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Siete causas del fin de ETA que estudiarán los escolares vascos (incluida la eficacia policial)
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la historia terrorista llega a las aulas

Siete causas del fin de ETA que estudiarán los escolares vascos (incluida la eficacia policial)

Alumnos de 4º de la ESO y 2º de Bachillerato de ocho centros abordarán desde abril la historia de ETA dentro de un programa educativo que se extenderá a todas las aulas el próximo curso

Foto: Aintzane Ezenarro (directora del Instituto de la Memoria), Maite Alonso y Jonan Fernández, en la presentación de los contenidos del programa educativo. (EC)
Aintzane Ezenarro (directora del Instituto de la Memoria), Maite Alonso y Jonan Fernández, en la presentación de los contenidos del programa educativo. (EC)

El relato de la memoria en que está inmerso el País Vasco tras la disolución de ETA alcanza entre sus diferentes tentáculos a las causas del fin de la banda terrorista. Existen diferentes opiniones, según el espectro político o social al que se pregunte, sobre los motivos que llevaron a ETA a deponer las armas en primera instancia y a oficializar su defunción seis años y medio después de abandonar su actividad violenta. En este escenario, marcado por la división entre quienes han conocido el terrorismo, la escuela vasca va a explicar el final de ETA a los jóvenes como resultado de una conjunción de siete factores.

Entre los motivos del final de ETA que esgrime el Gobierno vasco de cara a su traslación a las nuevas generaciones se encuentran la “creciente eficacia que adquirió finalmente la acción policial”, el “grave error estratégico" que fue la ‘socialización del sufrimiento’ auspiciada por la banda terrorista y su entorno, la “presión represiva” a nivel político, judicial, económico sobre la izquierda ‘abertzale’ o la “intensa decepción colectiva (y culpabilización de ETA) que provocó el fracaso, por decisión unilateral ya en 2007 de la organización terrorista, del último intento de negociación Gobierno español-ETA”. También apunta como factores a la “alta satisfacción del País Vasco con su régimen autonómico”, a la “creciente concienciación por la paz” generada por los movimientos pacificistas e incluso a la “reflexión estratégica abierta en el ámbito nacionalista y 'abertzale' vasco sobre su propio futuro en 2009 tras la llegada de Patxi López (PSOE) al poder [el primer Gobierno vasco no nacionalista de la historia]" y que se produjo cuatro años después del “impacto” que también había tenido el rechazo del plan soberanista del lendakari Juan José Ibarretxe (PNV).

Al fin de ETA contribuyó la "reflexión estratégica abierta" en el ámbito nacionalista y 'abertzale' sobre su futuro tras la llegada de Patxi López al poder

“El final de ETA fue, claro está, el resultado de la acción combinada de estos distintos factores y circunstancias”. Así lo hace constar el Gobierno vasco en el texto base que ha elaborado para el profesorado de cara a explicar en los centros educativos la historia de la banda terrorista, que, como pone de manifiesto, mató a 853 personas, llevó a cabo unos 3.000 actos terroristas, secuestró a 82 personas y extorsionó con el denominado 'impuesto revolucionario' a cerca de 10.000 personas durante su sanguinaria trayectoria. Bajo el título ‘ETA en el contexto sociopolítico vasco: síntesis histórica 1960-2018’, este documento es el primero de los cuatro cuadernos de trabajo que ha elaborado el Ejecutivo de Iñigo Urkullu de cara al proyecto piloto que va a poner en marcha a partir del tercer trimestre de este curso en ocho centros educativos para explicar la historia de ETA al alumnado de 4º de la ESO y 2º de Bachillerato. A partir de los resultados de esta experiencia en los ocho recintos públicos y concertados —sus nombres aún no se quieren desvelar—, la pretensión del Gobierno vasco es extender desde el próximo curso a todas las aulas este programa educativo para el estudio de la “memoria reciente (1960-2018)” del País Vasco a través de la asignatura de Historia.

