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El amigo de Rusia y de Pablo Casado que acerca la vacuna Sputnik V a Galicia
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Espera la aprobación de la EMA

El amigo de Rusia y de Pablo Casado que acerca la vacuna Sputnik V a Galicia

El empresario Pedro Mouriño, vinculado en su día a un polémico vídeo contra Sáenz de Santamaría, negocia la producción de la vacuna en Vigo

Foto: El empresario Pedro Mouriño. (Cedida)
El empresario Pedro Mouriño. (Cedida)
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Con Europa hambrienta de vacunas, un empresario de Vigo, tan amigo de Pablo Casado como del régimen ruso, se abre paso como el hombre que puede abrir las puertas de España a la Sputnik V y, de paso, dejar un contrato histórico en la farmacéutica gallega Biofabri. Tiene 47 años, se llama Pedro Mouriño y se autodefine como un hombre de negocios de toda la vida. Maneja unos cuantos y en distintos sectores, pero el más visible se llama IberAlantic, un grupo inversor que negocia directamente con las autoridades de Moscú un acuerdo que permita la producción de la vacuna rusa en los laboratorios del grupo Zendal.

A Mouriño se le empezó a conocer en los medios porque se le atribuyó un polémico vídeo que revolucionó la campaña por la sucesión de Mariano Rajoy. Era un 'spot' que enfureció a Soraya Sáenz de Santamaría, que pidió una investigación interna. Había indicios —nunca confirmados— de que las burlas a la supuesta renovación de la rival de Casado hubiesen salido del amigo del ahora presidente popular, con quien compartió aventuras en Nuevas Generaciones. Pero Mouriño es mucho más que eso. Es un emprendedor con años de experiencia en múltiples sectores, especialmente en esa versión empresarial que unos llaman 'lobbismo' y que él prefiere denominar 'networking'. Y con una relación muy especial con Rusia, país que lo ha nombrado cónsul honorario en Galicia.

Foto: Fotografía de la vacuna rusa Sputnik V. (EFE)

La amistad con Casado le viene de lejos. El presidente del PP —con el que ahora se le intuye decepcionado— fue invitado en su boda y con él recorrió el Camino de Santiago. Cuando decidió lanzarse a por el liderazgo de los populares, contó con todo el apoyo de su íntimo gallego, que colaboró en la campaña y participó como compromisario. Eso no quita que su amor con Rusia esté por encima de casos como el de Navalni o sospechas de fraude electoral. No en vano, él mismo participó como observador internacional en las presidenciales de 2018, las mismas que fueron denunciadas por el opositor envenenado. Y si es necesario, le dice ante las cámaras al jefe de la diplomacia europea, su compatriota Josep Borrell, que no se meta en asuntos internos de Rusia si no le gusta por ejemplo que otros países se metan en la actuación de la Policía española durante las revueltas independentistas.

Mouriño es un habitual de los medios audiovisuales semipúblicos de Rusia, que lo consultan sobre política internacional en su calidad de "observador internacional", CEO de IberAtlantic o "experto" en general. Su relación con el país viene de su época juvenil, cuando era vicepresidente y presidente honorario de la organización universitaria del Partido Popular Europeo. "Me recorrí toda Europa y empecé a hacer amigos en las juventudes del partido Rusia Unida. Conocí gente e hice contactos: 'networking'". Fuera a través del partido que apoya a Vladimir Putin, fuera a través de otras amistades, no tardó en firmar un contrato con el gigante Gazpron para impulsar en el sur de Europa el South Stream: un gasoducto para el transporte de gas natural. "Y después una cosa lleva a la otra, y esa a la otra, y luego a otra".

placeholder El empresario Pedro Mouriño (izq). (Cedida)
El empresario Pedro Mouriño (izq). (Cedida)

Todo son alabanzas para Rusia y su régimen. "Es un país magnífico, antes de la pandemia lo visitaba diez veces al año, y además es un espectacular nicho de mercado", relata. Tanta vinculación tuvo su reconocimiento oficial el pasado noviembre, cuando el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso lo nombró cónsul honorario. Según informó la embajada, con el cometido de "emplear todos sus esfuerzos para el desarrollo y el fortalecimiento de las relaciones de amistad y cooperación entre las regiones de Rusia y Galicia". También fue la embajada, y no Mouriño, quien desveló su nombramiento oficial como comisionado para la Sputnik V. "La empresa IberAtlantic se encuentra en un proceso de negociación con el Fondo Ruso de Inversión Directa y la biofarmacéutica Zendal en busca de un acuerdo para producir la vacuna rusa en los laboratorios de esta corporación en Galicia", informaba este 9 de marzo a través de sus redes sociales. En los laboratorios de Zendal, a apenas 20 kilómetros de Vigo, también se producirá otra importante vacuna, la de Novavax.

Era una sorpresa relativa, porque se hablaba desde hacía tiempo de la doble intención del empresario gallego: que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) apruebe la Sputkink V y, de forma conjunta o independiente, que se produzca en Biofabri, integrada en un grupo cuyo CEO es amigo personal de Mouriño. "'Networking'”, insiste. Son objetivos independientes, pero no tanto. "El palo en las ruedas para la vacuna rusa es la fabricación y la producción, porque la Unión Europea exige que se fabrique en alguno de los países miembro, y eso obliga a Rusia a buscar socios en Europa". La resistencia de la EMA en dar su brazo a torcer enfurece al gallego. "Más pronto o más tarde la van a aprobar, y no estamos para perder tiempo. Es una vacuna estupenda, como están comprobando ya 50 países".

Foto: Foto: Reuters

Entre esos países, hay alguno de la Unión Europea como Hungría o Eslovaquia que ya están administrando la Sputnik, por lo que Mouriño no considera el retraso de la EMA un obstáculo insalvable. Le bastaría, de hecho, con una autorización de la Agencia Española del Medicamento para empezar la producción para su distribución en otros países. "No sé para qué tenemos un organismo como la Agencia del Medicamento si no lo consultamos. ¿Sabes cuántos medicamentos en España están autorizados por la EMA? El 15%. Esto es un problema que se resuelve con voluntad política".

De la escasez de vacunas culpa Pedro Mouriño a unas autoridades europeas contra las que se despacha sin demostrar apego, especialmente cuando se refiere a decisiones de la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen. "La compra centralizada parecía una buena idea, pero ha hecho aguas y hay que actuar", urge el empresario. Pero espera que las decisiones se revisen y él pueda hacer gala de su condición de empresario —"en España lo llamarían tráfico de influencias; somos así"— para cerrar un acuerdo que, considera, sería satisfactorio para todos. Mientras tanto, él se dedicará a sus dos grandes pasiones: los negocios y el balón. Es vicepresidente de un histórico del fútbol de barrio vigués, el Rápido de Bouzas, de la tercera división. Tan prioritario para él que advierte al periodista: "Métete conmigo o con Putin todo lo que quieras, pero como digas algo del Rápido que no me gusta prepárate".

Con Europa hambrienta de vacunas, un empresario de Vigo, tan amigo de Pablo Casado como del régimen ruso, se abre paso como el hombre que puede abrir las puertas de España a la Sputnik V y, de paso, dejar un contrato histórico en la farmacéutica gallega Biofabri. Tiene 47 años, se llama Pedro Mouriño y se autodefine como un hombre de negocios de toda la vida. Maneja unos cuantos y en distintos sectores, pero el más visible se llama IberAlantic, un grupo inversor que negocia directamente con las autoridades de Moscú un acuerdo que permita la producción de la vacuna rusa en los laboratorios del grupo Zendal.

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