Cada vez que este colegio religioso quita las faldas del uniforme, los padres antipantalón la lían

Cada vez que un colegio de la congregación Pureza de María —con presencia en toda España— anuncia que va a retirar las faldas del uniforme para las niñas, algunos padres entran en cólera. El último centro en el que ha ocurrido es en el de Madrid. Este domingo, las familias se enteraron de que a partir del próximo curso todos los alumnos irán a clase en pantalones. Y algunas familias no dudaron es expresar su rechazo a esta medida que, lejos de tratarse de una implantación pionera, lleva años enfrentando a detractores y defensores de la misma.

"El equipo directivo tomó esa decisión unilateralmente", declaró una madre del colegio a Europa Press. Lo que critican estos padres es que el pantalón sea obligatorio y no opcional, pero la realidad es que no se trata de una actuación única de este centro. Fue la propia congregación religiosa la que, en 2019, advirtió a sus centros de que iba a realizarse un cambio de uniformado. Y entre otros cambios —como el color del polo o la rebeca—, también entraba en juego la desaparición de la falda para las menores. Esta modificación no se hizo de golpe, sino que se ha ido implantando progresivamente en los 14 colegios que tienen repartidos por el territorio nacional.

El primer colegio de la congregación que puso esta medida en marcha fue el de Bilbao, seguido de Sant Cugat del Vallès (donde se ubica la dirección que unifica todos los colegios), Granada y Palma. Y las quejas de algunos padres son siempre recurrentes. En el caso de la ciudad andaluza, la cosa se fue un tanto de madre. El cambio de falda a pantalón ocupó durante varias jornadas los titulares de la prensa del pasado mes de septiembre, algo que sorprendió al propio colegio.

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"Manifestamos nuestro desconcierto con la repercusión que una medida relativa a la uniformidad del centro ha causado en la opinión pública", señalaron en un comunicado al que ha tenido acceso este diario. En él también recalcan que esta medida ya fue anunciada en 2019 y que la intención, entre otras, era "suprimir estereotipos". No obstante, ya de aquella había algún que otro padre peleón. Una madre llegó a abrir una recogida de firmas en Change.org para solicitar "la libre elección" entre la falda o el pantalón. "La inclusión no debe pasar nunca por la imposición", decía.

La dirección del centro no ha querido dar nuevas declaraciones a El Confidencial porque quieren dar el tema por zanjado, pero sí reconocen que las familias que lideraban la protesta antipantalón no representaban el sentir general de los padres y madres.

Las familias profalda abrieron una recogida de firmas en Change.org

En el centro balear, por ejemplo, también hubo familias que se posicionaron en contra, aunque el pantalón no será obligatorio hasta el próximo mes de septiembre. Ahora que las niñas pueden optar por ambas prendas, desde el colegio reconocen que son muchas las que han elegido abandonar la falda.

Además, Pureza de María no es la única congregación religiosa que ha querido darle una vuelta a la vestimenta tradicional. En varios centros catalanes vinculados al Opus Dei, la alternativa para las niñas es una falda-pantalón. Estas medidas se toman desde las altas direcciones que conforman los centros, pero no existe una normativa común dentro de la Asociación de Escuelas Católicas.

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Uniformes para la calle

José Balmaseda es el director general de MCYadra, una empresa de fabricación de uniformes escolares. Reconoce que, con los años, las prendas se van actualizando. "El pantalón tiene cada vez más cabida", señala a este diario.

De hecho, reconoce que la tendencia actual pasa por modernizar el uniforme para que pueda usarse también fuera del colegio. "Por ejemplo, las chaquetas de chándal están siendo sustituidas por sudaderas con capucha", señala. La idea es conseguir que exista una "prolongación en la calle" del uso de la prenda, además de que sean cómodos y resistentes a las batallas del patio.