Los cuatro cuadernos, que entre sus contenidos recogen planes de trabajo desde el punto de vista pedagógico para los dos niveles educativos a los que se orienta el proyecto o documentación complementaria con textos que pueden ser de utilidad para el profesorado —como la Declaración Universal de los Derechos Humanos—, forman parte de la unidad didáctica elaborada de este proyecto educativo, bautizado como Herenegun (anteayer en euskera), y que se sustenta en la serie de cinco documentales ‘Las huellas perdidas’, que estrenó EiTB en 2016. Este producto audiovisual, que abordaba por décadas el periodo desde 1960 hasta 2011 a través de cinco capítulos de una hora de duración, contó con el asesoramiento editorial de Juan Pablo Fusi, Mari Carmen Garmendia y Mariano Ferrer, quienes también han supervisado la versión reducida de 20 minutos elaborada de forma expresa para el proyecto —el Gobierno vasco entiende que una duración de cinco horas de documental es “excesiva para su uso educativo”—.

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El objetivo de esta iniciativa, según resalta el secretario de Paz y Convivencia del Gobierno vasco, Jonan Fernández, es que el alumnado de entre 14 y 18 años “llegue a comprender un periodo especialmente convulso y violento de la historia reciente del País Vasco” y “pueda preguntarse y buscar respuestas sobre cómo y por qué ocurrieron los hechos del pasado y cómo influyen en el presente”. A este respecto, la viceconsejera de Educación, Maite Alonso, enfatiza que Herenegun busca “cubrir el vacío” que existe en la actualidad en el currículo educativo vasco, que cuenta con materiales y programaciones para abordar el periodo de la memoria histórica pero no el periodo de la memoria reciente.

La guerra sucia no solo no debilitó a ETA sino que la reforzó cuando cabía prever que hubiera podido entrar en su proceso de declive definitivo

El cuaderno que se ofrece al profesorado también aborda la “guerra sucia” del Estado, la cual, según deja constancia, no solo “amenazó la legitimidad misma" del Gobierno español sino que además contribuyó a “reforzar” a ETA en un momento en el que estaba muy debilitada. De hecho, el texto refleja que sin este “terrorismo de respuesta”, que se plasmó en “la represión, la tortura, los atentados” de la Triple A o el Batallón Vasco Español y “muy especialmente” en los asesinatos del GAL, “cabía prever que ETA militar hubiera podido entrar en su proceso de declive definitivo”. Pero todas estas acciones —refleja— “contribuyeron a alimentar una percepción de violencias enfrentadas y un nefasto relevo generacional en la comprensión, apoyo o militancia en los sectores sociopolíticos más próximos” a la banda terrorista. “El terrorismo de respuesta no solo no debilitó a ETA sino que la reforzó”, asevera.

El nacionalismo se ha resistido históricamente a reconocer la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado como la principal causa del fin de ETA, motivo que se abraza desde el espectro constitucionalista. El documento destinado a los profesores reconoce la “creciente eficacia” que adquirió la acción policial para la defunción de la banda terrorista y, en particular, alude a la intervención de la Gendarmería y la Guardia Civil que motivó la caída de la cúpula etarra en octubre de 2004 en el sur de Francia, con la detención de Mikel ‘Antza’, Soledad Igarragirre ‘Anboto’ y todo el aparato logístico de la banda etarra. Esta operación marcó el principio del final de ETA, que ya “no se recuperó”, dado que los sucesivos jefes fueron detenidos de “forma casi inmediata”.

placeholder Andoni Ortuzar y Arnaldo Otegi, durante la cumbre de Cambó (Francia) para escenificar el fin de ETA. (EFE)
Andoni Ortuzar y Arnaldo Otegi, durante la cumbre de Cambó (Francia) para escenificar el fin de ETA. (EFE)

Entre las causas del final de ETA, el Ejecutivo también alude al “grave error estratégico” que supuso la “socialización del sufrimiento” auspiciada por el histórico Rufi Etxeberria, a día de hoy aún dirigente 'abertzale'. “Lo que pudo haberse visto previamente como una lucha de resistencia contra los fuerzas militares y de seguridad del Estado español apareció ahora como mera criminalidad terrorista contra personalidades de la vida civil”, sostiene el texto. Incluso también se apunta a los atentados islamistas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y del 11 de marzo de 2004 de Madrid, que “destruyeron definitivamente toda valoración positiva que, por las razones que fuese —en el caso de ETA, la independencia vasca—, pudiera haberse hecho de la lucha armada terrorista”.

