Rueda irrumpe como barón del PP a la altura de Moreno y Ayuso

El PP declaró inaugurada este lunes la era Rueda. “Ahora ya eres un barón con b y con v. Y Galicia, un modelo a exportar”, declaró Alberto Núñez Feijóo desde Santiago de Compostela, 24 horas después de la mayoría absoluta. El líder del partido verbalizó lo que es una obviedad a ojos de todos. Alfonso Rueda dispone ya de su propia autoridad y está a la altura de otros barones como Juanma Moreno, en Andalucía, o Isabel Díaz Ayuso, en la Comunidad de Madrid. "Barones hay muchos, pero con mayoría absoluta, no tantos", apuntan fuentes del entorno de un dirigente popular. Los datos lo avalan.

Las elecciones del 18-F han marcado un hito histórico en dos registros. El primero, la participación: 67,30%. Es la más elevada en unas elecciones autonómicas en Galicia y destierra el mito que dice que el PP solo puede ganar con contundencia si la abstención es alta.

El segundo, que Rueda sumó un total de 700.491 votos, lo que supone un 47,36% del electorado. El porcentaje supera los conseguidos por otros líderes regionales de peso como Ayuso (47,32%) y Moreno (43,13%). También por encima de Gonzalo Capellán en La Rioja (45,44%).

Hay que remontarse a 2009 para encontrar en las cuatro mayorías absolutas de Feijóo unos registros superiores a los conseguidos por Rueda. Entonces, el ahora líder del PP logró 789.427 sufragios y el 46,68% del voto, pero el alumno superó los números del maestro en las convocatorias de 2012, 2016 y 2020. Con esas credenciales, Rueda pasa de presidente sustituto (asumió la presidencia de la Xunta de forma interina en abril de 2022 tras la salida de Feijóo hacia Génova 13) a ser un barón territorial por méritos propios con el mayor porcentaje de apoyo reciente al primer intento.

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Se consuma así una sucesión autonómica que estaba pendiente de validarse en las urnas y con la que el PP proyecta seguir gobernando a medio plazo en uno de sus feudos territoriales. Desde los albores de la democracia, el cartel popular en Galicia solo ha tenido cuatro caras: Gerardo Fernández Albor, Manuel Fraga, Alberto Núñez Feijóo y Alfonso Rueda, frente a una multitud de candidatos y secretarios variables en el PSdeG y el BNG.

La muestra de esa solidez está en los mapas teñidos de azul que dejó una noche electoral en la que el PP ganó en 295 de los 313 concellos que tiene la comunidad. Rueda fue capaz de arrinconar a la oposición a pesar de la fuerza municipal que mantienen socialistas y nacionalistas, que gobiernan grandes ciudades como A Coruña, Pontevedra, Santiago o Vigo.

En los territorios, descartan que haya una competición interna entre líderes regionales, ya que cada uno "tiene sus particularidades". El gallego ha logrado espantar el fantasma del dedazo de Feijóo y ha superado sus números, pero también los titubeos de una campaña que, por momentos, pareció escapársele al PP. Rueda logra así mirar de tú a tú a Ayuso ("Madrid es Madrid", apuntan las fuentes consultadas) y a Moreno Bonilla, que fue capaz de asentarse con una mayoría absoluta en un viejo bastión del PSOE que, además, resulta ser la comunidad más poblada de España. La autoridad del PP de Galicia continuará intacta en el organigrama.

A pesar de que los populares huyen de esta competición de barones, la llegada de Rueda al tablero equilibra el peso de la vía más reposada del PP, una escuela en la que también militan el citado Moreno y el propio Feijóo. Así lo ven internamente. "En Galicia, como en Andalucía, los ciudadanos apuestan por la estabilidad y la moderación", dijo el lunes Antonio Repullo, secretario general de los populares andaluces. Es ahí donde encaja el presidente de la Xunta, ya con plenos poderes y convertido en referente de un partido donde lo territorial tiene cada vez más peso.

El mito de la participación

“Galicia participó como nunca y votó como siempre”, declaró Alfonso Rueda, que dedicó la victoria a su jefe y mentor, Alberto Núñez Feijóo, con quien se fundió en un abrazo a las puertas del hotel compostelano en el que el PP de Galicia celebró este lunes su junta directiva. “Galicia mandó un mensaje muy claro a España. Es un frenazo en seco a Pedro Sánchez y a sus socios nacionalistas. Ni queremos ni admitiremos chantajes”, proclamó Rueda, ya como presidente electo.

Nada hizo sombra al PPdeG, ni siquiera la elevada participación que suele asociarse al cambio de signo político. “Mito caído”, destacó Rueda, mientras Feijóo ponía el acento en “la irrelevancia política del PSOE no solo en Galicia sino en buena parte de las comunidades autónomas”.

Lugo, la provincia interior y rural donde las caravanas de Alberto Núñez Feijóo y Mariano Rajoy pusieron más énfasis en paseos y encuentros, devolvió a los populares la rentabilidad en votos: nueve escaños y el 53% del voto con un 70% de participación, épico para una suma de municipios pequeños y envejecidos con pocas y malas comunicaciones internas. Por detrás, Ourense, con un 49% de apoyos, pese a la irrupción de Gonzalo Pérez Jácome con su propia marca y un único escaño.