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Guerra abierta por un ático de lujo en Chamberí: "Les viene bien sacar a mi madre de 94 años"
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DE RENTA ANTIGUA

Guerra abierta por un ático de lujo en Chamberí: "Les viene bien sacar a mi madre de 94 años"

La anciana lleva viviendo en Manuel Silvela de alquiler desde 1934. Ahora no puede quedarse porque la casa está destrozada tras unas obras que, según la familia, iniciaron los dueños sin su consentimiento para alzar un ático exclusivo

Foto: Así quedó la cocina de la madre de Mercedes tras las obras en el tejado que organizaron los propietarios y la inquilina no autorizó.
Así quedó la cocina de la madre de Mercedes tras las obras en el tejado que organizaron los propietarios y la inquilina no autorizó.
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Mercedes lleva días sin dormir bien. Este martes 7 de septiembre debería haber traído a su madre, María José Fernández Martínez, de 94 años, de vuelta a su casa de Manuel Silvela 1, donde ha vivido desde 1934 con un alquiler de renta antigua. Sin embargo, la vuelta de las vacaciones a Madrid ha sido una pesadilla: lleva días buscándole otro alojamiento porque su hogar está lleno de escombros después de que el falso techo se viniera abajo en plena reparación del tejado.

Los caseros y la empresa de rehabilitación apuntan a las tormentas del 1 de septiembre como motivo del derrumbe, pero ella, que no había dado permiso para la obra, señala en otra dirección.

“Mi madre obstaculiza un proyecto de reforma inmobiliaria para construir unos áticos de lujo y a ellos les venía muy bien sacarla de su casa con la excusa de las obras”, asegura esta mujer. Ya ha interpuesto tres denuncias por coacciones, daños y allanamiento de morada, pues no había dado permiso para las obras ni para que pusieran andamios en su terraza. Además, prepara represalias legales contra los caseros para conseguir una "solución habitacional" para su madre, que se ha quedado sin su hogar de la noche a la mañana.

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Con apenas siete años, María José Fernández se mudó con sus padres a Manuel Silvela 1, donde lleva viviendo toda su vida con un alquiler de renta antigua y actualmente paga una mensualidad que ronda los 450 euros, muy por debajo del precio de mercado. Estos contratos, firmados antes de 1985, se pueden prorrogar forzosamente hasta que fallezca el inquilino. La mayoría de los alquileres que se pagan son mucho más bajos que la media, por lo que es común que se multipliquen las tensiones entre inquilinos y propietarios.

Según el relato de Mercedes Poveda, los caseros llevan meses insistiendo en sacar a su madre del quinto y último piso en el que vive con la idea de empezar las obras, rehabilitar los últimos pisos y convertirlos en áticos exclusivos en el centro de Madrid. "Hace dos años, mantuvimos una conversación en la que le pregunté a una de las caseras qué haría con el piso cuando mi madre falleciera y reconoció que quería hacer cinco áticos de lujo, diciendo que iban a ser la joya de la corona de Chamberí", afirma.

Foto: Sandra junto a su marido, con el contrato que firmaron, y Rosa en el portal de su casa. (M.Z.)
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Este periódico se ha puesto en contacto con María A. Alzola, copropietaria del inmueble a través de la empresa Manuel Silvela 1 SL, para recabar su versión de los hechos. Sin embargo, ella ha asegurado que no va a hacer ningún tipo de declaraciones. “La propiedad está analizando meticulosamente cada frase y renglón que se están divulgando en los medios para recurrir ante un juez las falsedades, injurias e inexactitudes de la denunciante”.

"Aguanta tres Filomenas más"

El conflicto estalló a principios de este año, cuando la casera le comunicó que iban a tener que ejecutar las obras en la casa y, por tanto, era imprescindible que su madre saliera del piso. “Desde enero, mi madre y yo hemos recibido invitaciones a marcharnos”, comenta Mercedes.

En enero, en un mensaje al que ha tenido acceso El Confidencial, una de las caseras le dice que se tiene que ir haciendo a la idea de que su madre se tendría que ir de la casa en julio. “Tenemos que actuar sí o sí, no podemos demorarlo más y habrá que actuar en primavera/verano”, le escribió días después de Filomena. Pero Mercedes le preguntó a un arquitecto si la vivienda necesitaba una reforma urgente y, tras verla, le dijo que la casa aguantaba “tres Filomenas más”. “Me dio un informe en el que lo valoraba positivamente y decía que la casa podía ser centenaria y tener tejas viejas, pero que no se iba a derrumbar”.

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Conforme pasaron los meses, le insistieron en que la inquilina tenía que salir y, si no aceptaban el arreglo de la cubierta, cualquier desperfecto iba a ser responsabilidad suya. Ella le propuso que esperaran a que su madre falleciera para llevar a cabo las obras porque “poco a poco se está apagando”, pero le dijeron que no.

Mi arquitecto me dio un informe del piso y me dijo que podía aguantar tres Filomenas más

Como última opción, solicitó que trasladaran a su madre, en situación de vulnerabilidad y de dependencia, al tercer piso, que estaba vacío y también era de los arrendadores. “No es posible, ya lo estamos enseñando”, le contestaron. Pese a que ella no autorizó las obras en el tejado de casa de su madre, los caseros dieron luz verde al proceso de rehabilitación en su tejado. "Sabían que mi madre en verano nunca está en casa porque me la tengo que llevar a la sierra, ya que en el ático de Madrid, sin aire acondicionado, se muere de calor".

