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El PP volverá a la plaza de toros de Valencia en busca de un golpe de efecto antes del 28-M
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Posible vuelco electoral

El PP volverá a la plaza de toros de Valencia en busca de un golpe de efecto antes del 28-M

Los populares asumen el reto de mantener a su electorado muy movilizado hasta las elecciones. Ximo Puig mantiene la orden de centrarse en el perfil de gestión

Foto: Mitin del PP en la plaza de toros de Valencia en octubre de 2021. (EFE)
Mitin del PP en la plaza de toros de Valencia en octubre de 2021. (EFE)

Tensión muy contenida entre la clase política valenciana a tres meses de las elecciones autonómicas y municipales. Nada parece decidido en un escenario de incertidumbre en el que el Consell del Botànic, que preside el socialista Ximo Puig en coalición con Compromís y Unidas Podemos, se juega la reválida frente al PP, que aspiran a una mayoría que les permita recuperar la Generalitat aunque sea con un pacto con Vox, única opción que ahora parece plausible. El resultado no solamente determinará quién ostentará el poder de la cuarta autonomía en términos de PIB absoluto, también se analizará con lupa a nivel nacional porque la plaza valenciana puede servir para medir la salud del PSOE y los populares antes de las probables elecciones generales de diciembre.

Los sondeos internos de los partidos siguen arrojando un resultado incierto. Este miércoles, el sociólogo y presidente de GAD3, Narciso Michavila, lanzaba una fotografía demoscópica en una conferencia a puerta cerrada con los asociados de la Asociación Valenciana de Empresarios en la que vaticinaba un posible vuelco en la ciudad de Valencia en favor del bloque de la derecha, pero apuntaba a una cierta ventaja de la izquierda en el caso de las autonómicas. El Ayuntamiento ya cayó del lado del alcalde Joan Ribó (Compromís) y el PSPV de Sandra Gómez por un solo concejal, y ahora la popular María José Catalá aspira a tomar la vara de mando.

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En ese contexto tan ajustado, la movilización del electorado se perfila como un elemento clave para conocer cuál será la foto finish el 28 de mayo. Y las estrategias de los dos principales partidos son diametralmente opuestas. El barón del PSOE está apostando por dormir la campaña y adoptar un perfil muy institucional para evitar generar un clima de polarización y rechazo a su figura en el votante conservador. El plan es dar el empujón final en el último mes, con el 5 de abril como fecha límite para disolver las Cortes Valencianas. Aunque habrá excepciones, será casi ya en precampaña cuando aparezcan las vallas de los candidatos, con mucha presencia de los alcaldes, una de las fortalezas del PSPV-PSOE, con los que pretenden ejercer de contrapeso a la campaña de corte más nacional y plebiscitaria que busca el PP.

Los populares de Carlos Mazón andan subidos en la ola crítica con el Gobierno central que detectan las encuestas, tratando de tensionar a sus votantes para que acudan a las urnas con el objetivo de convertir las autonómicas y municipales en una primera vuelta de las generales, castigando a Pedro Sánchez sobre la espalda de Puig. Esa es la línea también de la dirección nacional ubicada en el cuartel general de la madrileña calle Génova. Los de Alberto Núñez Feijóo están concentrando importantes recursos en la carpeta valenciana, como se vio en la intermunicipal celebrada a principios de mes en la Ciudad de las Ciencias. Con Galicia, Castilla y León y Andalucía fuera de la ecuación (no celebran elecciones) y Madrid y Murcia virtualmente aseguradas, el PP puede permitirse imprimir los esfuerzos en los feudos de la izquierda, y Valencia es el principal objetivo.

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La intención de los conservadores es mantener la intensidad de actos y presencia de dirigentes nacionales, comenzando por Feijóo, y hacer demostraciones de fuerza para trasladar la idea de que el cambio es posible. Entre ellas está volver a llenar en campaña la emblemática plaza de toros de Valencia, una foto que garantiza presencia en los informativos. El PP ya volvió al coso taurino, el de las mayorías absolutas de Mariano Rajoy y Francisco Camps antes del tsunami del caso Gürtel, en octubre de 2021, cuando Pablo Casado y Teodoro García Egea eligieron Valencia para una convención nacional.

Fue una forma de coger distancia con Madrid y la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, con la que ya había fuertes tensiones internas, y a la vez respaldar a Mazón, que había sucedido a Isabel Bonig al frente del PP valenciano. De aquella foto en la plaza de toros salieron de forma tormentosa Casado y García Egea hace un año, en la crisis que llevó a Feijóo hasta Génova. El líder gallego ha mantenido la confianza en Mazón, que tiene no poca presión sobre sus espaldas para intentar volcar las mayorías que otorgan la Generalitat. Si lo logra, será una victoria compartida con Feijóo como antesala de la batalla por la Moncloa. Si fracasa, es muy probable que su partido cargue contra él toda la responsabilidad.

Tensión muy contenida entre la clase política valenciana a tres meses de las elecciones autonómicas y municipales. Nada parece decidido en un escenario de incertidumbre en el que el Consell del Botànic, que preside el socialista Ximo Puig en coalición con Compromís y Unidas Podemos, se juega la reválida frente al PP, que aspiran a una mayoría que les permita recuperar la Generalitat aunque sea con un pacto con Vox, única opción que ahora parece plausible. El resultado no solamente determinará quién ostentará el poder de la cuarta autonomía en términos de PIB absoluto, también se analizará con lupa a nivel nacional porque la plaza valenciana puede servir para medir la salud del PSOE y los populares antes de las probables elecciones generales de diciembre.

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