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El plan que divide a un pueblo valenciano: de burdel de Europa a centro de salud mental
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EN FAVARA: 2.500 HABITANTES

El plan que divide a un pueblo valenciano: de burdel de Europa a centro de salud mental

La bronca política local bloquea la conversión de un antiguo prostíbulo cerrado y degradado en un centro de atención social. Está en Favara y tiene 8.000 metros cuadrados

Foto: El edificio del antiguo burdel Summum en Favara, que la Generalitat quiere convertir en un centro de salud mental.
El edificio del antiguo burdel Summum en Favara, que la Generalitat quiere convertir en un centro de salud mental.

Las ventanas rotas, las puertas vencidas y la basura que se acumula en los rincones de la fachada indican que hace ya algún tiempo que no ocurre nada tras las paredes del Summum. En junio de 2012, cuando se inauguró el local, este edificio de más de 8.000 metros cuadrados, situado a la entrada de la localidad valenciana de Favara, aspiraba a consolidarse como uno de los mayores burdeles de Europa. El más grande de España, en competencia directa con el Paradise de la Jonquera, en la frontera francesa. Sus promotores prometían ofrecer en su interior los mejores servicios de placer, relax y ocio del país, con 50 chicas, una discoteca y más de 60 habitaciones. No se declaraba abiertamente, pero la actividad era evidente: la prostitución.

Casi una década después, el inmueble, que no destaca por su belleza arquitectónica, está cerrado y abandonado. La degradación salta a la vista. Hay un proyecto para transformarlo en un centro de salud mental de referencia en su comarca, pero ahora mismo está bloqueado por las discrepancias entre los grupos municipales, al tiempo que tampoco hay unanimidad entre los vecinos, aunque son muchas las voces favorables a la iniciativa por su aportación a la actividad económica del pueblo.

Las deudas arrastraron a los propietarios del Summum. Primero lo idearon y construyeron como un hotel de tres estrellas, el Llum Blava, y luego lo cedieron como lupanar porque no salían los números. El activo terminó en manos de los bancos acreedores y hoy forma parte de la cartera de adjudicados de la Sareb. La Generalitat Valenciana, que todavía está negociando la compra del edificio, lo ha incluido en el catálogo de instalaciones del llamado Plan Convivint, un ambicioso programa de casi 600 millones de euros que pretende rescatar espacios e instalaciones obsoletas para transformarlas y adaptarlas como centros de día o residencias para personas mayores, con diversidad funcional o usuarias de prestaciones relacionadas con la salud mental.

Foto: Foto: EFE.

El de Favara, una pequeña población de 2.500 habitantes a ocho kilómetros hacia el interior de las playas de Cullera, es uno de los proyectos estrella de ese plan que el ‘president’, Ximo Puig, y la vicepresidenta, Mónica Oltra, presentaron el pasado mes de abril con todo boato en el Palau de la Generalitat. La Conselleria de Políticas Inclusivas quiere convertirlo en un complejo polifuncional con una parte residencial, otra de centro de día y también ambulatoria, para dar servicio a las comarcas de la Ribera Alta y Baixa. "Ahora tiene 58 habitaciones en las plantas superiores y espacios comunes suficientes. Actualmente, en las dos comarcas no hay ningún centro de salud mental y se escogió este entre otras cuestiones por la buena conexión, cerca de los principales núcleos de población, y porque está al lado de la salida de la autovía", señalan fuentes de este departamento.

Para sacar adelante el plan, es necesario un cambio de usos del suelo que se ha atascado en el Ayuntamiento. El PSPV-PSOE y el Partido Popular han rechazado en el pleno la propuesta alegando falta de información y han reclamado a la alcaldesa de Compromís, Oro Azorín, que gobierna en minoría, que lance una consulta popular para que los vecinos digan si quieren o no el centro. La bronca es más política que ciudadana. Pero eso no quiere decir que no haya división también entre los vecinos, si bien la mayoría de los consultados para este reportaje es partidario de seguir adelante con el proyecto.

“Yo creo que es más un tema político, porque es algo que daría empleo en la comarca y al pueblo. Vendrían las visitas, eso es actividad”

“Yo creo que es más un tema político, porque es algo que daría empleo en la comarca y al pueblo. Vendrían los familiares, las visitas, eso es actividad”, dice Carlos, un vecino de Favara que trabaja en uno de los restaurantes de la carretera de acceso a la localidad, a dos centenares de metros del edificio del Summum.

Otra dependienta de un establecimiento algunos metros más arriba apunta a un malestar en parte de los vecinos por si pudiera haber problemas con los internos y alude a algunos incidentes con usuarios de otro centro geriátrico de Vitalia, también ubicado en el municipio, y que tiene una unidad de salud mental. “Hay algunos que tienen problemas de drogas y hay gente que tiene miedo”, dice.

Foto: Montaje EC de Irene Gamella.

