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"Bastante bien salió para el caos que hubo": el recuento del 26-M, contado desde dentro
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CÓMO SE ORIGINÓ EL POLÉMICO BAILE DE EDILES

"Bastante bien salió para el caos que hubo": el recuento del 26-M, contado desde dentro

El volcado de datos para el primer recuento electoral está revelando fallos. Los que lo vivieron recuerdan una sucesión de pequeños errores. Las empresas se defienden

Foto: Recuento electoral en León. (EFE)
Recuento electoral en León. (EFE)

Pedro se toma en serio su tarea. Desde hace más de una década, cuando era estudiante y mandó un correo a la Subdelegación del Gobierno de su provincia ofreciéndose para colaborar en el recuento de las elecciones, trabaja como delegado de la Administración en una mesa electoral en un pequeño pueblo de Castilla y León. Él es de los miles de personas que mandan los datos provisionales del recuento para que Interior los publique en la web en cuanto cierren los colegios. Con su experiencia, tiene una visión privilegiada sobre lo que ocurrió el 26-M, en un volcado de datos que se ha demostrado salpicado de errores. "No digo que sea manejar una central nuclear, pero es algo relativamente importante, muchas instituciones dependen de tu labor. Los resultados no se pueden manipular, pero nunca vi algo como lo del domingo. Fue todo una gran chapuza. Demasiado bien han salido las cosas", resume.

La revisión del recuento electoral cambia el tablero político de varios municipios

La jornada de Pedro, que no se llama Pedro pero que pide que no se le identifique con su nombre real para poder seguir colaborando en próximas elecciones, comenzó a las ocho de la mañana, cuando acudió al colegio electoral en el pequeño pueblo de Castilla y León que tenía asignado para comprobar que la mesa se constituía correctamente. Cuando lo estuvo, llamó al centro de recogida de datos, en Ifema, en Madrid, donde cientos de teleoperadores van volcando esos resultados en el sistema de recuento provisional. "En decir que la mesa está constituida se tardan normalmente 10 segundos, pero esta vez vi que algo iba mal. Me empezaron a pedir datos y más datos, y tardé un rato".

Las empresas aseguran que lo hicieron todo bien y culpan a Indra de remover el asunto por haber roto el monopolio

Al otro lado del teléfono, recogiendo los datos, está gente como Javier, un estudiante de 24 años que, sin experiencia como teleoperador, se apuntó el pasado abril a una oferta de trabajo. "Vi una oferta en Job Today y te contrataban con ir a la entrevista. Decían que habría un día de formación en una sesión de tres horas y que tendríamos que estar disponibles para un simulacro el 11 de mayo y el 26 para las elecciones. Al llegar el día de la formación, la coordinadora nos dio unos folios sobre lo que teníamos que hacer con las llamadas. La mayoría no habíamos hecho de teleoperador y los teléfonos son bastante complejos. Nos despacharon en 20 minutos y todos nos mirábamos porque pensábamos que iba a durar tres horas, pero en media hora íbamos para casa", cuenta.

Javier fue convocado al simulacro de recuento electoral el pasado 11 de mayo. "Al principio, dijeron que no iban a pagar los simulacros. Al final, dos días antes del primero, nos dijeron que nos pagarían 30 euros. Nos avisaron de que no se iba a repetir, salvo que saliera muy, muy mal". Así fue. Los teleoperadores llegaron a las siete de la mañana y si el recuento debía estar a mediodía, se retrasó dos horas más. "Apuntamos casi todo en papel porque el sistema se caía. Me llamó un hombre de Cataluña que tenía cuatro mesas electorales y al final estuvimos 40 minutos para hacer el escrutinio de una sola mesa de los problemas que teníamos".

"La mayoría no habíamos hecho de teleoperador y los teléfonos son bastante complejos. Nos despacharon la formación en 20 minutos"

El simulacro se repitió días después y siguió con fallos, aunque no tan evidentes. Por entonces, la sombra del fiasco empezó a planear sobre la jornada electoral. En esta ocasión, se trataba de un recuento especialmente complejo por coincidir tres elecciones, algo que ocurre cada 20 años. El concurso lo había ganado una unión temporal de empresas (UTE) entre Scytl y Vector. Estas ofrecieron hacer el recuento por 8,7 millones, un 20% menos que Indra, la firma que se ha llevado todas las elecciones salvo las generales de 2015, cuando perdió también ante Scytl. La oferta económica pesaba el 70% e Interior eligió la más ventajosa. Scytl es una empresa catalana con negocio en Latinoamérica y con recuentos recientes en España como el polémico de la Cámara de Comercio de Barcelona.

