Guadarrama, la sierra donde todos se creen montañistas, pero tienen que ser rescatados

Subir las laderas de la Sierra de Guadarrama es uno de los retos favoritos de los montañeros. En concreto, muchos aspiran a recorrer los 20 kilómetros de la Cuerda Larga, una ramificación de la cordillera de más 2.000 metros de altura percibida como obligatoria para los amantes de la zona. El problema es que las condiciones meteorológicas no siempre acompañan. Cabezas de Hierro es uno de sus picos más característicos y una de las cumbres más altas de la región. Es ahí donde, este domingo, un joven de 25 años tuvo que ser rescatado por los servicios de emergencia. Fue él mismo quien, desorientado, alertó desde su teléfono móvil al 112. Avisó de que estaba perdido, sentía mucho frío y apenas tenía batería en el teléfono. La operación se alargó hasta cinco horas, pero el Grupo Especial de Rescate en Altura (GERA) —que pertenece a los Bomberos de la Comunidad de Madrid— consiguió trasladar al muchacho a un refugio de montaña.

Esta historia terminó con un final feliz. El joven, según explicaron fuentes del 112, solo terminó "muy cansado" después de toda la expedición. "Le dieron bebida, comida y ropa de abrigo", reseña Ismael Muñoz, el enfermero que le atendió. No obstante, la suerte no siempre está del lado de los montañistas. La Sierra de Guadarrama tiene "trampa", así lo explica el director de la Escuela Madrileña de Alta Montaña de Madrid, Emilio López. Por poner un ejemplo, el tramo de Cabezas de Hierro —donde fue rescatado el muchacho— es un camino sencillo en primavera y verano. Y esa misma ubicación se utiliza para dar cursos de alpinismo avanzado en invierno. La cara y la cruz de una zona no apta para confiados.

"El acceso desde Navacerrada es asequible porque vas ganando altura poco a poco. Pero con este tiempo [atmosférico] se forman placas de hielo. Con solo 20 o 30 grados de pendiente, puedes resbalar y golpearte. Esta es la caída típica que tenemos todos los años en la sierra", explica López. En lo que va de año, y a pesar de la escasa cota de nieve de este invierno, el GERA ha registrado 24 intervenciones de rescate.

La palabra "trampa" es la misma que utiliza el enfermero Muñoz cuando se le pregunta por Guadarrama. "Parece un relieve suave y accesible, pero en las cumbres la sensación térmica puede descender a los 20 grados bajo cero", explica. "En cuanto se mete una nube, es una trampa", sentencia. Además, el peligro asciende si se tiene en cuenta que a menos de 100 kilómetros a la redonda viven más de 7 millones de personas. "A veces me encuentro a gente con zapatillas de deporte y les pido que, por favor, se den la vuelta", continúa López.

¿Por qué se prolongó tanto el auxilio? Convergieron tres factores que favorecieron la tormenta perfecta: mucha nieve, mucho viento y poca visibilidad. Pedro de la Serna, Jefe de Dotación de GERA de Bomberos de la Comunidad de Madrid, explica que el equipo recibió el aviso a las 17:30 de la tarde. Para llegar hasta el joven, tuvieron que esperar a que "se abriera un poco la zona" para enviar un helicóptero. Tres miembros del GERA alcanzaron 2.000 metros de cota, a un kilómetro de distancia del montañista. Tuvieron "mucha dificultad para llegar hasta allí, fueron con esquís de travesía. Le asistieron y le proporcionaron raquetas de nieve", explica De la Serna. Además, se le envió una ruta alternativa a su móvil para que intentara descender y huir de la niebla, pero la falta de cobertura 4G y el nerviosismo le impidieron desplazarse a ningún lado.

El pasado año, el GERA tuvo que intervenir un total de 285 veces en la sierra

Una vez llegaron los bomberos, fueron perdiendo altitud por la cara norte hasta llegar al refugio del Pigaron. Allí le atendió Ismael Muñoz, que pudo corroborar que estaba en buen estado. "Era un chico atlético y llevaba botas de montaña, pero no esquís", continúa, "tenía experiencia en este tipo de deportes, pero no conocía esta sierra".

La ruta para llegar hasta Cabezas de Hierro varía según la estación del año. "En buenas condiciones puedes subir en un par de horas. En días como el domingo, varía siempre en función de la nieve", sentencia López. Este 2024 la temporada de nieve ha sido escasa. Por eso, a la mínima, "a quienes les gustan estos deportes aprovechan para ir. Pero hay que ir muy bien equipado: mínimo con piolet y crampones". El pasado año, el GERA tuvo que intervenir un total de 285 veces en la sierra madrileña. Desde julio de 2023, el Grupo de Rescate cuenta, también, con asistencia sanitaria del SUMMA112.