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Última batalla para 'salvar' cuatro facultades de la Complutense condenadas a desaparecer
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LUCHA POR PARAR EL PLAN DEL RECTOR ANDRADAS

Última batalla para 'salvar' cuatro facultades de la Complutense condenadas a desaparecer

El proyecto de reordenación sigue adelante con modificaciones y con una gran oposición. Los centros de Trabajo Social, Documentación, Estadística y Turismo luchan por mantenerse

Foto: Vestíbulo de una facultad de la Universidad Complutense. (Reuters)
Vestíbulo de una facultad de la Universidad Complutense. (Reuters)

El plan director ideado por el rector Carlos Andradas, que pretende reordenar la estructura de la Universidad Complutense de Madrid bajo criterios de "eficiencia", avanza poco a poco, tratando de esquivar las piedras que encuentra por el camino, fruto de la oposición de gran parte de la comunidad universitaria, que no termina de ver con buenos ojos el proyecto estrella del catedrático de Álgebra. Prueba de ello son las cesiones que hasta ahora ha hecho el equipo rectoral con respecto a lo previsto en el plan inicial, que contemplaba la supresión de nueve facultades y más de 100 departamentos, con el objetivo de apagar algunos fuegos y seguir adelante con, al menos, parte del propósito.

Actualmente, solo cuatro facultades se encuentran en el ojo del huracán —Documentación, Estudios Estadísticos, Comercio y Turismo y Trabajo Social—, y sus decanos prometen dar la batalla para conseguir el indulto. Fuentes internas de la universidad reconocen tener esperanza y, sobre todo, ven “margen” para poder salvarlas, teniendo en cuenta las duras críticas que recibió el equipo de Andradas en los últimos consejos de gobierno destinados a debatir sobre este asunto. El rectorado asegura que la reordenación no supondrá la supresión de ninguna de las titulaciones actuales ni el despido de ningún trabajador y que la finalidad responde, en todo caso, a razones “académicas y no económicas", aunque sí reconoce “el valor añadido de reducir costes estructurales”. Argumentos que los críticos —afectados por el plan director— no solo no comparten sino que desechan por completo, asegurando que las fusiones serán en realidad absorciones.

En el caso de Documentación, sus 500 alumnos se fusionarían con los 5.000 de Ciencias de la Información. Su decano, José Luis Gonzalo Sánchez-Molero, explica a este diario las consecuencias de la operación: “Cuando se hacen fusiones tan desequilibradas, las titulaciones, el profesorado y los alumnos de la facultad pequeña no estarán en condiciones de igualdad con respecto a la facultad grande. Es evidente. Al final, los nuevos ocuparán sus aulas, sus espacios… y la grande, que ya tiene su propio ecosistema, tomará las decisiones en su junta por mayoría en función de sus intereses”.

Las facultades afectadas tildan de "eufemismo" que el rector hable de integración. "Son absorciones en toda regla y los títulos pequeños sufrirán", sostienen

En la misma línea se encuentra la decana de Estudios Estadísticos, Carmen Nieto, que directamente tilda de “eufemismo” la utilización de la "palabra integración" a la hora de hablar de fusiones de facultades. Así lo trasladó en el consejo de gobierno al rector y lo reitera a este diario en una conversación. Los ejemplos, asegura Nieto, hablan por sí solos. Los profesores de Trabajo Social representarán un 16% de la nueva facultad —integrada en Política y Sociología—, y en el caso de Estadística, la representación será del 29% tras ser fusionada con Matemáticas. “Eso es una absorción”, afirma.

Y más allá de las cuestiones representativas, el mayor temor de estos decanos es la posible desaparición de las titulaciones, pese a la promesa del rector de que “no se tocarán”. Carmen Nieto insiste en que no existen garantías y los estudiantes están muy preocupados al ver que las facultades en las que estudian están en peligro. El decano Sánchez-Molero tampoco confía en el compromiso del rectorado, puesto que el sistema de acreditación de las titulaciones depende únicamente de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca). “Las universidades no deciden las titulaciones que imparten. Es la Aneca la que en base a unos criterios actualiza o no las titulaciones periódicamente. Y obviamente, los títulos que en facultades pequeñas gestionamos muy bien no se tratarán igual en centros masificados. Es evidente que la prioridad serán los títulos de las grandes, como periodismo o publicidad, en el caso de Ciencias de la Información”.

La Complutense no puede garantizar la continuidad de los títulos, que están en manos de la Aneca. "Los que se fusionen están condenados"


La cuestión de los espacios tampoco es un problema menor. Los decanos que dirigen las facultades en riesgo de desaparición insisten en que no existe capacidad física para la fusión. El jefe de Documentación así lo afirma. “Yo no tengo sitio en Ciencias de la Información para llevar mi facultad, como tampoco lo tiene Ciencias Económicas para los 3.000 alumnos de Turismo y Comercio”.

"Hay margen para salvarlas"

El reclamo de estas facultades pasa por aplicar la fusión administrativa que se hará en el resto de centros que en un principio también estaban abocados a desaparecer y que finalmente mantendrán su independencia. Es el caso de Odontología, Óptica y Optometría, Enfermería, Filosofía y Ciencias Geológicas. Estos centros fusionarán los servicios gerenciales y administrativos con sus facultades 'madre' (Medicina, Filología y Ciencias Biológicas) manteniendo su autonomía como facultad. “Esto sería aplicable en todos los casos, pero en algunos son evidentes, como Trabajo Social, que ya comparte edificio con Ciencias Políticas y Sociología”, afirman fuentes universitarias.

“Estamos en la creencia de que todavía puede haber un cambio de rumbo”. La sensación en la Complutense es de que la batalla no está perdida. Las facultades en riesgo abogan por que se apliquen los mismos criterios de fusión administrativa para evitar la desaparición de los centros, mientras reprochan al rectorado que sean las antiguas escuelas las que ahora se encuentren en la picota sin haber tenido suficiente tiempo para desarrollar trabajos de investigación como el resto de facultades con más trayectoria.

Además, en algunos casos, esta última cuestión puede ser primordial. Como señaló en el consejo de gobierno la decana de Estudios Estadísticos, la facultad que dirige “ha creado muchas cosas” para la Complutense en apenas cuatro años y medio. Nieto saca pecho al representar uno de los centros “más eficientes” de la universidad, que oferta títulos con gran inserción en el mundo laboral. En efecto, la decana afirma que existen otras fusiones alternativas que no tendrían por qué rozar a su facultad. “Hay que tener en cuenta las necesidades de la sociedad. En estos momentos, se podrían fusionar Matemáticas y Física que, de hecho, ya tiene un doble grado en vigor. Mientras que Estadística es una especialidad muy concreta y muy reclamada en estos tiempos por las empresas”, insiste, mientras continúa la lucha en el que está llamado a ser el año definitivo.

El plan director ideado por el rector Carlos Andradas, que pretende reordenar la estructura de la Universidad Complutense de Madrid bajo criterios de "eficiencia", avanza poco a poco, tratando de esquivar las piedras que encuentra por el camino, fruto de la oposición de gran parte de la comunidad universitaria, que no termina de ver con buenos ojos el proyecto estrella del catedrático de Álgebra. Prueba de ello son las cesiones que hasta ahora ha hecho el equipo rectoral con respecto a lo previsto en el plan inicial, que contemplaba la supresión de nueve facultades y más de 100 departamentos, con el objetivo de apagar algunos fuegos y seguir adelante con, al menos, parte del propósito.

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