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Orfebres del banco de huesos: así se talla la pelvis de un cadáver para mejorar una vida
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complejo proceso de obtención y conservación

Orfebres del banco de huesos: así se talla la pelvis de un cadáver para mejorar una vida

El hospital de Alcorcón y el Gregorio Marañón tienen unidades especializadas en el trasplante de aloinjertos para tratar tumores, lesiones de espalda, ligamentos, fracturas y recambios de prótesis

Foto: Preparación de un fémur para su conservación tras ser extraído de un donante cadáver. (Foto: Gregorio Marañón)
Preparación de un fémur para su conservación tras ser extraído de un donante cadáver. (Foto: Gregorio Marañón)

Puede sonar un poco tétrico. Pero es medicina, es ciencia. De una cadáver se pueden extraer entre 30 y 40 huesos y tejidos que mejorarán la vida de determinados pacientes con diversas patologías. Seis hospitales madrileños cuentan con bancos especializados que obtienen, procesan, conservan y distribuyen huesos y tejidos, unidades en cierta medida desconocidas. Porque cuando hablamos de donaciones todo el mundo piensa en un riñón, un corazón, un hígado... Pero pocos saben que un donante también puede ceder sus vértebras, su pelvis, un fémur o incluso las córneas. Con poco, se puede hacer mucho. Un ejemplo. El Hospital Universitario Fundación Alcorcón realizó en 2016 nada más y nada menos que 495 operaciones con los huesos y tejidos que habían donado 20 personas fallecidas.

Preparando una meseta tibial que ha sido tratada y conservada en el banco y que se va a utilizar en una operación. (Foto: Fundación Alcorcón)

El Confidencial ha visitado los bancos de huesos y tejidos de la Fundación Alcorcón y del Gregorio Marañón, sin duda dos de las unidades más avanzadas. Los responsables de ambas coinciden en señalar que hay un déficit de este tipo de donaciones cuando cada vez se demandan más en actividades asistenciales. Sobre todo, por desconocimiento. "Las familias de los donantes tienen en mente las donaciones clásicas, los órganos, y piensan que otro tipo de donaciones, como los huesos, implican dañar mucho más el cuerpo de su familiar. Y no es así. Se les informa que es una donación más, y que el cuerpo de su ser querido es tratado profesionalmente y no sufre ninguna alteración", explican desde la Fundación Alcorcón.

Tras la sangre, los huesos y los tejidos son lo más trasplantado. ¿En qué operaciones? "En primer lugar, en las cirugías de columna, la artrodesis o fusión de las vértebras; en segundo lugar, en recambios de prótesis de rodilla y cadera; también en las lesiones del ligamento de rodilla, donde se utilizan los tendones rotulianos de los donantes; en fracturas sin consolidar y que necesitan hueso; y en quinto lugar en los tumores, donde hay que quitar a un paciente el hueso dañado y sustituirlo por otro en perfecto estado", señalan los doctores Homero Valencia y Javier Martínez, del Banco de Huesos de la Fundación Alcorcón.

José Antonio Calvo, doctor del banco del Gregorio Marañón (que coordina el doctor Carlos Castaño), añade que los tejidos óseos también se están utilizando en pacientes con traumatismos graves tras un accidente de tráfico, y que por ejemplo su unidad trabaja en la recuperación de partes del cráneo cuando estos han sufrido daños, lo que se conoce como autodonaciones neurológicas. El Gregorio Marañón es además especialista en la reconstrucción 3D, sobre todo para tratar tumores. Una impresora realiza con ácido poliláctico el modelo del hueso que se va a sustituir. Ese modelo sirve para tallar el hueso donado, que luego se va a utilizar para reemplazar el hueso dañado por el cáncer.

Un trabajo muy especializado que combina los adelantos médicos y en cierta medida una gran pericia técnica, que convierte a los traumatólogos de estas unidades en verdaderos orfebres de la medicina. Los tumores de hueso son muy comunes en la cadera y en las extremidades inferiores. "La tibia y la pelvis se pueden sustituir con aloinjertos, es decir, con huesos, aunque en el caso del fémur se opta por la prótesis reforzada con hueso por los avances en la reconstrucción protésica de este arra anatómica. La meseta de la tibia también se suele utilizar en lesiones de espalda y el fémur para reconstruir la tibia. Sin olvidar que los dos tendones rotulianos de un solo donante ayudarán a cuatro pacientes distintos", señala el doctor Calvo.

