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La presidencia de las Cortes valencianas pone a prueba a Mazón y Vox…y a Puig y Baldoví
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PARLAMENTO AUTONÓMICO EL 26 DE JUNIO

La presidencia de las Cortes valencianas pone a prueba a Mazón y Vox…y a Puig y Baldoví

El reglamento del Parlamento permite a PP y PSPV repartirse la Mesa (3-2). Un pacto de los socialistas con Compromís a cambio de un puesto obligaría al PP y Vox a retratarse antes del 23J

Foto: Carlos Mazón y Ximo Puig. (EFE/Biel Aliño)
Carlos Mazón y Ximo Puig. (EFE/Biel Aliño)

La elección de la presidencia y la Mesa de las Cortes Valencianas va a ser la primera prueba de fuego de la legislatura en las relaciones cruzadas de los grupos que obtuvieron representación en las elecciones autonómicas del pasado 28 de mayo. El Parlamento autonómico se constituye de forma obligatoria el próximo 26 de junio, a las puertas de la campaña de generales del 23 de julio, con la formalidad de las votaciones para elegir a los representantes del órgano rector de la cámara. La presidencia, segunda institución de la Comunidad Valenciana, tiene un alto valor simbólico y servirá de primer tubo de ensayo de los posibles acuerdos entre el Partido Popular y Vox, pero también de la capacidad del PSPV-PSOE y Compromís de mantener una cierta acción coordinada desde la oposición tras la derrota del Consell del Botànic en las urnas.

Con el reglamento en la mano, los populares de Carlos Mazón y los socialistas de Ximo Puig podrían repartirse los cinco puestos de la Mesa (presidencia, dos vicepresidencias y dos secretarías) en una proporción de 3 a 2. Todos los puestos se eligen por los diputados en urna cerrada previa presentación de candidaturas. La presidencia se obtiene en primera votación por mayoría absoluta y en segunda por mayoría simple. Las vicepresidencias se otorgan a la primera y segunda candidaturas más votadas, y las secretarias, igual. Es decir, sin acuerdos previos entre los partidos, por la composición de la Cámara salida del 28M, Mazón (40 escaños) podría situar a tres de los suyos como presidente, vicepresidente primero y secretario primero sin tener que negociar con Vox (13), siempre que los candidatos del PSPV (31), que obtendría los otros dos puestos, no obtuviesen el respaldo de Compromís (15). La suma de los socialistas y los valencianistas para la votación de la presidencia obligaría al PP a buscar necesariamente el respaldo de Vox.

¿Votaría Compromís al candidato del PSPV a la presidencia sin exigir un puesto en la Mesa?

Ese cruce de intereses coincidirá con la precampaña de las elecciones generales. El PSOE ya está haciendo de los posibles acuerdos de PP con los ultraconservadores uno de los ejes de su discurso. Aunque a la vista del resultado del 28M y las encuestas, el líder popular Alberto Núñez Feijóo parte con ventaja, la política de pactos con Vox se ha convertido en un asunto incómodo para los populares. Feijóo intenta presentarse a los comicios sin hipotecas, pero el calendario de elección de gobiernos autonómicos y ayuntamientos se solapa con la campaña.

Foto: Carlos Mazón y María José Catalá celebran los resultados de las elecciones. (EFE/Kai Forsterling)
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Mazón necesita a los de Santiago Abascal para la investidura como presidente de la Generalitat, pero cabe la opción de hacer una primera elección de la Mesa de las Cortes, forzar el reglamento al máximo y propiciar una investidura más allá del 23 de julio, aparcando los acuerdos con Vox para después de las elecciones generales. Una vez celebrados los comicios, si así se acuerda, el presidente de las Cortes del PP podría dimitir para propiciar una nueva votación y ceder el puesto a Vox, al estilo del reparto institucional de Castilla y León. Hay un antecente en 2015, cuando, a la espera de cerrarse el primer pacto del Botànic, fue elegido presidente del Parlamento el socialista Francesc Colomer, que después renunció para que el valencianista Enric Morera ocupase el puesto. La motivación, en este caso, no fue una voluntad deliberada de retrasar el verdadero nombramiento.

Ante estas hipotéticas maniobras parlamentarias, la lógica política dice que PSPV y Compromís tienen una oportunidad de oro para obligar al PP a retratarse con Vox el 26 de junio. O pactan, o la presidencia del Parlamento será para la izquierda. Los diputados liderados por Carlos Flores podrían dar un aviso si se sienten ninguneados por Mazón. Pero no todo es tan sencillo. ¿Votaría Compromís al candidato o candidata socialista a la presidencia de las Cortes sin exigir a cambio al PSPV un puesto en la Mesa al que, de entrada, no tiene derecho con el reglamento en la mano? Este juego de carambolas va a poner también a prueba la relación de Ximo Puig con Joan Baldoví como líderes de la oposición. Sus dos formaciones políticas abandonan el poder y muchos cuadros se quedan sin nómina. Cada puesto vale su peso en oro. Además de mejorar sustancialmente el salario de parlamentario base, cada miembro de la Mesa tiene derecho a dos asesores.

De momento, los partidos dicen que todavía es pronto para hablar de la constitución de las Cortes. Los socialistas dejan caer que se quedarán los dos puestos de la mesa, dejando la autopista al PP para obtener la presidencia sin Vox. En Compromís no esperan grandes gestos de generosidad de quienes han sido sus socios en el Botànic. Todos andan ya haciendo sus números.

La elección de la presidencia y la Mesa de las Cortes Valencianas va a ser la primera prueba de fuego de la legislatura en las relaciones cruzadas de los grupos que obtuvieron representación en las elecciones autonómicas del pasado 28 de mayo. El Parlamento autonómico se constituye de forma obligatoria el próximo 26 de junio, a las puertas de la campaña de generales del 23 de julio, con la formalidad de las votaciones para elegir a los representantes del órgano rector de la cámara. La presidencia, segunda institución de la Comunidad Valenciana, tiene un alto valor simbólico y servirá de primer tubo de ensayo de los posibles acuerdos entre el Partido Popular y Vox, pero también de la capacidad del PSPV-PSOE y Compromís de mantener una cierta acción coordinada desde la oposición tras la derrota del Consell del Botànic en las urnas.

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