Una estatua a la venta en Carrefour y un lío en Las Rozas: "Si fuera más cara, nos dirían de todo"

Una asociación vecinal se ha llevado una sorpresa. Acaban de inaugurar una estatua que homenajea a Santa Teresa de Calcuta, la misionera católica, en una plaza con el mismo nombre ubicada en Las Rozas (Madrid). Pero el anuncio no ha sido bien recibido por algunos. La razón se encuentra en el propio origen de la escultura: los usuarios se percataron de que este monumento también podía adquirirse en Carrefour, la multinacional de supermercados francesa, por unos 900 euros. Algunos lo consideran una ofensa, pero otros solo se hacen una pregunta: ¿qué hay de malo?

A la inauguración acudieron tanto el párroco de una iglesia próxima, la de San Miguel Arcángel, como representantes institucionales o vecinos. Al ser una obra financiada con donaciones, y no con fondos municipales, el presupuesto era bastante más ajustado. "Lo primero que hicimos fue pedir un boceto a un escultor, pero es que con cualquiera se nos iba de las manos", admite Pablo Barreiro, el presidente de la Asociación de Familias Numerosas de Las Rozas, la entidad vecinal que ha abanderado esta iniciativa.

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Lo primero con lo que se encuentra Pablo es con el rechazo de algunos vecinos, que difunden mofas en redes sociales sobre la procedencia de la estatua. Pero tanto su asociación como el Ayuntamiento de Las Rozas, consultado por este periódico, no ven motivos para la polémica. "Si nos hubiésemos gastado una millonada en la escultura, entonces sí que nos habrían dicho de todo, y con razón", reconoce el presidente vecinal, que compara el gasto demoledor que algunas administraciones emplean en inaugurar obras que satisfagan a su población o les permitan dar grandes anuncios con la cifra "irrisoria" que han pagado ellos, en comparación con otros precios de mercado.

El Consistorio confirma que no ha pagado nada, más allá de la cesión del terreno en la plazoleta. "Ha sido una iniciativa única y exclusivamente vecinal", afirman fuentes municipales, que reconocen haber asistido a la inauguración y ayudar para "fijar la estatua" en el suelo, pero poco más. La compraron a un estudio valenciano que las realiza con moldes, tal y como detallaron los vecinos. Llegó a los pocos días y pudieron financiarla gracias a un crowfunding, en el que recibieron donaciones tanto de miembros de la asociación como de otros agentes externos: parroquias, amigos, el boca a boca...

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Más allá de las polémicas que puedan surgir, los vecinos están satisfechos. La consideran una obra "sencilla y digna" y sí, podría ser una pieza única u original de haber contado con más dinero, pero realmente lo que les importa es "el símbolo", y no tanto la calidad. "Para nosotros es un regalo y no tiene más vuelta de tuerca", zanjan.

En estas otras situaciones, se trata de una marca financiada con fondos públicos que salen directamente de los impuestos del contribuyente, por lo que se exigen unos estándares mínimos de calidad y coherencia. Pero en la inauguración de Las Rozas, más allá del debate que pueda existir sobre la idoneidad de la estatua de Santa Teresa, se trata de una obra que han traído los propios vecinos y en la que prácticamente no interviene el Ayuntamiento, al menos según lo que confirman ambas partes. "Que se vayan con sus risas a otra parte", ironizan desde la asociación ciudadana, en la que aún se sienten orgullosos de la nueva inquilina en Las Rozas.