La impresora 3D del Gregorio Marañón realizando una reconstrucción del hueso que se necesita para una operación. (Foto: Gregorio Marañón)

Los donantes no solo pueden ser fallecidos. La Fundación Alcorcón trabaja con muchos donantes vivos. Parece extraño, pero no lo es. ¿Qué hueso o tejido puede donar una persona? "En algunos casos excepcionales el paciente que va a recibir una donación se convierte en donante. Por ejemplo, pacientes que van a recibir una prótesis de cadera por artrosis lo que se hace es conservar la esponjosa de la cadera que se quita, ya que lo dañado es el cartílago. Esa esponjosa puede estar en buen estado y ayudar a otro paciente que la necesite", explica el doctor Javier Martínez. Desde hace unos años el hospital de Alcorcón es el único de España que también conserva la esponjosa de las rodillas que se quita a los pacientes que reciben una prótesis.

"La verdad es que el mejor hueso es el natural, que sirve como abono para reconstruir otros huesos. Aunque disponemos de alternativas como los materiales biológicos y sintéticos, los injertos humanos son los idóneos para rellenar defectos óseos, reemplazar parte o todo un hueso en un cirugía tumoral o protésica, en fracturas y para suplir estructuras tendinosas o meniscales", señala Martínez.

Cámara frigorífica donde se conservan los huesos ya tratados en el banco de la Fundación Alcorcón. (Foto: Fundación Alcorcón)

La Fundación Alcorcón trabajó el año pasado con 113 donantes vivos (930 desde que puso en marcha el banco en el año 1999). Desde entonces también ha trabajado con 248 donantes fallecidos. Unos y otros, vivos y muertos, le han permitido realizar en 17 años 6.133 aloinjertos. El Gregorio Marañón no trabaja con donantes vivos. Todos han fallecido. Su unidad se creó en 1995, heredera del primer banco nacional que se creó en España. Entre 1995 y 2016 han tenido más de 900 donantes que les ha permitido realizar más de 1.700 trasplantes de huesos y tejidos, la mayoría de ellos de gran complejidad quirúrgica. Los aloinjertos son además estructuras acelulares, "es decir, no producen ningún tipo de rechazo en el paciente, que no necesita tratamiento inmunosupresor como sí ocurre en los trasplantes de órganos", asegura José Antonio Calvo, especialista del Gregorio Marañón.

Conservación a menos 80 grados

Todos los huesos y tejidos tienen que ser conservados a baja temperatura. A unos 80 grados bajo cero. Sobre todo para tener un margen de seguridad por si hubiese algún accidente y se cayera la instalación eléctrica. "Los aloinjertos se pueden conservar a 40 grados bajo cero, pero los tenemos a 80 para tener ese margen de seguridad", explica el doctor Homero Valencia, de la Fundación Alcorcón. Lo normal es que las piezas se conserven cinco años a lo sumo, aunque debido a la demanda creciente se suelen usar antes. Este centro es el único de España que tiene una unidad móvil especializada (con traumatólogos y enfermeros) que se traslada a cualquier hospital cercano para obtener las donaciones de pacientes fallecidos.

Es lo que se llama abordaje quirúrgico, una cirugía que está reglada. El momento ideal para la extracción es en las primeras 6 horas tras el fallecimiento (un plazo que se puede alargar a las 24 horas si el cadáver se refrigera). Cada pieza extraída es inspeccionada, medida, limpiada y tratada con antibióticos Luego es empaquetada "en material inerte, impermeable, estéril y resistente al frío" e identificada de manera única e inconfundible con una ficha técnica. Luego es conservada en frío a la espera de poder ayudar a un paciente. Un proceso que tiene un importante coste económico.

"Las exigencias de calidad son cada vez más altas", señala el doctor Valencia. Al principio los aloinjertos pasan también una especie de cuarentena mientras se hacen los análisis que demuestren que los huesos y los tejidos están en buen estado. "Hay un examen físico riguroso, pruebas bioquímicas, serológicas, microbiológicas, anatomopatológicas y radiológicas para descartar la posibilidad de transmisión de enfermedades". Todas las piezas se guardan en cámaras frigoríficas que son revisadas cada semana.

