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Invisible y cancerígeno: un tercio de la Comunidad de Madrid está expuesta al radón
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Invisible y cancerígeno: un tercio de la Comunidad de Madrid está expuesta al radón

Somosierra, El Berrueco y El Molar se asientan en suelo granítico. Muchos diagnósticos de cáncer de pulmón sorprenden a los vecinos por la inhalación del gas

Foto: Vista de La Pedriza desde Manzanares El Real. (EFE/J.C. Fraile Esteve)
Vista de La Pedriza desde Manzanares El Real. (EFE/J.C. Fraile Esteve)

La Comunidad de Madrid es, junto con Galicia y Extremadura, una de las zonas españolas más sensibles a la contaminación por gas radón. Gran parte de la región se asienta sobre suelos graníticos, el origen natural de este gas radiactivo, invisible e inodoro, que se genera a partir de la desintegración progresiva y evaporación a la atmósfera del uranio que está presente en las rocas. Este gas, al aire libre, se diluye y no presenta problemas para la población. Sin embargo, concentrado en lugares sin ventilación, es cancerígeno.

Foto: Es el suelo el que emana radón y lo deja 'atrapado' en el interior de los edificios. (Reuters)

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), su inhalación es la primera causa de cáncer de pulmón en no fumadores y la segunda en fumadores. Más de un tercio de la Comunidad de Madrid (desde Somosierra, El Berrueco y El Molar hasta Cenicientos, Villamanta, Navalcarnero y El Álamo) está asentada sobre suelo granítico y muchos diagnósticos de cáncer sorprenden a vecinos de estas zonas que, sin haber fumado en su vida, descubren que el origen de la enfermedad está en la inhalación de este gas doméstico. Existe una evidente falta de información y hay una preocupante inacción por parte de las administraciones, como denuncian los expertos.

placeholder La inhalación del radón emitido por la tierra y atrapado en edificios es la segunda causa de cáncer de pulmón en España. (Unsplash/@sunburned_surveyor)
La inhalación del radón emitido por la tierra y atrapado en edificios es la segunda causa de cáncer de pulmón en España. (Unsplash/@sunburned_surveyor)

Si al aire libre es un gas inocuo, ¿en qué casos el radón es peligroso? En sótanos y estancias cerradas de casas y negocios, también en edificaciones que presenten grietas y fisuras por donde se cuele el pernicioso gas. José Miguel Rodríguez, director del Instituto de Salud Geoambiental y de la iniciativa Vive Sin Radón, explica a El Confidencial que “el radón es peligroso en casa si los niveles de concentración son altos” y recuerda que “vivir en una zona de riesgo no implica que exista acumulación de este gas en los hogares. Se cifra en un 15% el número de viviendas que podría tener concentraciones de este gas, pero depende de las características del edificio y cómo se construyó. Vivir en una zona granítica tampoco implica peligro, porque al aire libre el gas radón no supone ningún riesgo”.

¿Qué se debe hacer?

Desde Vive Sin Radón, Rodríguez recomienda, “en primer lugar, averiguar, buscando en los mapas de nuestra iniciativa o en la web del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), si vivimos en una zona de riesgo. Si es así, si vivimos en una zona de riego, la OMS recomienda, según el Código Europeo Contra el Cáncer, hacer mediciones de la presencia y la concentración del gas a la que estamos expuestos. En función de los datos obtenidos, tomaremos decisiones”.

Estas mediciones, acreditadas por empresas especializadas y con una duración mínima de tres meses, “se deben hacer en las épocas frías del año (invierno y otoño), porque es cuando más radón concentrado podremos encontrar porque las casas suelen estar más cerradas”.

Los efectos son proporcionales a la exposición a la que se está expuesto en periodos de tiempo muy prolongados

Según explica el CSN, “la Guía de Seguridad GS 11-02 del CSN recomienda un nivel de referencia de 300 Bq/m3 (bequerelios por metro cúbico)”. Este valor no significa que exista una línea roja que no se pueda traspasar. Se recomienda no superar esos valores teniendo en cuenta que “no hay una línea que separe un nivel seguro de un nivel de riesgo: los efectos para la salud son proporcionales a la exposición a la que se está expuesto a lo largo de periodos de tiempo muy prolongados. Por ello, el nivel de referencia está referido a un promedio anual, y el riesgo está asociado a exposiciones mantenidas durante muchos años”.

