Vox mantiene el pulso con Ayuso y amenaza con tumbar los presupuestos sin llegar al debate

Los presupuestos de la Comunidad de Madrid para 2023 están más en el aire que nunca. Tanto, que es probable que ni siquiera se celebre el pleno programado para el jueves de la semana que viene. Esa es la última medida de presión de Rocío Monasterio frente a Isabel Díaz Ayuso tras quedar fuera sus enmiendas a las cuentas, presentadas fuera de plazo. Vox advirtió de que este viernes votará en contra del dictamen de las cuentas regionales en la comisión del ramo, por lo que es probable que no haya ni debate en la Asamblea de Madrid. La relación entre ambos partidos, socios naturales y cordial durante la legislatura, entra en barrena en la región.

La tensión entre el PP y Vox se ha intensificado en las últimas semanas hasta un punto inédito en la Comunidad de Madrid. El escenario es completamente distinto al del inicio del curso, cuando las dos dirigentes parecían encarrilar los presupuestos en un clima de total sintonía. Como informó El Confidencial, Ayuso se reunió con Monasterio a finales de agosto en la ronda de contactos con todos los portavoces parlamentarios. Entonces todo el mundo dio por hecho que, como el año pasado, la derecha cerraría un acuerdo sin demasiados problemas. Fuentes de la formación ultraconservadora, incluso, señalaron que no apoyar las cuentas sería una "gran irresponsabilidad" dado el contexto de incertidumbre por la crisis económica. Pero nada más lejos de la realidad.

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Ana Belén Ramos

La situación ha dado un giro de 180 grados en apenas unos meses, justo a las puertas del año electoral, con las elecciones autonómicas y municipales a la vuelta de la esquina. La relación entre Ayuso y Monasterio, siempre cordial e incluso considerada como un oasis en la batalla abierta entre sus partidos, se ha degradado progresivamente, hasta llegar al punto actual. La primera advertencia de Vox llegó con la comisión de residencias de mayores que plantearon, que finalmente no fue a más pero cabreó enormemente al Ejecutivo autonómico. La tensión continuó y fue a más con la crisis sanitaria por las huelgas de médicos. La presidenta madrileña, incluso, reprochó a su única socia en la Cámara de Vallecas que se posicionara con la izquierda. "¿Ahora se va a poner a la cabeza de las mareas blancas usted también?", espetó Ayuso durante un pleno en la Asamblea de Madrid, asediada ya por esta problemática.

El encontronazo se refería a algunas de las reclamaciones de Monasterio, que tomó partido por los médicos y exigió una subida salarial compensada por un recorte a las subvenciones a los sindicatos. Esta petición, precisamente, era uno de los planteamientos para los presupuestos de 2023, pero las enmiendas no llegaron a tiempo y nunca se incluyeron. Vox pasó entonces de anunciar una abstención para las cuentas, suficiente para el Gobierno de la Comunidad de Madrid, a una negativa rotunda porque el PP votó junto a Más Madrid, PSOE y Unidas Podemos para que la Mesa de la Asamblea rechazase estas propuestas. Y se desató la guerra.

La tensión entre Ayuso y Monasterio ha ido al alza desde hace meses. Primero fue la comisión de residencias y después la crisis sanitaria

El pleno de este jueves fue la escenificación del pulso que, salvo cambio de última hora, abocará a una prórroga presupuestaria. Monasterio, que atacó a Ayuso por financiar las zonas de bajas emisiones en municipios y fomentar el "fanatismo climático", exigió una vez más que se retiren las cuentas para continuar con la negociación. Siempre con la advertencia de que no habrá debate el próximo jueves día 21. "Mañana tenemos un dictamen en el que a día de hoy no se ha incluido ninguna enmienda de Vox. Nosotros no podemos votar a favor del dictamen ni abstenernos, tendremos que votar en contra de un dictamen que no incluye las enmiendas de Vox", subrayó la líder de la formación.

Normativa de VTC

El pulso seguirá abierto e incluso Vox tumbó este jueves la tramitación en lectura única de la modificación de la ley de transportes urbanos, que regula el funcionamiento de las VTC. Esto da una pista de hasta qué punto la relación entre el PP y Vox será más que tirante durante el año electoral, con más leyes pendientes sobre la mesa. Así, la relación entre Isabel Díaz Ayuso y Rocío Monasterio se parecerá más a la que mantienen José Luis Martínez-Almeida y Javier Ortega Smith en el Ayuntamiento de Madrid a la que ellas tuvieron en los últimos años. "Esto a mí me duele. El PP una vez más se equivoca de enemigo, seguiremos esperando a ver si alguien quiere incluir nuestras enmiendas", añadió la portavoz de Vox en la Cámara madrileña.

Isabel Díaz Ayuso repite desde hace días que no cambiará su posición. Durante la sesión de este jueves, de hecho, acusó a Vox de seguir una estrategia electoral para sacar tajada en Cibeles, donde presumiblemente tienen más probabilidades que en la Comunidad de Madrid, en alusión a las zonas de bajas emisiones y Madrid Central, el gran caballo de batalla en la capital. La presidenta autonómica reprochó a Monasterio que está pensando en el Ayuntamiento porque "da por perdida la Comunidad", sin dar su brazo de torcer ante la amenaza en ciernes.

Lo cierto es que desde Sol están tranquilos y consideran incluso que esta ofensiva les beneficiará en las elecciones del 28 de mayo. El precedente de Andalucía, cuando Vox tumbó los presupuestos de Juanma Moreno, les da alas para pensar que también ahora pincharán en hueso. La posibilidad de que todo acabe con una nueva mayoría absoluta para el PP es más que plausible y a eso se agarran en el equipo de la también líder popular en Madrid. Fuentes del Ejecutivo autonómico, de hecho, creen que los de Monasterio nunca han querido llegar a un acuerdo sobre los presupuestos y todo se enmarca en un plan de desgaste contra la presidenta a seis meses de los comicios. Destacan que tuvieron el proyecto de las cuentas durante dos meses y lo dejaron para el último momento, además de plantear solo 80, frente a las casi 2.000 de Más Madrid, las 1.300 de Unidas Podemos o las 600 del PSOE.