo divide entre su trabajo a cargo de distintas empresas y el cuidado personal de su madre Mari Ángeles, cuyo estado de salud es más que delicado. En sus veranos en Marbella, permanece recluida en la residencia familiar y es muy difícil, casi imposible, conseguir una instantánea de ella.