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¿Qué pasa con las ambulancias en Euskadi? 229 sabotajes y una muerte con polémica
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INVESTIGACIÓN DE LA ERTZAINTZA

¿Qué pasa con las ambulancias en Euskadi? 229 sabotajes y una muerte con polémica

Una mujer en parada cardiorrespiratoria falleció este sábado en su casa de Bermeo. El vehículo que acudió al domicilio sufrió un sabotaje. Trabajadores y empresa tienen abierto un conflicto laboral

Foto: Imagen de archivo del traslado de un paciente al hospital vizcaíno de Cruces. (EFE/Luis Tejido)
Imagen de archivo del traslado de un paciente al hospital vizcaíno de Cruces. (EFE/Luis Tejido)
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Con las ruedas pinchadas y con las lunas rotas. Así se encontraron los trabajadores la ambulancia con la que el pasado sábado habían acudido a un aviso en un domicilio de Bermeo (Vizcaya). En lo que tardaron en subir y bajar del piso, alguien saboteó el vehículo. No es la primera vez. Desde octubre, la cooperativa La Pau, la concesionaria, ha contabilizado 229 ataques, algunos también durante una emergencia, pero los hechos sucedidos el fin de semana suponen un punto de inflexión en la escalada del conflicto laboral que mantienen la compañía y los empleados. La paciente, una mujer de 71 años en parada cardiorrespiratoria, falleció. El suceso ocurrió a las dos de la madrugada, lo que da idea de la premeditación, según fuentes de la compañía.

“No fue un acto espontáneo”, señalan a El Confidencial las mismas fuentes. La cooperativa, que denunció los hechos ante la Ertzaintza, prefiere esperar a que concluya la investigación para determinar si el sabotaje influyó o no en el fallecimiento de la mujer, pero insisten en condenar lo sucedido, que indudablemente tiene como telón de fondo la pugna laboral. “No hay reclamación que pueda justificar una acción de este tipo”, señalan. Las movilizaciones de los técnicos comenzaron el pasado mes de octubre y desde entonces los sindicatos han convocado varios días de paro. Desde el pasado lunes 8 de enero y hasta el domingo 21, están vigentes 15 jornadas de huelga.

Las centrales sindicales se han desmarcado del sabotaje, pero mantienen vivas las protestas para reclamar una homologación con las condiciones laborales de la plantilla del servicio de transporte de emergencias que sí forma parte de Osakidetza, la sanidad vasca. ELA, USO, LAB, UGT, CCOO y ESK impulsan las movilizaciones. “Nosotras rechazamos cualquier acto de sabotaje. Lo único que hacemos es reivindicar una mejora de condiciones laborales y salariales”, defiende Ana Ceremeño, de ELA. En la misma línea insisten fuentes de USO, que, sin embargo, señalan a una especie de mano negra para explicar los sabotajes.

Foto: Entrada al Pabellón Revilla del Hospital Basurto, de Bilbao. (EFE/Javier Zorrilla)

“No sé a qué se deben los boicots. Los trabajadores son los menos interesados. Siempre hemos reivindicado la renovación de la flota”, apuntan desde USO. En un breve mensaje publicado en redes sociales, el Ayuntamiento de Bermeo ha pedido este lunes a La Pau explicaciones sobre lo sucedido, al tiempo que espera “que el asunto se aclare lo antes posible”, y el consejero vasco de Seguridad, Josu Erkoreka, ha confirmado las investigaciones abiertas por la Ertzaintza. No solo por este último caso, sino por los 229 sabotajes (pintadas, pinchazo de ruedas, rotura de cristales, incendios, corte de cinturones de seguridad…) denunciados por la compañía.

Dos ambulancias saboteadas

La ambulancia de Bermeo no fue la única atacada el pasado sábado. Un médico de Osakidetza atendía en su domicilio a la mujer fallecida cuando realizó una primera llamada al servicio de emergencias. “Pidió una ambulancia ante la situación de parada en la que se encontraba la mujer. El médico ya estaba realizando labores de reanimación cardiopulmonar”, precisan en La Pau. Emergencias se puso entonces en contacto con la base más cercana al domicilio de la víctima, en el mismo municipio, pero desde allí no se pudo enviar una ambulancia. Los trabajadores comunicaron que el vehículo disponible tenía las ruedas pinchadas.

Vizcaya concentra el 95% de los sabotajes. La mitad, en los vehículos de transporte urgente

Emergencias, según el relato de la empresa, contactó con la siguiente base más próxima, la de Gernika, a 25 kilómetros de distancia. Desde allí salió un vehículo, el que llegó hasta el domicilio de la mujer, pero vandalizado en el lapso de tiempo que los técnicos tardaron en subir hasta la vivienda, hablar con el facultativo y bajar otra vez a la calle. La empresa recuerda que no es el primer hecho grave desde que estalló el conflicto laboral.

El martes de la semana pasada, pincharon las ruedas de otra ambulancia que había ido a atender otra parada cardiorrespiratoria en un domicilio de Bilbao. El 19 de diciembre, víspera de la primera jornada de huelga convocada en el sector, un vehículo de soporte vital básico tardó 30 minutos en llegar a la vivienda y atender a un paciente de 94 años que estaba sufriendo un ictus a causa de que “las unidades de las bases más cercanas estaban pinchadas o incendiadas”.

La cooperativa ha visto cómo en una sola noche se han pinchado las ruedas de 45 ambulancias eléctricas aparcadas en su base de Bilbao o cómo 21 vehículos fueron saboteados en un solo día, uno de ellos incendiado, poniendo en riesgo a los trabajadores que acudieron a extinguir el fuego. Y aunque el conflicto laboral afecta al conjunto del País Vasco, el 95% de los sabotajes se registra en Vizcaya y la mitad de ellos en los vehículos de transporte urgente, frente a los destinados al servicio programado o no urgente (traslados del hospital al domicilio o atención a aquellos pacientes que deben someterse a un tratamiento pautado, como radioterapia, quimioterapia o diálisis). Los servicios mínimos, recuerdan en La Pau, en esta última modalidad están pactados con los sindicatos, mientras que en la primera son del 100% porque así lo exige la ley.

Con las ruedas pinchadas y con las lunas rotas. Así se encontraron los trabajadores la ambulancia con la que el pasado sábado habían acudido a un aviso en un domicilio de Bermeo (Vizcaya). En lo que tardaron en subir y bajar del piso, alguien saboteó el vehículo. No es la primera vez. Desde octubre, la cooperativa La Pau, la concesionaria, ha contabilizado 229 ataques, algunos también durante una emergencia, pero los hechos sucedidos el fin de semana suponen un punto de inflexión en la escalada del conflicto laboral que mantienen la compañía y los empleados. La paciente, una mujer de 71 años en parada cardiorrespiratoria, falleció. El suceso ocurrió a las dos de la madrugada, lo que da idea de la premeditación, según fuentes de la compañía.

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