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Dentro de la instauración de la “cultura de la paz” que contribuyó a la defunción de ETA, el Gobierno vasco no solo alude a los movimientos pacifistas y a la sociedad vasca en su conjunto, entre otros actores, sino que también apunta al pacto soberanista excluyente que alcanzaron el PNV y Herri Batasuna en 1998 en Estella (Navarra) y que dio paso a una de las treguas trampa de ETA, ya que “cuando menos, contribuyó a la participación de la ‘izquierda abertzale’ en el proceso y las instituciones políticas". Igualmente, refleja que el Plan Ibarretxe, tumbado en el Congreso en 2005, tuvo "un impacto sensible en las bases sociales 'abertzales' como vía pacífica hacia la soberanía". No obstante, fija como factor del fin de la banda terrorista "la presión represiva —política, judicial, económica—" sobre la 'izquierda abertzale', a pesar de tratarse de "controvertidas y discutidas medidas", como la ilegalización de los distintos partidos y organizaciones sociales que aquella fue creando sucesivamente tras la prohibición de Batasuna en 2003.

El texto resalta el pacto excluyente de Estella de PNV y Batasuna: "Contribuyó a la participación de la ‘izquierda abertzale’ en las instituciones políticas"

De forma previa a su llegada a las aulas a partir de abril del próximo año, todo el material educativo elaborado —las cinco piezas audiovisuales y los cuatro cuadernos— va a ser remitido a todos los grupos del Parlamento vasco, al Consejo Escolar del País Vasco o al Consejo Vasco de Participación de Víctimas del Terrorismo, entre otros organismos, para que trasladen sus correcciones y aportaciones. Una vez finalice este plazo el 16 de noviembre, el Ejecutivo de Urkullu analizará todas las propuestas de cara a su posible incorporación con vistas a que el material definitivo esté listo para finales de enero. La evaluación de la experiencia piloto en estos ocho centros públicos y concertados en los cursos de 4º de la ESO y 2º de Bachillerato determinará las actuaciones a realizar para su extensión al conjunto del sistema educativo vasco en el segundo semestre de 2019. “Abordar esta tarea es algo tan complejo como necesario. Es preciso mirar al pasado sin miedo y con disposición a aprender de lo sucedido para que no se vuelve a repetir”, sostiene Fernández.

El cuaderno que sirve de base para el profesorado, que también incluye un "marco introductorio desde el punto de vista historiográfico" y diversos anexos con datos, cronologías e "informaciones complementarias", no pasa por alto la crítica por el olvido al que se ha sometido a las víctimas del terrorismo, en especial en las décadas de los setenta y ochenta, cuando "hubo importantes déficits en su reconocimiento y reparación". "Las víctimas no estaban en la agenda, eran ignoradas", deja constancia, al tiempo que pone en valor el "muy importante" papel que han jugado las asociaciones de víctimas y otros agentes sociales. "A partir del año 2000, se construyó una cobertura normativa, institucional y social de apoyo y solidaridad con las víctimas del terrorismo que, a pesar de ser mejorable, ha ido progresando cada año", sostiene. Por otro lado, también refleja que a día de hoy "todavía se presentan importantes resistencias para ofrecer reconocimiento y reparación legal a las víctimas de vulneraciones de derechos humanos provocadas por acciones policiales o parapoliciales, especialmente provocadas en la Transición y en los primeros años de la democracia". A este respecto, PNV y el PSE, los dos socios de gobierno, han registrado esta semana en el Parlamento vasco la proposión para la reforma de la polémica Ley de Abusos Policiales que contiene los cambios pactados con el Gobierno de Pedro Sánchez para retirar el recurso de inconstitucionalidad que había planteado el anterior Ejecutivo de Mariano Rajoy a esta normativa, que busca "reconocer y reparar" a víctimas de torturas.

El relato de la memoria en que está inmerso el País Vasco tras la disolución de ETA alcanza entre sus diferentes tentáculos a las causas del fin de la banda terrorista. Existen diferentes opiniones, según el espectro político o social al que se pregunte, sobre los motivos que llevaron a ETA a deponer las armas en primera instancia y a oficializar su defunción seis años y medio después de abandonar su actividad violenta. En este escenario, marcado por la división entre quienes han conocido el terrorismo, la escuela vasca va a explicar el final de ETA a los jóvenes como resultado de una conjunción de siete factores.

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