A la izquierda, el modelo hecho con 3D de una pelvis. A la derecha, una pelvis ya tallada siguiendo el modelo 3D. (Foto: Gregorio Marañón)

Porque no todo el que quiere ser donante puede serlo. Hay que cumplir unos requisitos. Por ejemplo. Que el donante no estuviera en coma por causa desconocida, que no sufriera una patología infecciosa transmisible (sida, tuberculosis, hepatitis, sífilis, gonorrea...), que haya tenido cáncer, enfermedades hematológicas, neurológicas de causa desconocida o degenerativas. Que sufra una arterioclerosis generalizada o que haya padecido sepsis. Que esto en determinados grupos de riesgo (prostitución y drogadicción) o que tenga muchos tatuajes en el cuerpo. También se suele descartar (al igual que pasa a la hora de donar sangre) si el paciente ha vivido en el Reino Unido en la etapa de las vacas locas o en zonas endémicas de Malaria. También si ha abusado de los corticoides y si el donante ha muerto de meningitis.

"Creo que es importante concienciar a la ciudadanía de lo importante que son las donaciones de huesos y tejidos. "Hay una demanda creciente y una oferta decreciente. Es la realidad. Porque los hospitales somos cada vez más exigentes con los donantes y afortunadamente la gente joven, que es la mejor estructura ósea tiene, fallece menos", sentencia el doctor Calvo. "Los órganos salvan vidas, los tejidos mejoran la calidad de vida, por eso los criterios de exclusión de un donante de tejidos son necesariamente más estrictos que en la donación de órganos", concluyen en la Fundación Alcorcón. Las donaciones clásicas bajaron en Madrid. El año pasado se produjeron 726 trasplantes de órganos, un 12% menos que en 2015. Hubo además 421 trasplantes de córneas, un 15% más que el año anterior.

Los precios de los huesos

La Comunidad de Madrid está actualizando los precios que la sanidad pública madrileña cobra por prestar toda su gama de asistencia sanitaria. No lo hacía desde 2013. En algunos casos las tarifas se duplican, ya que la Consejería de Sanidad ha decidido especificar aún más todos los procesos médicos que ofrece y dividir cada uno de ellos en hasta cuatro categorías en función de su gravedad. Entre ellos están los precios de los bancos de huesos y tejidos.

La sanidad madrileña cobra estas tarifas en determinados escenarios: accidentes de tráfico (por un convenio con Unespa, la patronal del sector, las aseguradoras siempre asumen los gastos sanitarios tras un siniestro), accidentes laborales con cobertura de una mutua, accidentes acaecidos en eventos festivos y espectáculos públicos que cuenten con seguro, y a los extranjeros no residentes que requieren los servicios de un hospital madrileño (por ejemplo, un turista que sufre un percance estando en la comunidad). En el caso de los huesos y tejidos, la Comunidad aplica estos precios cuando un hospital privado reclama una pelvos o un fémur.

Por grandes huesos completos (o grandes fragmentos, dos tercios de los mismos), como hemopelvir, fémur, tibia, húmero y cúbito; grandes articulaciones del miembro superior (codo entero, articulación radiocarpiana) e inferior (rodilla); y aparato extensor completo (fragmento de tibia proximal, tendón cuadricipital, rótula y tendón rotuliano) el precio es de 2.862 euros. 

El fragmento (un tercio de grandes huesos) de fémur, tibia y húmero, cresta iliaca, peroné y radio entero, escápula y hueso esponjoso está a 1.827 euros. El precio del fragmento diafisario de tibia y fémur es de 693 euros, y el de la cabeza femoral, 759 euros. Los meniscos independientes, tendón tibial anterior y posterior, tendón de aquiles, tendón peroneo, recto interno y otros tendones se cotizan a 754 euros. Y la rótula entera, a 380 euros. La córnea vale 759 euros.

Puede sonar un poco tétrico. Pero es medicina, es ciencia. De una cadáver se pueden extraer entre 30 y 40 huesos y tejidos que mejorarán la vida de determinados pacientes con diversas patologías. Seis hospitales madrileños cuentan con bancos especializados que obtienen, procesan, conservan y distribuyen huesos y tejidos, unidades en cierta medida desconocidas. Porque cuando hablamos de donaciones todo el mundo piensa en un riñón, un corazón, un hígado... Pero pocos saben que un donante también puede ceder sus vértebras, su pelvis, un fémur o incluso las córneas. Con poco, se puede hacer mucho. Un ejemplo. El Hospital Universitario Fundación Alcorcón realizó en 2016 nada más y nada menos que 495 operaciones con los huesos y tejidos que habían donado 20 personas fallecidas.

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