El proyecto ‘low cost’ de Lim para el nuevo Mestalla se queda sin aliados
La Liga solo concederá los 80 millones del préstamo de CVC si el club presenta las facturas de las obras del nuevo recinto. Compromís abandona al máximo accionista del Valencia tras los audios en los que Murthy se mofaba de las instituciones
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Peter Lim se ha quedado solo. Ya no le quedan aliados en el arco parlamentario valenciano después de que Compromís se haya desmarcado del máximo accionista del Valencia CF al conocer, por los audios desvelados por Superdeporte, las intenciones del presidente del club, Anil Murthy, respecto al nuevo Mestalla. “Que me digan lo que quieran. Yo siempre con una sonrisa: ‘Gracias, gracias, gracias’. Y luego, ‘pum’, con Germán Cabrera [abogado del VCF], vamos a llevar a la Generalitat a juicio”. En las filas de Compromís, hasta ahora aliados de Lim, ha cundido la indignación. “Son escandalosos, debe disculparse”, exigió el alcalde de Valencia, Joan Ribó; “Menospreciar a los socios, peñistas y afición del Valencia es menospreciar a nuestro pueblo”, añadió Raquel Tamarit, nueva 'consellera' de Cultura y Deportes. Y, mientras, en el PSPV-PSOE se enfadan porque ahora sean sus socios del Botànic los que se indignen cuando ellos, los socialistas, llevan dos años denunciando los “engaños” a cuenta del futuro Mestalla por parte de Peter Lim y de su emisario.
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Las palabras de Murthy han causado estupor en el fútbol español y también en La Liga, responsable de repartir un préstamo entre los clubes procedentes del fondo de inversión CVC, destinado a infraestructuras. En concreto al Valencia le corresponderían 80 millones para acabar el nuevo campo, pero no se le concederán si no presenta las facturas de las obras. Es un dinero finalista, o sea, que la entidad lo va enviando a medida que los clubes justifican los recibos. El tiempo expira en junio de 2024. Pero el proyecto ‘low cost’ de Lim sobre el nuevo Mestalla, con una capacidad para 45.573 espectadores, está en un callejón sin salida. Ahora más justificado que nunca, tras conocer de viva voz las pretensiones de Murthy, el Gobierno de Ximo Puig quiere acabar definitivamente con el ATE (la Actuación Territorial Estratégica) y, cuando decaiga, permitir una serie de derechos urbanísticos al VCF solamente en el caso de acabar un recinto cinco estrellas, que era el previsto originariamente (con 70.000 espectadores).
Sería la manera por parte del Consell de no cerrar las puertas a futuros beneficios para el Valencia CF ante la posibilidad de que Lim lo vendiera. Y de presionar al propietario de Singapur para que se marche. Las relaciones entre ambos están rotas: Puig ya ha anunciado que no piensa reunirse con Murthy. La desconfianza es tal que la Generalitat teme incluso que Lim pudiera valerse de la venta de los 35.790 metros de suelo comercial en el viejo Mestalla, contemplados en el ATE, y no invertirlos en el nuevo campo sino en otro uso. Serían unos 30 millones de euros. El 'conseller' de Economía, Rafael Climent (Compromís), era partidario de prorrogar el ATE hasta 2025.
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“Ellos quieren un polideportivo de 9 millones. ¡Que les den! Yo pongo 5,7 millones”, dijo Murthy en referencia al polideportivo que el VCF debe construir en el barrio de Benicalap como parte de la permuta de los terrenos otorgados por el Ayuntamiento para construir el estadio de la Avenida de las Cortes Valencianas. La socialista Sandra Gómez, vicealcaldesa de Valencia, muy beligerante con Lim desde el principio, asegura que el Ayuntamiento se encargará de ejecutar las obras del polideportivo y le pasará las facturas al Valencia CF. Después podría embargar al club si no cumple con su parte. ¿Eso sería posible también en el nuevo estadio? “Aunque es una operación mucho más compleja jurídicamente, no lo descartamos”, responde el también socialista Borja Sanjuán, concejal de Hacienda del Ayuntamiento. “Habrá que ver cómo quedan los parámetros urbanísticos y después tomar decisiones”.
No hay vuelta atrás. La guerra social e institucional contra Peter Lim en Valencia va a ser cada día más palpable. Las palabras irresponsables de Murthy, en una comida con empresarios valencianos, han unido a todas las fuerzas políticas en contra del máximo accionista del VCF y han puesto en marcha todos los resortes para invitarlo a vender el club. La incógnita sigue siendo cuánto tiempo aguantará la presión un Peter Lim sin aliados.
Peter Lim se ha quedado solo. Ya no le quedan aliados en el arco parlamentario valenciano después de que Compromís se haya desmarcado del máximo accionista del Valencia CF al conocer, por los audios desvelados por Superdeporte, las intenciones del presidente del club, Anil Murthy, respecto al nuevo Mestalla. “Que me digan lo que quieran. Yo siempre con una sonrisa: ‘Gracias, gracias, gracias’. Y luego, ‘pum’, con Germán Cabrera [abogado del VCF], vamos a llevar a la Generalitat a juicio”. En las filas de Compromís, hasta ahora aliados de Lim, ha cundido la indignación. “Son escandalosos, debe disculparse”, exigió el alcalde de Valencia, Joan Ribó; “Menospreciar a los socios, peñistas y afición del Valencia es menospreciar a nuestro pueblo”, añadió Raquel Tamarit, nueva 'consellera' de Cultura y Deportes. Y, mientras, en el PSPV-PSOE se enfadan porque ahora sean sus socios del Botànic los que se indignen cuando ellos, los socialistas, llevan dos años denunciando los “engaños” a cuenta del futuro Mestalla por parte de Peter Lim y de su emisario.