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Las mascarillas con válvula, en el punto de mira: Consumo eliminará los cubrebocas "egoístas"
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Las mascarillas con válvula, en el punto de mira: Consumo eliminará los cubrebocas "egoístas"

El Ministerio de Consumo tiene previsto prohibir la comercialización de mascarillas higiénicas con válvula para minimizar el intercambio de partículas de aire exhalado en plena segunda ola del coronavirus

Foto: Mascarillas FFP1 con válvula
Mascarillas FFP1 con válvula

Después de que el Gobierno diese luz verde a la bajada del IVA a un 4% de las mascarillas en plena segunda ola del coronavirus SARS-CoV-2 y permitiese también una reducción del precio máximo de venta de las mascarillas quirúrgicas hasta los 72 céntimos por unidad, Consumo tiene previsto prohibir la comercialización de mascarillas higiénicas con válvula de exhalación o antiretorno, que permiten que el aire exhalado escape de ellas, ya que el uso previsto de este tipo de productos es minimizar el intercambio de partículas del aire exhalado o la proyección de gotas respiratorias.

Esas gotas respiratorias se producen cuando el usuario respira, habla, tose o estornuda, según señala el Ministerio de Consumo en el borrador de la orden por la que se establecen los requisitos de información y comercialización de las mascarillas higiénicas, una disposición en la que trabaja el departamento dirigido por el ministro Alberto Garzón al menos desde el pasado mes de octubre, cuando se anunció que se reforzaría la venta de este tipo de protecciones con "nuevos requisitos de etiquetado sobre lavados y pérdida de eficacia", "prohibición de indicaciones que pueden dar lugar a engaño" y "regulación del uso e información de filtros intercambiables", tal y como se detallaba en una nota de prensa compartida a través del sitio web del Ministerio de Consumo.

El debate acerca del uso de mascarillas de tipo EPI o protecciones con válvula, que parte de la población puede llegar a utilizar en detrimento de tapabocas higiénicos o quirúrgicos —las mascarillas recomendadas por Consumo para la población general, mientras que las FFP2, por ejemplo, se reservan "para personas en contacto con el virus y para grupos vulnerables, siempre bajo prescripción médica"—, viene de lejos, ya que el propio director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, puso el foco de atención este verano en lo "egoísta" que es el uso de una mascarilla diseñada, sobre todo, para protegerse a uno mismo.

Además, en una de las ruedas de prensa que ha protagonizado para informar acerca del avance del covid-19 en España, advirtió del peligro que conllevaba usar una protección con válvula, prohibidas de forma general en todas las comunidades salvo en aquellos entornos profesionales donde sea pertinente utilizarlas. "El problema de la válvula es que el aire que exhala la persona que la lleva lo concentra en un punto concreto, y eso puede hacer que en algún momento alguien que esté expuesto al aire que sale por esa válvula pueda infectarse", explicó en su momento Simón.

Tras apuntar en este borrador que no podrán comercializarse las mascarillas con válvulas, la orden añade a continuación que "en caso de que su uso previsto sea otro, deberá aclararse en la etiqueta de forma destacada". Asimismo, en lo relativo a la comercialización en España de las mascarillas higiénicas, según indica EFE, se señala que se deben respetar las siguientes condiciones:

  • Solo se podrán comercializar mascarillas higiénicas que sean seguras y se deberá evitar que su composición impida o dificulte la respiración.
  • Ni los materiales que entren en contacto directo con la piel, ni las sustancias susceptibles de ser inhaladas deben suponer un peligro ni causar molestias, irritación efectos alergénicos y otros efectos adversos para la salud.
  • Las mascarillas deben estar exentas de bordes o elementos punzantes o cortantes que pudieran producirse, por ejemplo, con el uso de grapas o similares para la conexión de las partes.
  • Los "cobertores faciales", como también se les llama, que incorporen en su composición sustancias o mezclas químicas deberán garantizar su seguridad, teniendo en cuenta el uso previsto. Es decir, deberán tener en cuenta la zona de contacto del producto, su posible inhalación, la población de destino o el tiempo de exposición.
  • Si las mascarillas higiénicas son destinadas a la población infantil, deberá cumplirse escrupulosamente con la normativa de seguridad, especialmente en lo que se refiere a cordones y cuerdas ajustables en sus ropas: los arneses que sirven para la sujeción a la cabeza para las mascarillas deben poder sujetarse sin generar nudos, extremos libres o elementos tridimensionales.

Después de que el Gobierno diese luz verde a la bajada del IVA a un 4% de las mascarillas en plena segunda ola del coronavirus SARS-CoV-2 y permitiese también una reducción del precio máximo de venta de las mascarillas quirúrgicas hasta los 72 céntimos por unidad, Consumo tiene previsto prohibir la comercialización de mascarillas higiénicas con válvula de exhalación o antiretorno, que permiten que el aire exhalado escape de ellas, ya que el uso previsto de este tipo de productos es minimizar el intercambio de partículas del aire exhalado o la proyección de gotas respiratorias.

Esas gotas respiratorias se producen cuando el usuario respira, habla, tose o estornuda, según señala el Ministerio de Consumo en el borrador de la orden por la que se establecen los requisitos de información y comercialización de las mascarillas higiénicas, una disposición en la que trabaja el departamento dirigido por el ministro Alberto Garzón al menos desde el pasado mes de octubre, cuando se anunció que se reforzaría la venta de este tipo de protecciones con "nuevos requisitos de etiquetado sobre lavados y pérdida de eficacia", "prohibición de indicaciones que pueden dar lugar a engaño" y "regulación del uso e información de filtros intercambiables", tal y como se detallaba en una nota de prensa compartida a través del sitio web del Ministerio de Consumo.

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