Dividendo de 27 M para los Calabuig tras la salida de Caixa y Suez de Aguas de Valencia

La familia Calabuig, propietaria de Aguas de Valencia, sacó petróleo el año pasado de la concesionaria tras completar la salida del accionariado de Suez Environnement y CaixaBank. Global Omnium, antes conocida como Inversiones Financieras Agval, la sociedad a través de la que participan en la compañía, se embolsó 27 millones de dividendos procedentes de los beneficios obtenidos por la empresa especializada en la gestión de recursos hídricos y depuración a través de contratos con ayuntamientos y corporaciones públicas.

La cifra viene recogida en las cuentas de la matriz de Aguas de Valencia correspondientes al ejercicio de 2017 y es un 42% superior al reparto de beneficios de 2016, cuando los Calabuig, CaixaBank y Suez todavía negociaban cómo finiquitar dos décadas de enfrentamientos por el control de la concesionaria. En julio de ese año, Fomento Urbano de Castellón (Fucsa), el brazo patrimonial de la familia valenciana, completó el pago de los 95 millones de euros pactados con el banco catalán por el paquete que había heredado del Banco de Valencia. A la vez, anticipó la opción de venta sobre la participación cercana al 30% de la francesa Suez, aliada de CaixaBank y propietaria de Aguas de Barcelona.

El Grupo Aguas de Valencia, que los Calabuig controlan ya completamente, facturó más de 300 millones el año pasado

El primer año en solitario al frente de Aguas de Valencia ha servido para embolsarse un suculento dividendo procedente de los cerca de 35 millones de euros de beneficio neto de la empresa, que tiene en el contrato de la ciudad de Valencia su mayor fuente de ingresos, pero que cuenta también con convenios de suministro de aguas potables, tratamiento y depuración en el conjunto del territorio de la Comunidad Valenciana, en Castilla-La Mancha, en Cataluña, en Andalucía o en el País Vasco. El grupo concesional, que gestiona también con éxito el Oceanogràfic de Valencia, elevó el año pasado su facturación más de un 8% para elevar su ventas hasta los 300 millones de euros.

La buena marcha de los negocios en los que participa la familia liderada por Eugenio Calabuig contrasta con las noticias negativas que están recibiendo desde los juzgados. La Audiencia Nacional tiene pendiente comunicar la apertura de juicio oral para la llamada operación Costa Bellver, por la que la Fiscalía Anticorrupción reclama cuatro años de cárcel a los hermanos por operaciones del Grupo Bancaja relacionadas con esa sociedad inmobiliaria con activos en la costa castellonense. El Ministerio Público cifra en 30 millones el perjuicio económico para la caja de ahorros ahora integrada en Bankia y solicita el procesamiento del que fue su director general Aurelio Izquierdo y del consejero delegado del Banco de Valencia, Domingo Parra.

La Audiencia también ha incorporado a Eugenio Calabuig en el grupo de 48 personas que irán a juicio por el llamado caso Grand Coral, que juzgará la legalidad de las plusvalías obtenidas por los empresarios Juan Ferri y José Baldó gracias a los créditos proporcionados por Bancaja y Banco de Valencia para realizar operaciones inmobiliarias en el Caribe mexicano. En esa causa, se ha incorporado también la cuenta en Andorra que Parra e Izquierdo manejaron y de la que eran titulares Calabuig y otro promotor inmobiliario valenciano, Vicente Llácer, tal como relató El Confidencial.