Tres fiascos de Scytl en dos meses: los fallos técnicos amenazan su negocio millonario

Los peores presagios se han cumplido. Scytl, la compañía catalana adjudicataria del volcado y transmisión de datos para las elecciones municipales y europeas del pasado 26-M, se enfrenta a una de sus mayores crisis corporativas desde su creación en 2001. Las alarmas ya saltaron en el Ministerio de Interior con las pruebas previas a los comicios. Los simulacros realizados durante el mes de abril y mayo tuvieron que terminar antes de tiempo por graves fallos técnicos en el proceso de constitución de las mesas y en el envío de los datos a la central de información de Madrid. Los problemas no auguraban nada bueno y las sospechas se han confirmado ahora al destaparse múltiples fallos técnicos en el proceso de transmisión de datos gestionado por la compañía. Lo más preocupante: hay varios precedentes demasiado recientes.

El Ministerio de Interior ya ha detectado y confirmado varios fallos en el volcado de datos de los comicios del 26-M, proceso del que se encargaba la firma Scytl, quien arrebató a Indra la adjudicación del contrato (de 8,7 millones de euros) al presentarse en conjunto con la firma Vector ITC. Se han destapado irregularidades en múltiples municipios y ciudades (León, Valencia, Ibiza...) al no coincidir los datos emitidos con los mostrados en la web de Interior. Todos los dedos señalan ahora a Scytl.

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La empresa se encargaba del escrutinio y difusión de los datos electorales del 26-M, no del recuento de votos. Los miembros de las mesas electorales son quienes hacen el recuento. Desde cada mesa, los representantes de la administración envían los datos a la empresa adjudicataria y es esta la que envía las cifras provisionales a Interior. En este proceso de recopilación y transmisión es donde se han producido fallos técnicos que se están investigando y que podrían alterar el resultado electoral final en múltiples localidades.

Se trata del tercer incidente grave en menos de dos meses al que se enfrenta Scytl, firma de unos 200 empleados con sede en Barcelona y presidida desde hace 8 meses por la abogada Silvia Caparrós (el directivo Pere Vallés ha estado al frente como CEO durante 15 años pero permanece como presidente ejecutivo).

El más sonado tuvo lugar en abril. La empresa catalana había sido seleccionada para crear un sistema de voto electrónico online en Suiza con el objetivo de desplegarlo a nivel nacional en 2019. Sin embargo, un grupo de investigadores encontraron serias vulnerabilidades en el sistema que, entre otras cosas, habrían permitido cambiar el signo de los votos sin dejar rastro digital (puedes leer la investigación al completo aquí).

El gobierno Suizo lanzó un programa pidiendo a 'hackers' de todo el mundo que encontraran fallos en el código creado por la española. Participaron más de 3.000 expertos en ciberseguridad y se encontraron hasta 16 vulnerabilidades graves. Los fallos, calificados de "impresionantes" por diversos especialistas, han puesto en duda la continuidad de Scytl al frente del proyecto y, sobre todo, su fiabilidad en otros países (opera en 35).

El otro fiasco tuvo lugar a comienzos de mes. Scytl fue la adjudicataria de gestionar el voto electrónico de las elecciones a la Cámara de Comercio de Barcelona. Su sistema informático registró de nuevo múltiples fallos técnicos que resultaron en la misteriosa desaparición de votos no independentistas, según denunciaron desde sectores de las candidaturas. Grupos de empresas que habían votado en un determinado sentido, vieron cómo en el cómputo final aparecían contabilizados menos votos de los depositados en los ordenadores. Otro golpe para la reputación de la compañía.

El nuevo incidente ocurrido ahora con los comicios del 26-M es aún más comprometedor. La compañía aún no ha dado una explicación técnica oficial. Scytl nació en 2001 de un proyecto de la Universidad Autónoma de Barcelona liderado por el emprendedor Andreu Riera (fallecido en 2006). Prácticamente desde su nacimiento en 2001 ha estado participada por fondos de capital riesgo. El primero que creyó en ella fue Spinnaker, del grupo financiero catalán Riva y García, apuesta a la que en 2007 se sumó Nauta Capital, participado por BBVA y dirigido por varios emprendedores que después se convertirían en directivos del FC Barcelona en la era de Joan Laporta.

Su especialización en el cómputo de voto electrónico le llevó a ser llamada por la administración de Estados Unidos para colaborar en las elecciones a la presidencia de la Casa Blanca en 2012, ganadas por Barack Obama, lo que atrajo el interés de varios fondos americanos de gran prestigio de Silicon Valley. Entre otros Vulcan Capital, una empresa de inversión dirigida por Paul Allen, confundador de Microsoft, que invirtió 30 millones en Scytl en 2014. A Allen le siguió Tim Bunting, expresidente de Goldman Sachs, que aportó una cantidad similar a través de Balderton Capital. En total, ha levantado casi 120 millones de euros en financiación y su valoración estimada se sitúa en los 300 millones.

Scytl fue la encargada también del recuento de las elecciones al Parlamento europeo celebradas en 2014. Entre sus accionistas sigue estando Borja García-Nieto,un inversor de la alta burguesía catalana, actualmente presidente del Círculo Ecuestre de Barcelona, probablemente el lobby empresarial más importante de Cataluña. El pasado año alcanzó una facturación cercana a los 70 millones de euros, con un beneficio próximo a los 25 millones. Según su página web, Scytl ha gestionado cerca de 100.000 citas electorales en más de 35 países, entre los que destacan Estados Unidos, Canadá, México, Ecuador, Argentina, Reino Unido, Francia y Emiratos Árabes Unidos.