Ventilar, ventilar y ventilar

El organismo español en materia de seguridad nuclear y protección radiológica considera que “a niveles de concentración en torno a unos pocos cientos de ‘Bq m3’ , la ventilación natural suele ser una medida efectiva para disminuir la concentración de radón. La concentración de radón suele ir aumentando durante la noche y disminuyendo a lo largo del día, por tanto ventilar por la mañana unos 15 minutos puede ser una medida adecuada. Para niveles de radón más elevados es necesario recurrir a soluciones de tipo constructivo”.

Foto: Cómo debes ventilar tu casa para minimizar riesgos ante el coronavirus (iStock)

Ventilar. Una de las medidas de protección durante la pandemia por el covid, receta de abuela y acción eficaz contra la concentración de gas radón en lugares cerrados. “Con la pandemia hemos aprendido que el aire es un factor importante para nuestra salud”, recuerda el responsable del Instituto de Salud Geoambiental. “Ventilar es un hábito saludable que todos deberíamos hacer y que se ha ido perdiendo con el tiempo. Sin embargo, con niveles altos de radón, ventilar no será suficiente y habrá que implementar medidas más contundentes contra el gas radiactivo”.

¿La legislación nos protege?

Aunque la Comunidad de Madrid realiza mediciones y actuaciones en puntos críticos de la región, la normativa nacional sigue desfasada. Según Rodríguez, “la Directiva 59/2013/EURATOM debería haberse traspuesto a la legislación española antes de febrero de 2018”. Estamos en 2022 y aún no se ha incorporado esta Directiva a nuestro ordenamiento jurídico. “¿Por qué no se trabaja más en esta normativa? Habría que preguntárselo a los responsables políticos del Ministerio de Sanidad, por ejemplo, porque el resto de países de la Unión Europea ya han incorporado la normativa a su sistema desde hace años”.

placeholder Distribución del radón en España. (CSN)
Distribución del radón en España. (CSN)

“Las administraciones deben informar a la ciudadanía de este riesgo y fomentar las mediciones del gas radón”. Cuatro años después de cumplirse el plazo máximo para trasponer la Directiva europea, la iniciativa Vive Sin Radón denuncia que “es urgente hacer algo al respecto, porque se trata de un problema de salud pública que puede tener consecuencias graves para las personas expuestas pero que, sin embargo, es totalmente y fácilmente evitable”.

La Directiva 59/2013/EURATOM obliga a los estados miembros a medir y controlar el radón en viviendas, colegios, edificios públicos, lugares de trabajo, etc. También obliga a las administraciones a informar a los ciudadanos, tanto a nivel local como nacional, respecto a la exposición al radón en recintos cerrados y a los riesgos asociados para la salud, así como sobre la importancia de efectuar medidas anti radón y sobre los medios técnicos disponibles para reducir las concentraciones de gas.

Foto: A través del sistema respiratorio, el radón accede a los pulmones, donde se descompone y produce partículas que se fijan al tejido pulmonar. (iStock)

Desde Vive Sin Radón también se denuncia que “el Código Técnico de la Edificación no incluyera requisitos y exigencias de seguridad respecto al radón en los edificios hasta finales de 2019, pese a que la Unión Europea llevaba recomendándolo desde 1990. Es decir, que solo hemos tardado 29 años en desarrollar esta normativa en la construcción, que, además, entró tarde en vigor (23 de septiembre de 2020) debido a la pandemia”.

La Comunidad de Madrid es, junto con Galicia y Extremadura, una de las zonas españolas más sensibles a la contaminación por gas radón. Gran parte de la región se asienta sobre suelos graníticos, el origen natural de este gas radiactivo, invisible e inodoro, que se genera a partir de la desintegración progresiva y evaporación a la atmósfera del uranio que está presente en las rocas. Este gas, al aire libre, se diluye y no presenta problemas para la población. Sin embargo, concentrado en lugares sin ventilación, es cancerígeno.

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