El día de las elecciones, cuando a las dos de la tarde Pedro volvió a llamar desde su pueblo castellano a dar el avance de participación, se encontró con más problemas. "Normalmente, es imposible hablar los primeros minutos, pero nunca he dado mis datos más tarde de las dos y cinco. Este año di los datos a las tres menos cuarto. No pude contactar antes. No cogían el teléfono o se escuchaba fatal. En un momento, oí la conversación de otra persona. Poco después de las dos, me empezaron a llegar notificaciones de los medios explicando cuál había sido la participación aunque yo ni había enviado mis datos. Yo no entendía cómo podían publicarlo si no los habíamos dado muchos. A las dos y media llamé al teléfono de incidencias y me dijeron que no me preocupara, que lo sabían y que no me rompiera la cabeza". Otros representantes, los de las mesas grandes, envían los datos por PDA.

Foto: Isabel Celaá y Fernando Grande-Marlaska (derecha), la noche electoral. EFE

Javier recuerda la escena al otro lado del teléfono. "Yo tuve suerte, porque participé en los dos simulacros, pero había gente que llegaba con la única formación del folio. Hasta las seis, cuando entraron las llamadas del segundo avance de participación, fue bien. Pero a las ocho, con el escrutinio, había mucha gente que nos llamaba y nos daban mal los datos. De Castilla y León hubo dos o tres mesas que querían rectificar los datos, pero una vez metidos no se podían cambiar. Los mandábamos a otro teléfono de incidencias, pero luego nos llamaban diciendo que de ese número los mandaban a la delegación de la Junta Electoral y cuando llamaban allí les decían que nos tenían que llamar a nosotros". Desde la mesa electoral, cuando Pedro intentaba contactar, notaba el escándalo. "Se podía silenciar el teléfono, pero al principio no lo sabíamos y tapaba el micrófono con la mano, así que hablábamos todos a la vez".

Hubo un problema porque las actas de las mesas y las PDA y plantillas de los representantes de la Administración no seguían el mismo orden de partidos. Así que hubo fallos humanos en el volcado de los datos. Ese recuento provisional no afecta al definitivo, que se empezó a realizar el miércoles con las actas en las juntas electorales. Pero como tradicionalmente afinaban mucho, todo el mundo dio por bueno el recuento provisional que Interior publicó en su web.

Sin embargo, ha habido fallos estridentes. En Ibiza, el PP salió ganador la noche electoral pero finalmente la victoria es para el PSOE. En la capital de la isla, la web de resultados provisionales pinta un pleno municipal con siete partidos cuando en el recuento final solo cuatro tendrán representación. En León, el PSOE ha rescatado un concejal a costa de Vox y anuncia un recurso para revisar una mesa. En el Cabildo de Fuerteventura, se asignaron consejeros a partidos que estaban por debajo de la barrera del 5%, lo que cambia los equilibrios en la isla.

placeholder El cambio del resultado en Ibiza.
El cambio del resultado en Ibiza.

Hay más. En Torrelavega (Cantabria), el recuento definitivo ha dado un concejal más al PP a costa de Vox y podría gobernar con el PRC. En Zafra (Badajoz), también se revisa el acta de una mesa que en las europeas registró casi 90 votos para la lista de Carles Puigdemont. En Badajoz y Mérida, baila un concejal. En Villanubla (Valladolid), el PSOE pasó de tres concejales la noche electoral a seis, y gobernará. En la sección de Madrid donde está la sede del PSOE, gana la Falange en el recuento provisional y PSOE y Más Madrid teóricamente no lograron ni un voto. En Allariz (Ourense), la web del Ministerio del Interior daba un empate a seis concejales entre BNG y PP, pero al final hay nueve para los nacionalistas, tres para los populares y uno para los socialistas. La prensa local fue un hervidero de recuentos y bailes de concejales cuando las juntas electorales empezaron a abrir las actas en papel. Calibrar la extensión del roto es aún imposible.

