Sánchez prescinde de Ábalos y abre el debate interno sobre el control del PSOE

Ha sido una de las sorpresas de la remodelación estival del presidente del Gobierno. José Luis Ábalos, ministro de Transporte y Movilidad Urbana, sale del Ejecutivo en un movimiento que abre también el debate sobre el control orgánico del PSOE, donde ejercía hasta ahora de secretario de Organización. Ábalos dejará también el cargo orgánico, aunque no está confirmado si de inmediato o tras el congreso del 15, 16 y 17 de otoño en Valencia. La sustituta en el ministerio será Raquel Sánchez, actual alcaldesa de Gavá (Barcelona), de la que el presidente Pedro Sánchez destacó su perfil social y su labor municipal.

El relevo en un área de la que dependen el grueso de las obras públicas y los contratos de infraestructuras del Estado, además de importantes compañías estatales con Renfe o ADIF, donde ha situado con buenos sueldos a personas de su confianza, se produce tras meses de rumores contradictorios en los mentirderos socialistas sobre la salud de la relación entre Ábalos y Sánchez. Incluso se especula con que pueda terminar ubicado en alguna gran empresa privada, tirando de puerta giratoria.

El valenciano fue uno de los cuadros orgánicos que apostó desde el principio por el hoy presidente para liderar el PSOE. Juntos recorrieron kilómetros y kilómetros para convencer a la militancia en el proceso de primarias frente a Susana Díaz y Sánchez tuvo en la casa de Ábalos una cama en la que dormir cuando hizo campaña interna en la Comunidad Valenciana.

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Esa fidelidad en los momentos duros fue premiada con dos de los cargos más importantes a nivel institucional y orgánico: el Ministerio de Fomento, rebautizado como Transportes, y la secretaría de Organización.

Por esto, y por su labor negociadora con las formaciones que han respaldado a Sánchez desde su investidura, Ábalos era uno de los miembros del Consejo de Ministros que formaban parte del núcleo duro, tanto en el Gobierno como en el partido. El también secretario de Organización del PSOE es uno de los pocos nombres que se daban por seguro que repetirá en la futura ejecutiva que acompañará a Sánchez tras el 40 congreso del partido que se celebra en octubre en Valencia. Su polémico papel en crisis como la del Delcygate o las dudas sobre si intervino en la ayuda de rescate a la compañía aérea Plus Utra parecen haberle pasado factura.

La salida como hombre fuerte del partido abre el debate sobre su sustitución y el mando sobre el partido. El nuevo ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, gana enteros como figura de conexión Gobierno-PSOE. Es el responsable de coordinar la ponencia de estatutos en el congreso de Valencia. El que es por ahora director adjunto de gabinete de Pedro Sánchez, el sevillano Francisco Salazar es uno de los nombres que suena como nuevo responsable de Organización tras la cita orgánica de octubre.