A finales de agosto, Mercedes volvió a Madrid, vio que unos obreros estaban trabajando en el tejado de su madre e inmediatamente cursó una denuncia de allanamiento de morada porque no le habían pedido permiso para estar en su terraza. El 31 del mismo mes, llamó a la Policía Municipal que, al llegar, pidió a los obreros que retiraran los andamios de su parte de la propiedad. Un día más tarde, ocurrió la desgracia.

Foto: Dos turistas en Mallorca. (EFE)

“Fue muy desagradable, entré en 'shock”, recuerda Mercedes cuando entró al piso y se encontró parte de la cocina y el pasillo derrumbados. El bajo techo había cedido y todo se llenó de polvo y escombros. La luz tampoco funcionaba. “No sé si fue intencionado o no, pero según el peritaje el edificio aguantaba”, insiste Mercedes, quien recalca que su arquitecto irá a valorar este lunes el derrumbe del falso techo para ver qué relación tiene con la obra y las lluvias.

¿Por qué se cayó el falso techo?

La noche del 31 de agosto al 1 de septiembre, Madrid vivió la “tormenta más intensa” para la época desde 1947, según destacó Rubén del Campo, el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Sin embargo, la tormenta no dejó ninguna noticia trágica ni ningún gran desmoronamiento en ningún edificio céntrico en la Comunidad de Madrid. Los bomberos realizaron 110 intervenciones, ninguna de ellas grave, y no hubo que lamentar heridos.

Foto: Luis en la entrada de su casa que alberga 43 viviendas turísticas. (M. Z.)

“Era una obra muy complicada, a nadie se le ocurre hacer una obra con alguien dentro. ¿Te imaginas que está mi madre ahí?”, enfatiza Mercedes.

La empresa Strotec SL, que realizó la rehabilitación del tejado, publicó el lunes un comunicado explicando en qué consistían los trabajos realizados en la cubierta y desmintiendo que el desmoronamiento fuera en ningún caso intencionado.

“Debido a las copiosas tormentas torrenciales (sic) que sufrió Madrid la semana pasada, y dado que estamos en plena ejecución de los trabajos, se han producido filtraciones de agua de lluvia que han causado daños a los falsos techos de la vivienda de planta ático de la finca”. Además, en el mismo comunicado, la empresa afirmaba que le habían ofrecido a la dueña retirar todos los escombros. Pero ella respondió que no entrará nadie en su casa hasta que un arquitecto perite el desastre.

Foto: Calle Fuencarral.

De momento, a falta del peritaje, el caso está atascando entre dos versiones contrapuestas. Sin embargo, la clave la podría tener el antiguo vecino del quinto izquierda de Manuel Silvela 1, quien asegura en conversación con El Confidencial que hace seis años los caseros intentaron hacer lo mismo con su madre, que también estaba viviendo de renta antigua. “Me dijeron que tenían que hacer obra para arreglar las cubiertas porque el ayuntamiento les había dicho que era urgente y que, para ello, mi madre tenía que salir”, cuenta este vecino, quien prefiere mantener el anonimato. “Yo les dije que mi madre tenía 90 años y no podía salir, había otros medios para hacer esa obra con una cubierta transitoria y no era necesario sacarla de casa. Se echaron para atrás. Yo creo que querían que mi madre saliera para no volver”.

Foto: Uno de los operativos de Desokupa en Barcelona. (Desokupa) Opinión
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Esa cubierta, según relata este vecino, se quedó ahí varios años. “Si hubiera habido un requerimiento del ayuntamiento, habrían llamado a sus propios operarios y lo habrían cambiado ellos, pasándole la factura al dueño. Entiendo que no había la urgencia que me transmitieron los caseros”. Dos años más tarde, su madre falleció y los propietarios dispusieron del piso a precio de mercado.

Cuando se le volvió a preguntar sobre este hecho a la propietaria, Alzola respondió: “Nada que comentar, otra FALSEDAD”.

De momento, María José sigue en la sierra de Madrid a la espera de encontrar otra casa donde vivir. Su hija afirma que con las acciones legales que ha emprendido contra la inmobiliaria tan solo busca “una solución habitacional” para su madre cerca del barrio y una compensación por los daños y perjuicios que le han causado. “Mi madre no sabe que no va a volver y le va a destrozar en el alma, porque toda su vida está en esa casa”, culmina Mercedes. "Y las propietarias ni siquiera me han pedido perdón".

Mercedes lleva días sin dormir bien. Este martes 7 de septiembre debería haber traído a su madre, María José Fernández Martínez, de 94 años, de vuelta a su casa de Manuel Silvela 1, donde ha vivido desde 1934 con un alquiler de renta antigua. Sin embargo, la vuelta de las vacaciones a Madrid ha sido una pesadilla: lleva días buscándole otro alojamiento porque su hogar está lleno de escombros después de que el falso techo se viniera abajo en plena reparación del tejado.

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