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Museo Chicote, noventa años dando de beber cócteles clásicos sin parar
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Museo Chicote, noventa años dando de beber cócteles clásicos sin parar

El local, escenario de series de televisión y películas, visitado por actores, músicos y príncipes, sigue sirviendo tragos como en sus inicios

Foto: Fachada del Museo Chicote.
Fachada del Museo Chicote.

La semana pasada, la concejala y delegada de cultura del Ayuntamiento de Madrid, Andrea Levy, colocó una placa en el exterior de un edificio de la Gran Vía. En ella se podía leer: “Aquí está desde 1931 el Museo Chicote, fundado como Bar Chicote. Primera coctelería en España y joya intacta del art deco”. 91 años de celebración y reconocimiento de una de las instituciones más importantes del buen beber en Madrid.

Cuando Perico Chicote abrió este templo del cóctel, diseñado y adecentado por uno de los grandes arquitectos del momento, Luís Gutiérrez Soto, ya era una persona relevante dentro de lo que representaban los tragos agitados en España. Su nombre había estado asociado a hoteles como el Ritz o el Savoy y a coctelerías como el Pidoux. Sin embargo, la relevancia e interés de montar su propio bar americano, donde construir el imaginario líquido del siglo XX, va a ser determinante para entender la progresión y vigencia que su figura sigue siendo.

placeholder Lola Flores y El Pescailla en el Museo Chicote de Gran Vía.
Lola Flores y El Pescailla en el Museo Chicote de Gran Vía.

Es fácil hacerse una idea en cuanto se traspasa la puerta giratoria, a la izquierda, donde está el recibidor del local. Ahí, en una enorme vitrina, se exponen algunos de los objetos que definieron la filosofía y forma de entender el mundo de las bebidas hasta su fallecimiento, en 1977. “Nosotros cuando llegamos nos encontramos en la planta baja un montón de fotografías, botellas, premios y cocteleras. Entonces pensamos que debíamos hablar con un historiador para que nos indicara su antigüedad y enseñarlas como se pueden ver”, recuerda Raúl Gómez, socio de Museo Chicote desde hace siete años, cuando la familia del padre de la coctelería madrileña contacta con el grupo Mercado de la Reina para que se hagan cargo de la gestión del espacio.

Gómez va señalando y enumerando lo que hay expuesto, un recetario original de Chicote, una coctelera de los años cincuenta, las jarritas con las que realiza algunas de las mezclas, cócteles embotellados con su nombre, posavasos con su efigie, los reconocimientos de diferentes instituciones... “Fue un verdadero adelantado a su tiempo. Solo es necesario fijarse en muchos de los productos que usaba como merchandising”, apunta, mientras rememora su famoso museo de botellas, que posteriormente adquirió la familia Ruiz Mateos y que luego pasaría a Arturo Cantoblanco, el antiguo presidente de los empresarios de Madrid, actual propietario de la colección. “Todo eso estaba aquí abajo”, indica señalando el suelo de la coctelería. “Ahora lo que hay está destinado a almacén”.

placeholder Cocktail clásico del Museo Chicote.
Cocktail clásico del Museo Chicote.

Tragos clásicos

Gómez recorre el alargado salón principal con rapidez, mueve las manos y hace indicaciones. “Todas las fotos que se pueden en el friso superior han sido tomadas en el local. Están las clásicas, de los años cincuenta y sesenta, con Charles Chaplin, Sofía Loren, Salvador Dalí, el príncipe Rainiero o Gary Cooper, junto a aquellas que se han hecho ya cuando nosotros nos hacemos cargo del lugar”, apunta con el dedo. Instantáneas en blanco y negro donde aparecen actores, escritores y músicos relevantes de esta última década.

De Ingrid García Johnson a Alex de la Iglesia, pasando por Hugh Grant, Pedro Almodóvar, Ashton Kutcher, Alaska o Paco León, responsable de la serie Arde Madrid, que ilustró cómo se vivía y bebía en la capital española de la mano de Ava Gardner. “La carta se ha ido adaptando a los tiempos. Pero siempre hemos respetado los clásicos. Aquí siempre se podrá tomar un buen gin fizz, un bloody mary, un dry martini, un negroni, un mojito o una piña colada. ¿Por qué? Porque no podemos traicionar a la historia”, se pregunta y se responde Gómez mientras bebe un gimlet.

placeholder Salvador Dalí en el emblemático bar.
Salvador Dalí en el emblemático bar.

Nacho Zamora, el gran bartender

Detrás de la barra se encuentra ejecutando Nacho Zamora. “El cóctel Chicote lo elaboramos como lo planteó originalmente su creador. Le ponemos una ginebra london dry de corte seco, licor de naranja, vermouth rojo y luego lleva curaçao”, describe Zamora, un bartender que ha pasado por algunos de los espacios más señeros de la hostelería madrileña en sus dos décadas de andadura.

“He pasado por José Luís y Embassy. En este último local estuve más de catorce años”, relata de dos escuelas del clasicismo y el saber estar más refinado y old school de Madrid. “Pude tratar con clientes muy clásicos, pero que respetaban tu trabajo. Allí me enamoré de este oficio, no solo hacía cócteles, sino que al principio aprendí el servicio en mesa. Fue César Ortíz mi maestro y la persona que me enseñó todo lo que sé del cóctel”, explica.

placeholder Brunch en el Museo Chicote.
Brunch en el Museo Chicote.

Sus recuerdos vuelan hasta aquella catedral, esquina con el paseo de la Castellana, donde se servían sándwiches de pollo, bikinis con tomate natural, pastas de té, tartaletas de limón, jarras de bloody mary, el mítico bullshot hecho con consomé de rabo de buey y, cómo no, el legendario cóctel de champán . “Se mezclaba licor de naranja, triple seco y cava. Un espumoso que elaboraba la bodega Vallformosa especialmente para ellos”, destaca. “Tengo una botella guardada de recuerdo de aquel periodo que pasé allí”.

Ahora, después de cuatro años como head bartender, también tiene sus favoritos en Chicote. “El menú que hemos confeccionado es una unión donde están los clásicos que más se venden, reconocibles como el singapore sling y el mai tai, junto a creaciones nuevas hechas por nosotros”, apunta. Para terminar recomienda una variación de un martínez, jugando a ser adonis. Una combinación que eleva el nivel y transporta al pasado aquella época, en la que Chicote conversaba con la clientela y preguntaba qué era lo que le apetecía a uno. La magia no era un secreto, era un trabajo.

La semana pasada, la concejala y delegada de cultura del Ayuntamiento de Madrid, Andrea Levy, colocó una placa en el exterior de un edificio de la Gran Vía. En ella se podía leer: “Aquí está desde 1931 el Museo Chicote, fundado como Bar Chicote. Primera coctelería en España y joya intacta del art deco”. 91 años de celebración y reconocimiento de una de las instituciones más importantes del buen beber en Madrid.

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