Diez muertos en Valencia y la incógnita sobre la velocidad del incendio: "No sabemos qué pasó"

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Es el comentario más extendido en la ciudad. Pudo haber sido mucho peor. Pero la tristeza por los diez fallecidos, a la espera de que no aparezca ningún cadáver más, se queda grabada en el frontispicio de la tragedia que arrasó los dos bloques de viviendas de Nou Campanar. El mayor incendio registrado de la historia moderna de la ciudad ha dejado a más de un centenar de familias sin vivienda y sin sus enseres. A la vista de la magnitud de las llamas y la velocidad con la que se propagó el fuego, resulta casi milagroso que más de trescientos ocupantes del edificio pudieran salvar la vida. "La hora de inicio del incendio fue clave. Muchas familias no estaban en casa, andaban en el trabajo o recogiendo a los hijos en los colegios. Si llega a pasar por la noche no sabemos cómo podría haber terminado", comenta una fuente municipal.

Las lágrimas se derraman por la joven pareja y sus dos hijos, un bebé de apenas unos días y un niño de dos años, y por los otros cinco muertos, de los que pocos ha trascendido hasta ahora. Los familiares del matrimonio, Ramón y Marta, están devastados. "Se encerraron en el baño esperando ayuda y llamando a sus familiares", explican las mismas fuentes. Perdieron la vida atrapados en la trampa de llamas en la que se convirtió la manzana entre Maestro Rodrigo, Rafael Alberti y General Avilés. El fuego se inició en el exterior e invadió las viviendas. Los que no lograron moverse a tiempo para escapar, ya no salieron, excepto dos jóvenes que pudieron ser rescatados por una de las balconadas con una cesta de los bomberos.

Un total de 113 personas afectadas (98 adultos y 15 niños) están alojados en el SH Valencia Palace, en el Paseo de la Alameda, donde el Ayuntamiento de Valencia ha reservado 51 habitaciones. También han comenzado a derivarse familias desahuciadas por el fuego al Hotel Primus, en la calle Menorca. El resto pernocta en segundas residencias o casas de familiares y amigos. Algunos llegaron al hotel sin más ropa que la puesta, sin documentación o recursos, perdidos en el edificio incendiado ante las prisas por el desalojo. Concejales del equipo de gobierno del consistorio como Paula Llobet o María José Ferrer Sansegundo transportaron personalmente en su coche particular prendas y mudas para que las familias pudieran cambiarse.

El matrimonio fallecido con su bebé de pocos días y un niño de dos años se encerró en el baño esperando ayuda

La gran incógnita que sobrevuela la investigación es qué provocó el fuego y cómo pudo propagarse tan rápido por la fachada en todas direcciones. "Todavía no sabemos qué pasó", afirman fuentes cercanas a la investigación. Se conoce, por las imágenes difundidas por los testigos presenciales, que el siniestro arrancó en el balcón de la séptima planta y de ahí comenzó a extenderse, al tiempo que se creaba una gran columna de humo muy negro visible a varios kilómetros. En menos de una hora estaba todo en llamas, tanto el bloque de catorce plantas como el lateral de diez alturas. Los dos están comunicados por un ascensor panorámico y comparten servicios comunes.

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Las primeras informaciones que llegaban desde el Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de Valencia hablaban de la existencia de paneles de poliuretano aplacados con planchas de aluminio. Sin embargo, el Colegio de Arquitectos Técnicos, que asegura haber tenido acceso al certificado final de obra, sostiene que el aislamiento era de lana de roca, mucho menos inflamable.

Todo indica que los paneles pegados a la fachada estaban fabricados con algún compuesto que terminó por ejercer de combustible. El edificio fue construido entre 2005 y 2008. Era una promoción de FBEX, la inmobiliaria catalana que se vio arrastrada por el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y quebró con una deuda de más de 600 millones. El activo fue traspasado a la banca en dación de pago y terminó en manos del Banco Popular y la inmobiliaria Aliseda antes de que fuese adquirida por el fondo de inversión Blackstone.

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La calidad de los materiales y si esto ha podido ser determinante en la tragedia es lo que tendrá que dilucidar la Policía Científica en la causa judicial abierta. La titular del Juzgado de Instrucción número 10 de Valencia ha abierto diligencias previas para investigar las causas y circunstancias del incendio. Ha decretado el secreto de las actuaciones a fin de proteger las pesquisas policiales y la intimidad de las víctimas y sus familiares.

Quince investigadores trabajaban desde ayer sobre el terreno en coordinación con los bomberos, que iban asegurando y enfriando las distintas plantas para poder acceder al lugar del siniestro. Además de recoger evidencias técnicas, también trataron de localizar cuerpos de desaparecidos. Ha habido mucho baile de cifras sobre posibles víctimas. Finalmente, Delegación del Gobierno en la Comunidad Valenciana confirmó el hallazgo de nueve cadáveres. En la mañana del sábado se encontró a una décima persona.

La comisión judicial, compuesta por la magistrada, el letrado de la Administración de Justicia de su juzgado y cuatro equipos forenses se desplazaron al lugar del suceso para proceder al levantamiento de los restos mortales, ordenar que se les realicen las correspondientes autopsias y se practiquen las diligencias necesarias para su identificación.

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Para este cometido, el Cuerpo Nacional de Policía, en colaboración con otras instituciones, ha habilitado varios puntos en la ciudad, entre ellos en el Centro de Turismo (CDT) ubicado en el Paseo de la Alameda, para recabar información y muestras de ADN de familiares de personas desaparecidas que permitan su localización e identificación.

Por otro lado, el juez decano de Valencia, César Zenón Calvé, está siguiendo de cerca el desarrollo de los acontecimientos y permanece en contacto permanente con los jueces de instrucción por si hubiera que reforzar en cualquier momento los juzgados que prestan el servicio de guardia de 24 horas en la ciudad.