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La nueva vida de Cifuentes: la autónoma que trabaja en casa asesorando a empresas
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La nueva vida de Cifuentes: la autónoma que trabaja en casa asesorando a empresas

La expresidenta madrileña vuelve al foco mediático tras la petición de prisión de la Fiscalía. Apoyada por un círculo pequeño e íntimo, está intentando consolidar una especie de consultoría personal

Foto: Cristina Cifuentes, en una imagen de archivo.
Cristina Cifuentes, en una imagen de archivo.

Cristina Cifuentes ha vuelto al foco mediático. Alejada forzosa y definitivamente de la política, el caso máster sigue pesando como una losa sobre su futuro más inmediato, el judicial. Este martes, la Fiscalía Provincial de Madrid hizo público su escrito de acusación, en el que solicita tres años y tres meses de prisión para la expresidenta madrileña por un delito de falsedad en documento oficial. El Ministerio Público considera que Cifuentes indujo a la falsificación de un acta "a sabiendas" de que con ese gesto estaba acreditando la defensa de un trabajo, el de fin de curso, "que jamás se produjo".

La exdirigente popular esperaba estos días el texto de la Fiscalía, aunque no la contundencia del mismo. De momento, no ha respondido en las redes sociales, los canales que sigue utilizando (y mucho) para mantener cierta conexión con la opinión pública. De hecho, gestiona dos cuentas en Twitter, que suman 344.700 seguidores, y otra en Instagram, con 55.400. En ellas, intenta evidenciar que ha rehecho su vida. No le queda otra. Desterrada abruptamente de la primera línea de la política, un polémico máster y un bochornoso vídeo acabaron con una carrera que prometía grandes episodios.

Foto: El expresidente del gobierno Mariano Rajoy (c), conversa con el presidente del PP, Pablo Casado (i). (EFE)

Tras 27 años en la vida pública, Cifuentes se ha hecho autónoma, intentando ejercer como abogada por cuenta propia. Tras solicitar el pasado mes de septiembre una excedencia voluntaria de dos años en la Universidad Complutense, donde tiene una plaza de funcionaria, en octubre se dio de alta en el Colegio de Abogados de Madrid, ya que antes de que estallara el caso máster y todo cambiara solo estaba registrada como no ejerciente. Su círculo más íntimo guarda con celo su nueva vida profesional, explicando con pocos detalles que intenta ganarse la vida "asesorando a empresas".

"Es difícil", señala uno de sus amigos, con los que mantiene un trato frecuente. "Tal y como están las cosas, y teniendo en cuenta que el linchamiento judicial seguirá un tiempo, pocos son los que se atreven a contratar sus servicios". No hay que olvidar además las restricciones que impone la Ley 14/1995, de 21 de abril, de Incompatibilidades de Altos Cargos de la Comunidad de Madrid, que prohíbe durante los dos años siguientes a la fecha del cese realizar actividades privadas relacionadas con expedientes sobre los que hayan dictado resolución en el ejercicio del cargo. Lo que limita muchos las posibilidades.

A pesar de ello, Cifuentes está intentando consolidar una especie de consultoría personal, en la que ella es su propia jefa. Como dice a sus allegados: "A estas alturas me resultaría imposible recibir órdenes de nadie". Algunas informaciones publicaron incluso que estaba trabajando para una importante multinacional francesa. Su entorno lo niega. Y la firma gala también lo desmiente a El Confidencial. "No hemos tenido ninguna relación contractual con ella. Solo es amiga de alguno de nuestros directivos". De hecho, esta empresa reconoce que sí invitó a Cifuentes a finales de septiembre a París cuando la expresidenta madrileña publicó en su cuenta de Instagram una espectacular foto en la "gala de apertura de la temporada de danza en el Palacio Garnier".

Su hija Cristina sí trabaja para otra importante marca francesa y la propia expresidenta regional ha sido vista recibiendo clases de francés en el Instituto Francés que hay en la calle Marqués de la Ensenada, junto al Tribunal Supremo. Desde su entorno insisten. "Está trabajando como autónoma. Pero ya no es un personaje público. Y hay que respetar su intimidad". De todos modos, las redes sociales, que sigue usando bastante, sirven como escaparate para conocer que sus intereses se mueven ahora en torno a la cultura (recomienda muchas obras de teatro y películas), la lectura y su familia. Y sus gatos. Tiene tres, que viven con ella y su marido, un arquitecto, en un emblemático edificio del barrio de Argüelles.

placeholder Cifuentes, con la actriz Nuria Espert, en noviembre de 2018.
Cifuentes, con la actriz Nuria Espert, en noviembre de 2018.

No obstante, todos los que la conocen muy bien aseguran que lo vivido en 2018 (crisis política y dimisión) ha ayudado a Cifuentes a consolidar la relación con su marido (que la vida pública había desgastado) y para conocer en realidad quiénes son los verdaderos amigos. "Eso es lógico. Cuando era presidenta de la comunidad y del partido en Madrid, tenía mucho poder y mucha gente se arrimaba a ella buscando su favor. Ahora que todo ha cambiado y ya no es nadie, los que antes la peloteaban ahora ni la llaman y si me apuras ni mencionan su nombre", señala un alto cargo del Gobierno regional que trabajó con ella

También es cierto que Cifuentes ha mantenido las distancias y solo ha tenido contacto con un círculo muy íntimo. Hay gente que ha querido verla y solo ha podido hablar con ella por teléfono o a través de mensajes. En ese sentido, la exdirigente popular ha estrechado aún más ese círculo y ha ido incorporando con cuentagotas nuevos protagonistas ajenos a la política. De momento, no quiere saber nada de su pasado público. Incluso ha rechazado alguna oferta de la televisión. Otras fuentes señalan que lo que sí ha hecho la expresidenta regional es intentar buscar respuestas a ciertas preguntas de lo sucedido en el último año.

Foto: La expresidenta de la Comunidad de Madrid Cristina Cifuentes.

Cifuentes ha intentando en este tiempo cuadrar el círculo, es decir, intentar poner nombres y apellidos a los causantes de sus males. Véase cómo acabó la documentación sobre su máster en los medios y, sobre todo, cómo el vídeo del presunto robo de un par de cremas, grabado en mayo de 2011, terminó siete años después con su carrera política. Ella tiene una hipótesis, cimentada en las amenazas concretas que recibió a principios de 2018. Una especie de teoría de la conspiración. No obstante, el tiempo pasa. Y Cifuentes ha decidido pasar página.

Como sus compañeros en la comunidad y en el partido. Este martes, apenas hubo reacciones a la petición de la Fiscalía, la de tres años y tres meses de cárcel. Para Génova, es un asunto privado y la expresidenta madrileña ya no tiene nada que ver con el PP que dirige Pablo Casado. Coincidencias del destino, el Gobierno regional aprobó este martes el acuerdo que autoriza la supresión del Instituto Universitario de Derecho Público de la Universidad Rey Juan Carlos, el mismo donde Cristina Cifuentes cursó (en teoría) su máster.

Cristina Cifuentes ha vuelto al foco mediático. Alejada forzosa y definitivamente de la política, el caso máster sigue pesando como una losa sobre su futuro más inmediato, el judicial. Este martes, la Fiscalía Provincial de Madrid hizo público su escrito de acusación, en el que solicita tres años y tres meses de prisión para la expresidenta madrileña por un delito de falsedad en documento oficial. El Ministerio Público considera que Cifuentes indujo a la falsificación de un acta "a sabiendas" de que con ese gesto estaba acreditando la defensa de un trabajo, el de fin de curso, "que jamás se produjo".

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