Los vecinos de Madrid que se pasaron un año al teléfono para que funcionaran sus placas solares

Al otro lado, el teléfono comunica. Es noviembre de 2022 y Emilio trata de contactar, sin éxito, con la empresa de infraestructuras eléctricas que debe dar luz verde a una nueva instalación de placas solares. Es el técnico que ha contratado una comunidad de vecinos en Majadahonda (Madrid) para disponer de un sistema de autoconsumo, con placas fotovoltaicas que abaraten el coste final de la luz. Lo solicitaron por primera vez cuando ya se habían disparado los precios, a raíz de la guerra en Ucrania y la crisis del gas. Y no obtuvieron el ansiado beneplácito hasta hace apenas unos días.

El servicio está delegado en la empresa HEMAG, especializada en el campo de la energía y las infraestructuras eléctricas. Las primeras veces que se pusieron en contacto con ellos para hacer el cambio, ya les informaron de que cualquier comunicación debía hacerse a través de la app de i-DE, la compañía de distribución eléctrica de Iberdrola. El proveedor para el que trabaja Emilio, y al que contrataron los vecinos de esta urbanización –llamada Oliva Golf–, reconoce que el caso de este bloque ha sido especialmente paradigmático a la hora de mostrar que no es tan fácil como parece que una instalación solar empiece a operar. De hecho, son numerosas las ocasiones en las que la OCU ha pedido celeridad a administraciones y operadores a la hora de facilitar procedimientos así. "Durante mucho tiempo hemos estado completamente atascados", lamenta el técnico.

Si en 2021 se paralizó el boom del autoconsumo por las demoras para recibir los fondos europeos, ahora son otras razones (como los retrasos para recibir la autorización) las que no terminan de integrar este tipo de instalaciones en el día a día. En el caso de esta comunidad, el problema ha sido, sobre todo, de comunicación. Cuando contactaron con HEMAG a través de la aplicación, se les indicó que primero había que tramitar un expediente ordinario de autoconsumo colectivo acogido a compensación, como es habitual en estos casos. Luego toca la instalación, y es ahí cuando "empezaron los problemas" para Emilio.

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"Cada distribuidora tiene una normativa propia para las instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red eléctrica. El Gobierno podría y debería homologarlas, pero no ha sido así", comienza. Cuando tocaba instalar las placas, dejaron preparada una estructura "que se ha empleado en otros expedientes similares", a falta de ser aprobada por i-DE, tal y como consta en el resumen de la tramitación al que ha tenido acceso este periódico. Entonces fue cuando el gestor que se les había sido asignado solicitó "varios cambios", prosigue el informe, que finalmente se "ejecutan, documentan y envían". Al parecer, la insistencia continuó, y les fueron solicitadas nuevas alteraciones en el proyecto, pero "sin especificar las actuaciones ni justificarlas".

El problema en cuestión, según lo que se detalla en el documento, es que se les solicitó un cambio en el interruptor de corte y los técnicos contratados por los vecinos desconocían a qué se refería exactamente. Preguntaron por activa y por pasiva, a través de e-mails o por la plataforma web de Iberdrola. "No había respuesta", relatan. Por un malentendido técnico y la escasa comunicación, la aprobación del proyecto por parte de i-DE se alargó y se alargó.

¿Qué pasa aquí?

Aunque todo quedó finalmente resuelto, el proceso no ha sido fácil. Es más, uno de los vecinos del bloque, Fernando Alcázar, apunta a que aún queda un último paso: que la empresa acuda a conectar la maquinaria. Sin embargo, están algo más tranquilos. El escenario es muy distinto al de hace apenas unos días, cuando a través de un correo electrónico se preguntó al responsable de la compañía encargado del expediente por qué no se había cerrado la contratación. Aseguró que la parte técnica que les corresponde ya había acabado. Todo para sorpresa de los vecinos, que poco después recibían una notificación que les informaba de ello en la app de Iberdrola.

Al final, todo se resolvió con éxito para los vecinos pese a la demora y la exasperación. Fernado, en una llamada poco antes de las buenas nuevas, recordaba exhausto que hacía "cuatro meses" ya de la última visita. Los 149 vecinos que habitan en este bloque al fin tendrán placas solares y un sistema de autoconsumo que ya habían pagado tiempo atrás. El nudo de comunicaciones en Oliva Golf ya no será un problema. Nunca más.