“Hubo algún problema en el pasado con eso, que robaron en algún supermercado, pero ya lo tienen controlado y hace tiempo que no pasa nada”, explica Carlos, que insiste en que se trata de un conflicto entre partidos y ve en el proyecto del antiguo Summum una oportunidad para un pueblo que vive básicamente de la agricultura y los pequeños servicios, con un polígono industrial que no está a plena ocupación. En la misma línea se expresa su compañera, Sabrina. “Es una oportunidad de crear empleo. Yo misma tengo la titulación y podría optar”, afirma.

“El problema es el enfrentamiento político que hay entre el portavoz del PSOE en Favara, Rafael Gisbert, y Compromís. Los recelos vienen de la anterior legislatura, cuando gobernábamos juntos. Hubo desencuentros y rompimos. Esta legislatura, el portavoz ha optado por la política del no: no a los presupuestos, no las medidas urgentes, no a las ayudas sociales… Es un ataque personal contra la alcaldesa”, explica la primera edil en conversación con El Confidencial. “Creemos que es una ocasión magnífica. Económicamente es un bien para el pueblo a todos los niveles; es trabajo directo e indirecto. Tenemos 11 restaurantes que se pueden beneficiar de las visitas de los familiares. Pero es que, además, estos centros tienen un uso social, son un deber que tenemos con las personas con problemas de salud mental”, añade Oro Azorín.

placeholder El edificio tiene 8.000 m², con sótano, planta baja y cuatro alturas. (V. R.)
El edificio tiene 8.000 m², con sótano, planta baja y cuatro alturas. (V. R.)

A su juicio, la negativa del portavoz socialista solo obedece a razones políticas y a que es un proyecto de Compromís y Oltra. “Dice que no le he dado información. Pero yo tengo la información que tengo, no hay más. Y el PP se opone porque no puede consentir que una obra de esta magnitud, que sería un triunfo para Favara, salga adelante. Eso era un prostíbulo, una casa de putas, literalmente, y de drogas, porque había mucho tejemaneje. El PP dice que quiere una participación ciudadana porque no puede decir que no al proyecto”. Azorín añade que el cambio de usos que permitió abrir el burdel añadiendo el uso de restauración al de hotelero se aprobó en la etapa de los populares.

Una consulta popular

Rafael Gisbert señala, por contra, que su rechazo al cambio de usos del suelo se debe a que la alcaldesa no dio ninguna información sobre el proyecto al resto de grupos. “Lo primero es informar al pueblo. Ya tenemos un centro de salud mental. Lo mejor es que haga una consulta ciudadana y que el pueblo opine”, insiste. “A mí hay gente que me ha hecho llegar su preocupación porque van a venir personas que necesitan atención. Ahora está más controlado, pero antes había gente que se escapaba del centro (el de Vitalia). Me dicen que no les gusta y que no lo quieren al lado de su casa. Lo mejor es que lo ponga en el programa o haga la consulta”.

El portavoz socialista admite que la relación entre los que fueron socios la pasada legislatura es mala, y que él ahora cumple con su obligación de fiscalización desde la oposición. Azorín ha llegado a ofrecerle la dimisión de ambos para recuperar el acuerdo de Gobierno. Pero Gisbert, que incluso acusa a la alcaldesa de irregularidades urbanísticas y de haberlo intentado engañar con la firma de una licencia de obras, no acepta.

Mientras tanto, la basura se sigue acumulando en los rincones del Summum, donde ya solo unos pocos se acuerdan de las luces de neón

También el portavoz popular y exalcalde, Juan Pedro Victoria, insiste en la ausencia de información como argumento. “No nos pronunciamos ni a favor ni en contra de la modificación puntual de las normas subsidiarias. Pero nos enteramos por las redes sociales. Queremos la consulta popular para mayor tranquilidad de todos. La gente quiere participar”, argumenta para explicar su posición.

La ausencia de mayoría de Compromís, sin un giro en la opinión de los socialistas, aboca la iniciativa al bloqueo, al menos hasta la siguiente legislatura si Azorín no lanza la consulta popular, una opción que visto el enconamiento político podría convertirse en un plebiscito sobre la gestión de la alcaldesa.

Mientras tanto, la basura se sigue acumulando en los rincones del Summum, donde ya solo unos pocos se acuerdan de las luces de neón.

Las ventanas rotas, las puertas vencidas y la basura que se acumula en los rincones de la fachada indican que hace ya algún tiempo que no ocurre nada tras las paredes del Summum. En junio de 2012, cuando se inauguró el local, este edificio de más de 8.000 metros cuadrados, situado a la entrada de la localidad valenciana de Favara, aspiraba a consolidarse como uno de los mayores burdeles de Europa. El más grande de España, en competencia directa con el Paradise de la Jonquera, en la frontera francesa. Sus promotores prometían ofrecer en su interior los mejores servicios de placer, relax y ocio del país, con 50 chicas, una discoteca y más de 60 habitaciones. No se declaraba abiertamente, pero la actividad era evidente: la prostitución.

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