Vox cumple su amenaza y tumba los presupuestos de Ayuso para 2023

Vox ha cumplido su amenaza y ha tumbado los presupuestos de Isabel Díaz Ayuso. El grupo encabezado por Rocío Monasterio ha votado este viernes en contra del proyecto de las cuentas de la Comunidad de Madrid para 2023 en la comisión del ramo, por lo que casi con total seguridad ni siquiera habrá debate en la Asamblea. La decisión se produce a cinco meses para las elecciones y tras varias semanas de tensión, con críticas y reproches cruzados entre ambas dirigentes, que viven un momento de crispación inédito tras la sintonía del curso pasado. El Gobierno autonómico, salvo giro inesperado, está abocado a la prórroga.

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Esta misma mañana, horas antes de que se celebrara la comisión, Ayuso dejó claro que no iba a ceder ante Monasterio y no iba a aceptar sus enmiendas al presupuesto, presentadas fuera de plazo. "No voy a intercambiar derechos y obligaciones y las leyes contraen derechos y obligaciones que afectan a todos los ciudadanos por presupuestos, esto es una práctica cada vez más frecuente en la política española y a mí eso me parece una irresponsabilidad", declaró la presidenta de la Comunidad de Madrid ante la insistencia de su único socio en la Cámara madrileña. Solo un milagro salvaría las cuentas, pero no se ha producido.

Vox llevaba tiempo amagando con tumbar los presupuestos, pero no fue hasta el episodio de las enmiendas cuando se plantó ante el Gobierno. Monasterio aseguró este viernes que no ha habido voluntad política por parte de Ayuso, hasta el punto de que llevan casi dos semanas sin intercambiar palabra de forma privada. No así ante los medios, donde ambas dirigentes se han explayado a gusto. Siempre hemos sido unos socios leales, pero no podemos apoyar unos Presupuestos donde se humilla a los votantes de Vox", declaró la líder de la formación para justificar su negativa.

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La comisión de presupuestos ha evidenciado la ruptura definitiva, lo que abre un periodo de incertidumbre hasta la cita con las urnas, sin saber si este desencuentro será un punto de inflexión o si habrá acercamientos puntuales. Se da por hecho que las cuentas no saldrán adelante, pero un vacío en el Reglamento de la Asamblea no aclara si el dictamen desfavorable de este viernes podría ser debatido en el Pleno previsto para la semana que viene, los días 21 y 22 de diciembre, según informa Europa Press. Así, la Mesa de la Comisión lo remitirá ahora a la Mesa de la Asamblea, máximo órgano parlamentario, que tendrá la última palabra.

La respuesta del PP en la Asamblea de Madrid ha seguido la línea de las declaraciones de Ayuso los últimos días. El enfado en el grupo parlamentario es notable y acusan a Monasterio de alentar a la izquierda en su ofensiva contra el Gobierno regional. "Monasterio ha perjudicado gravemente a los madrileños, que se quedan sin presupuestos, y ha regalado una bonita foto y una victoria a la izquierda madrileña al mismo tiempo que ha erosionado una institución como la Comunidad de Madrid, que es una de las pocas instituciones que queda para hacer contrapeso al señor Sánchez", declaró el portavoz, Pedro Muñoz Abrines.

Semanas de tensión

La tensión entre el PP y Vox se disparó en las últimas semanas, hasta alcanzar su punto más alto en la comisión. Nada que ver con lo que Ayuso y Monasterio exhibieron al inicio del curso. Como informó El Confidencial, la presidenta madrileña se reunió con la portavoz de la formación ultraconsevadora a finales de agosto en la ronda de contactos con todos los portavoces parlamentarios. Entonces se dio por hecho que cerrarían un acuerdo. En Vox, incluso, señalaron que no apoyar las cuentas sería una "gran irresponsabilidad" dado el contexto de incertidumbre por la crisis económica.

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Pero la situación ha dado un giro de 180 grados ahora, con las elecciones autonómicas y municipales a la vuelta de la esquina. La relación entre Ayuso y Monasterio, siempre cordial e incluso considerada como un oasis en la batalla abierta entre sus partidos, se ha degradado progresivamente. La primera advertencia de Vox llegó con la comisión de residencias de mayores que plantearon, que finalmente no fue a más pero cabreó al Gobierno madrileño. La tensión fue a más con la crisis sanitaria por las huelgas de médicos. Y estalló definitivamente con los presupuestos.

Las críticas constantes sonaban a declaración de guerra. El pleno del jueves, apenas 24 horas antes de que Vox votara en contra del dictamen, fue la perfecta escenificación de este pulso. Monasterio, que atacó a Ayuso por financiar las zonas de bajas emisiones en municipios y fomentar el "fanatismo climático", exigió una vez más que se retiren las cuentas para continuar con la negociación e incluir sus enmiendas. "Nosotros no podemos votar a favor del dictamen ni abstenernos, tendremos que votar en contra de un dictamen que no incluye las enmiendas de Vox", subrayó la líder de la formación. Y así ha sido.