Por qué esta localidad de Madrid era el sitio perfecto para los neandertales
El científico Enrique Baquedano, director del museo arqueológico regional, detalla las peculiaridades del asentamiento de Pinilla del Valle. El enclave puede visitarse desde el 1 de abril hasta el 30 de noviembre
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A 70 kilómetros de la Puerta del Sol, dentro de las fronteras de la Comunidad de Madrid, se ubica el Parque Arqueológico del Valle de los Neandertales en Pinilla del Valle. Un lugar único en el mundo por la multitud de descubrimiento que se han ido desempolvando con los años. El último gran hallazgo fue portada en la revista Nature Human Behavior –una referencia en el ámbito científico– el pasado mes de marzo. En el artículo se detallaba la capacidad simbólica de estos homínidos, algo que hasta ahora no había sido capaz de demostrarse. Se pensaba que únicamente el Homo Sapiens podía relacionar conceptos y símbolos. El principal autor de esta publicación es el arqueólogo Enrique Baquedano, quien empezó a trabajar sobre el terreno en 2002. Ahora, explica que, entre la multitud de resultados de sus investigaciones, destaca la idoneidad de Pinilla del Valle para la vida de los neandertales.
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Existen varios factores que determinan esta afirmación. La cuestión del agua es fundamental. Lo era antes y lo es ahora. La Comunidad de Madrid dispone de una “cuenca que arranca en la sierra”, lo que produce que exista una “red hídrica buenísima” y facilite la actividad humana “desde la prehistoria”, explica Baquedano.
La ubicación madrileña es otro punto a favor. Supone un paso obligado entre la meseta norte y la meseta sur. Un asentamiento temporal para los nómadas de hace más de 100.000 años. Básicamente, en la zona de Lozoya tenían todas sus necesidades cubiertas. “Agua potable todo el año, frutos para alimentarse y cavidades donde alojarse, apunta el experto. No solo eso. El norte de la región dispone de las suficientes materias primas con las que podían hacer sus herramientas para cazar. Y la posibilidad de disponer de madera para mantener el calor. “En un mundo glaciar, la leña seca es determinante”.
Museo de trofeos
El santuario de caza hallado en Pinilla del Valle, en la cueva Des-Cubierta, es el mayor descubrimiento sobre la capacidad simbólica de los Neandertales. El hallazgo de varios cráneos, dientes y mandíbulas de herbívoros –alimento de los homínidos– dejaban entrever que exponían sus huesos para exhibir los logros de los cazadores. Además del arqueólogo Baquedano, en estas excavaciones participaron el reconocido paleontólogo Juan Luis Arsuaga e investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales y la Universidad Complutense de Madrid.
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Ahora, el Valle podrá visitarse hasta el 30 de noviembre de martes a domingo. Desde su inauguración en 2015, la afluencia de gente no dejó de crecer con excepción de la pandemia. “El recorrido dura dos horas a lo largo de cuatro kilómetros para conocer todos los yacimientos que componen el Parque (Cueva del Camino, Cueva Des-Cubierta, Cueva de la Buena Pinta, Abrigo de Navalmaíllo y Cueva Chica)”, explica la Comunidad de Madrid. Desde el 15 de agosto al 15 de septiembre estará cerrado al público porque, según explica Baquedano, aprovechan para realizar “excavaciones” y seguir investigando.
A 70 kilómetros de la Puerta del Sol, dentro de las fronteras de la Comunidad de Madrid, se ubica el Parque Arqueológico del Valle de los Neandertales en Pinilla del Valle. Un lugar único en el mundo por la multitud de descubrimiento que se han ido desempolvando con los años. El último gran hallazgo fue portada en la revista Nature Human Behavior –una referencia en el ámbito científico– el pasado mes de marzo. En el artículo se detallaba la capacidad simbólica de estos homínidos, algo que hasta ahora no había sido capaz de demostrarse. Se pensaba que únicamente el Homo Sapiens podía relacionar conceptos y símbolos. El principal autor de esta publicación es el arqueólogo Enrique Baquedano, quien empezó a trabajar sobre el terreno en 2002. Ahora, explica que, entre la multitud de resultados de sus investigaciones, destaca la idoneidad de Pinilla del Valle para la vida de los neandertales.