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Por qué los polinizadores son indispensables en Madrid: el Arco Verde y los entornos silvestres
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Por qué los polinizadores son indispensables en Madrid: el Arco Verde y los entornos silvestres

Casi el 90 por ciento de los vegetales dependen de algún tipo de animal, principalmente insectos, para transferir el polen de una flor a otra y producir semillas

Foto: Una abeja se acerca a una flor en Madrid. (EFE/Rodrigo Jiménez)
Una abeja se acerca a una flor en Madrid. (EFE/Rodrigo Jiménez)

Las áreas naturales, rurales y urbanas de la Comunidad de Madrid necesitan incrementar la presencia de insectos polinizadores, fundamentales para la vida, porque gracias a su labor existen la mayoría de los vegetales que conocemos. Entre las especies más famosas están las abejas, tanto silvestres como melíferas, que también tienen su importancia en la economía madrileña, con un sector apícola en pleno crecimiento.

Foto: La consejera de Medio Ambiente, Vivienda y Agricultura, Paloma Martín; el director general de Biodiversidad y Recursos Naturales, Luis del Olmo, y técnicos de la dirección general. (Comunidad de Madrid)

Según avanza la construcción de Arco Verde, el gran proyecto medioambiental del Gobierno regional, la vida se desarrolla poco a poco en los entornos silvestres. La instalación de 18 reservas de polinizadores y lepidópteros en diversos puntos del gran trazado de interconexión vegetal ofrecen refugio y alimento a los insectos con el objetivo de incrementar la biodiversidad del entorno. Además, como informa la Consejería de Medio Ambiente, también se han creado nidales para abejas silvestres y áreas de suelo desnudo, pilas de madera muerta para fomentar la presencia de especies saprófitas que la descomponen y muros vivos o estructuras de piedras apiladas para fauna auxiliar, como los reptiles.

La asociación no lucrativa Brinzal ha trabajado en la selección de la vegetación específica de las reservas de polinizadores para que sirvan de alimento a este tipo de insectos y de hospedaje para las larvas, además de tener un carácter autónomo y no alérgeno y tener una época adecuada de floración, que debe ser entre febrero y octubre.

Servicio esencial para la vida

El conjunto de insectos polinizadores, también en los casos de algunas aves y mamíferos, tienen un trabajo crucial para preservar la vida tal y como la conocemos. “Estos insectos son muy importantes porque desarrollan un servicio esencial en la reproducción de las plantas. Casi el 90 por ciento de los vegetales dependen de algún tipo de animal, principalmente insectos, para transferir el polen de una flor a otra y producir semillas. Sin insectos que visiten las flores, no habría polinización y las plantas desaparecerían. Esta transferencia se realiza, principalmente, gracias al trabajo de escarabajos, mariposas, abejas y moscas”, como explica a El Confidencial Marcos Méndez Iglesias, profesor de ecología y evolución de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.

placeholder Reservas polinizadores. (Comunidad de Madrid)
Reservas polinizadores. (Comunidad de Madrid)

En los entornos urbanos, gracias a las zonas verdes de las ciudades, también podemos encontrar insectos polinizadores, que se pueden incrementar poniendo en terrazas y balcones plantas como el jazmín, margaritas, geranios, albahaca, melissa, hierbabuena, romero, tomillo o lavanda. Cuenta Méndez Iglesias que la sociedad “debe pensar más allá de la abeja melífera, que es la abeja domesticada por los apicultores. Las abejas silvestres están en nuestras ciudades porque existen zonas verdes ajardinadas y descampados donde encuentran hábitats adecuados para existir, por la presencia de flores y zonas con tierra desnuda en la que pueden hacer sus nidos. Si estos ambientes urbanos y periurbanos son cada vez más hostiles, con intervenciones agresivas en las zonas verdes y limpiezas tempranas de las plantas que existen en los descampados, estaremos limitando esta diversidad de abejas silvestres de las que podemos disfrutar en nuestras calles”.

Las administraciones deben tomarse en serio el mantenimiento de la diversidad de insectos para la polinización de las plantas

Además de permitir la proliferación de insectos polinizadores con plantas ricas en néctar, “como sociedad deberíamos presionar a nuestros políticos y gestores para que fomenten medidas que preserven esta biodiversidad. Las administraciones deben tomarse en serio el mantenimiento de la diversidad de insectos para la polinización de las plantas, tanto en zonas urbanas como zonas rurales”.

Gestión correcta de las zonas urbanas y también de las naturales y agrícolas, “porque se ha demostrado que dejar zonas sin cultivar en las explotaciones agrícolas favorece la presencia de plantas que son visitadas por insectos y generan pequeñas reservas de insectos que luego pasan a los cultivos, facilitando la polinización y reproducción de las plantas cultivadas. Por tanto, hay que hacer una gestión de las zonas agrícolas para que no sean tan agresivas con los hábitats silvestres”.

Alta mortandad de las abejas

Numerosos estudios científicos hacen referencia a la alta mortandad de las abejas. Preocupa, más que la desaparición de las abejas melíferas “con problemas típicos de una especie domesticada, con densidades muy altas de población y con tratamientos para las enfermedades que les proporciona el ser humano, la pérdida de ejemplares silvestres. Es más difícil que alguien se ocupe de la desaparición de las abejas silvestres, cuya disminución de población se debe a causas multifactoriales, como la gestión tan intensiva de las zonas agrícolas, donde se eliminan los hábitats silvestres. Habría también que reducir el uso de pesticidas”, porque afectan directamente a los polinizadores y a los insectos que visitan las flores.

placeholder El apicultor Jorge Cáceres. (Cedida)
El apicultor Jorge Cáceres. (Cedida)

Abejas melíferas en la sociedad

La relación entre el ser humano y Apis mellifera es milenaria. Miel, cera, propóleo, jalea real, la sólida forma geométrica hexagonal de los panales de las colmenas… Son muchas las aplicaciones que obtenemos del trabajo de las abejas melíferas. La apicultura en la Comunidad de Madrid no representa el peso que tiene en otras regiones, como Extremadura, Castilla y León o Castilla - La Mancha, pero sí genera empleo y productos de calidad. “La miel de Madrid es una de las mejores mieles del país y del mundo, sin ser exagerado”, afirma en El Confidencial Jorge Cáceres, apicultor de la Asociación de Apicultores de la Comunidad de Madrid.

“Nuestra miel tiene unas características especiales y hay una diferenciación muy grande respecto a las mieles que se venden en los supermercados, que todas son del mismo color y sabor. Las mieles de la Comunidad de Madrid tienen colores que van desde el marrón muy claro hasta el negro, con unos sabores muy diferentes”.

Las principales zonas apícolas de la región se concentran en la Sierra y los apicultores se enfrentan a dos grandes problemas que matan a numerosas abejas de las colmenas: “Un ácaro que hace enfermar a la abeja y los herbicidas y pesticidas de las explotaciones agrarias, que también afectan a los polinizadores fundamentales para los ecosistemas. Hay compuestos que provocan la desorientación de las abejas e impiden que regresen a la colmena, con la terrible pérdida anual de colonias de abejas”.

Las áreas naturales, rurales y urbanas de la Comunidad de Madrid necesitan incrementar la presencia de insectos polinizadores, fundamentales para la vida, porque gracias a su labor existen la mayoría de los vegetales que conocemos. Entre las especies más famosas están las abejas, tanto silvestres como melíferas, que también tienen su importancia en la economía madrileña, con un sector apícola en pleno crecimiento.

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