Ante la incertidumbre en votos, las empresas no han entregado la proyección sobre cómo quedarían las diputaciones. Un error en los concejales puede arrastrarse a instituciones mayores y generar un problema mayor. Las diputaciones son clave para medir la pérdida de poder del PP. Interior ha reclamado esa proyección con urgencia, pero sigue sin aparecer.

placeholder Marlaska, el secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver, y la subsecretaria de Interior, Isabel Goicoechea, en las instalaciones de Ifema. (EFE)
Marlaska, el secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver, y la subsecretaria de Interior, Isabel Goicoechea, en las instalaciones de Ifema. (EFE)

En todas las elecciones hay fallos, pero en esta ocasión el problema ha sido mayor. No es solo que haya habido más bailes de votos sino que se han sumado distintos errores. Hubo pueblos que siguieron en blanco la noche electoral y los datos solo se volcaron el día siguiente. Además, Scytl y Vector decidieron que al desplegar los resultados por provincias, solo aparecieran los votos que hubieran dado como resultado un concejal, no todos los que los partidos reciben en pueblos en los que no sacan representación. El resultado es que los datos no cuadraban si uno miraba en la provincia o en la comunidad autónoma. La CUP denunció que Interior les había escamoteado 56.000 votos y desencadenó la oleada de quejas. Para paliarlo, en la web ahora hay un aviso pequeño a un lado: "La información agregada solo incluye los votos a las listas que han conseguido escaño en su circunscripción".

Las empresas defienden su actuación. Vector no quiso hacer comentarios, pero fuentes de la dirección de Scytl afirmaron que todo fue bastante bien para un proceso tan complejo y se puntúan con un ocho y medio sobre 10. La firma cree que todo el escándalo responde a maniobras subterráneas de Indra. "El recuento electoral era casi un monopolio. Estos procesos costaban 15 millones al contribuyente y ahora ocho o nueve. En unas elecciones suyas, el sistema se cayó durante 45 minutos", sostiene una fuente de la dirección de la firma que pide no ser identificada. "Ha habido errores humanos, pero muchos en las actas, y por eso se llama recuento provisional, porque luego se ajustan los errores", añade. La versión de la compañía es que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, les felicitó la noche electoral por el trabajo. Sin embargo, el malestar crece en Interior. El ministro citó el miércoles por la tarde de urgencia a las dos empresas para exigirles corregir los errores de la web de forma inmediata. En la cita no hubo felicitación.

"No digo que sea manejar una central nuclear, pero es algo relativamente importante, muchas instituciones dependen de tu labor"

Cuando se cae un avión, en la industria aérea saben que no hay una sola causa. Un fallo mecánico se suele unir a un error humano en las peores condiciones atmosféricas. Es lo que llaman la teoría del queso suizo. Cada barrera de seguridad es una loncha de queso con un agujero: es una red de seguridad, pero solo en parte. De vez en cuando se alinean todos los agujeros y fallan todas las barreras. Es entonces cuando se cae un avión o estalla una central nuclear. Es aplicable a este caso: un recuento más complejo que de costumbre, una oferta muy ajustada económicamente, una plantilla sin experiencia, unas desconcertantes presentaciones en la web, que las listas de las mesas y los representantes tuvieran los partidos en órdenes distintos... Todo ha puesto su grano de arena para emborronar el primer recuento electoral. El problema técnico es ahora político.

Coda para conspiranoicos: el recuento oficial lo hacen las juntas electorales con las actas de las mesas en papel y es lo que está revelando los errores del primer recuento para la web.

Pedro se toma en serio su tarea. Desde hace más de una década, cuando era estudiante y mandó un correo a la Subdelegación del Gobierno de su provincia ofreciéndose para colaborar en el recuento de las elecciones, trabaja como delegado de la Administración en una mesa electoral en un pequeño pueblo de Castilla y León. Él es de los miles de personas que mandan los datos provisionales del recuento para que Interior los publique en la web en cuanto cierren los colegios. Con su experiencia, tiene una visión privilegiada sobre lo que ocurrió el 26-M, en un volcado de datos que se ha demostrado salpicado de errores. "No digo que sea manejar una central nuclear, pero es algo relativamente importante, muchas instituciones dependen de tu labor. Los resultados no se pueden manipular, pero nunca vi algo como lo del domingo. Fue todo una gran chapuza. Demasiado bien han salido las cosas", resume.

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