El Buenos Aires europeo va a votar: Madrid y el 'boom' de argentinos que disparó la venta del dulce de leche

"¡Hemos triplicado las ventas de dulce de leche!", señala Marta Cruz, una mujer de 89 años afincada en Madrid desde hace 30 y al frente del negocio Gusto Argentino en la calle Conde Duque. El aumento de ventas de estos productos latinoamericanos tiene una explicación: especialmente a raíz de la pandemia, se está produciendo un boom de migración argentina a la capital española. Madrid es ahora el Buenos Aires europeo y esto tiene un impacto en los negocios de empanadas, alfajores y mate. "Les escuchas hablar por la calle mucho más que antes", continúa Cruz.

Este movimiento demográfico de los tres últimos años, y según los testimonios de los ciudadanos consultados, tiene base en una cuestión clave: la seguridad. No solo la personal, sino la económica. Argentina, que este fin de semana afronta unas decisivas elecciones, vive desde el distópico 2020 un declive económico que recuerda a los tiempos de corralito por el empobrecimiento de las clases medias. Los precios han aumentado un 138,3% en el último año, y si bien el país está acostumbrado a fluctuaciones pronunciadas de su divisa y precios, estas cifras son exageradas incluso para Argentina.

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"Nosotros nos fuimos por la sensación de inseguridad. Teníamos buen sueldo, pero nos atracaron en la puerta de casa y tenemos dos hijos pequeños. Por eso decidimos venir a mejorar nuestra calidad de vida", relata Eva Ferreira, de 38 años y al frente de la página Argentinos en Madrid, donde ayuda a generar sinergias entre compatriotas. Además, trata de ayudar a quienes tienen dudas sobre cómo afincarse en la capital: "A veces me preguntan cosas de las que no tengo ni idea… ¡no soy experta en migraciones!", relata.

Los datos hablan por sí solos. En los cuatro últimos años, la llegada de argentinos en la Comunidad de Madrid se ha disparado. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2022 se contabilizaron 49.292 en la región, 10.000 más que antes de la pandemia. En el gráfico se puede observar el crecimiento exponencial y compararlo con el también disparo migratorio que se produjo a principios de los 2000 con el fenómeno del corralito. Además, se aprecia también el descenso durante los años posteriores a la crisis de 2008. La compleja situación económica en España dificultó los movimientos demográficos desde el otro lado del charco. Después, la devaluación del peso argentino agudizó el desequilibrio en los hogares. Pongamos un ejemplo: en 2017, 100 pesos argentinos equivalían, aproximadamente, a cinco euros. Ahora, el valor de 100 pesos oscila en torno a 0,27 céntimos de euro. De hecho, la idea de ahorrar se percibe como absurda en el país, ya que quienes no pueden cambiar la moneda a dólares, desconocen qué valor tendrá el peso el mes siguiente.

Esta insostenible situación fue también la razón por la que Guido, de 34 años, decidió iniciar un nuevo proyecto de vida en Madrid. Al igual que Ferreira, este experto en telecomunicaciones sufrió una serie de incidentes en Buenos Aires que le llevó a tomar la iniciativa: "Tenía buen trabajo y buen sueldo, pero valoro salir a pasear a las dos de la mañana sin miedo. Me han atracado en multitud de ocasiones, e incluso sufrí un secuestro en 2015", confiesa a este diario.

En cuanto a la distribución argentina en la ciudad, la tendencia residencial se encaja dentro de la M-30. Los barrios como Embajadores, Malasaña y Chamberí son los favoritos por los latinoamericanos. Y esa cifra se reduce según se avanzan kilómetros hacia la periferia: según el censo del Ayuntamiento de Madrid, los barrios del sur (y el Pardo) son los que menos registran: en términos porcentuales, viven más argentinos en Aravaca que en Aluche. En el primero, residen 2,3 por cada 1.000 habitantes; mientras que en el segundo, la cifra desciende a 1,5.

Domingo de elecciones

Este domingo, además, los 49.000 residentes en la Comunidad de Madrid están llamados a las urnas. Los electores podrán ejercer su derecho a voto en el Colegio Mayor Argentino de la capital. Marta, de hecho, recuerda como hace 30 años, para votar era un kilombo. Ahora es más accesible darse de alta en el padrón. Fuentes de la Embajada Argentina en España explican que ese aumento de población también se ha notado en el censo electoral. 34.196 personas con pasaporte argentino se han registrado formalmente para acudir el domingo a las urnas, unos 4.000 más que los comicios anteriores. Además, y a diferencia de otras elecciones latinoamericanas (como las ecuatorianas del pasado mes de agosto), los argentinos residentes en la capital solo podrán votar físicamente.

Y se trata de unas elecciones clave: la principal disputa por la Casa Rosada se divide entre el ultraderechista Javier Milei, la experonista y ahora al frente del partido conservador del exmandatario Mauricio Macri (Juntos por el Cambio), Patricia Bullrich, y el actual ministro de economía —precisamente, la cartera más delicada por la inabarcable situación que afronta el país—, Sergio Massa. Los variopintos perfiles de los candidatos no hacen más que reflejar los altos índices de polarización que atraviesa Argentina.

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"Milei dice disparates, pero siento que si gana será porque es un contrario. La gente está cansada de que el país se esté hundiendo", reflexiona Ferreira, que acudirá este domingo con su marido a votar en la primera vuelta de los comicios. De hecho, ese ha sido el punto fuerte en el que se ha sustentado el libertario. En un contexto de empobrecimiento, inflación y desgaste de los partidos tradicionales, Milei irrumpe como una alternativa al bipartidismo basado en una liberación extrema de la economía (en términos de privatización, reducción de inversión pública, dolarización) y un conservadurismo duro en lo social.

Para que el polémico candidato —negacionista del cambio climático, violencia de género y en defensa del tráfico de órganos para agilizar el mercado— alcance la presidencia, y a pesar de estar el primero en las encuestas, necesitaría más del 45% de los votos, algo que aparentemente se pronostica improbable. Por el momento, todo apunta a que se deberá celebrar una segunda vuelta. Y la situación económica de la argentina poselectoral continúa en el aire.