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Se acabó el espectáculo: por qué el mayor delfinario de España está fichando científicos
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¿de zoo con peces a centro de investigación?

Se acabó el espectáculo: por qué el mayor delfinario de España está fichando científicos

Los niños siguen queriendo ir, pero los adultos ya no pueden soportar la idea de un zoológico en el siglo XXI. Ha llegado el momento de hacer ciencia y educar... o acabar desapareciendo

Foto: Una cuidadora toma muestras de saliva de un delfín en el Oceanogràfic (A.V.)
Una cuidadora toma muestras de saliva de un delfín en el Oceanogràfic (A.V.)

Hace aproximadamente un año, Francia anunció la prohibición de capturar, adquirir o criar delfines en cautividad. Es decir, cuando se acaben los que hay actualmente en el país, se acabaron para siempre los espectáculos con estos mamíferos marinos. Es "la bomba", dijo entonces Jon Kershaw, director del Marineland de Antibes, mayor delfinario de Europa propiedad de la empresa española Parques Reunidos, que ostenta instalaciones similares en nuestro país.

Sin embargo, este pastel llevaba tiempo cocinándose. Barcelona, sin ir más lejos, se declaró ciudad libre de delfines en cautividad en diciembre de 2016. De momento, aún disponen de lo que queda de año para reubicar a los cuatro que aún tienen en el Zoo.

Foto: Delphinarium of Crimea

El Oceanogràfic de Valencia, que este año cumple 15, se ha quedado con dos de ellos para reforzar su posición de mayor delfinario del país. Cuando este centro abrió sus puertas en 2003, la Unión Europea acababa de aprobar una regulación que prohibía la captura de delfines salvajes para los delfinarios. Solo podrían repoblarse con ejemplares adquiridos de otros centros o nacidos en cautividad.

En su década y media de vida, el centro, único de la Ciudad de las Artes y las Ciencias no proyectado por Santiago Calatrava sino por Félix Candela y José María Tomás, se libró de las polémicas sobre su construcción aunque no pudo evitar, en 2013, otras derivadas de las denuncias de unos antiguos trabajadores por supuesto maltrato a los animales.

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El acuario pasó en 2015 a manos de Avanqua, un consorcio liderado por Aguas de Valencia y el acuario de Vancouver (Canadá) con la intención de dotar al cuerpo de un alma, o dicho de otra manera, de un proyecto. Poca gente apostaba entonces por un centro rodeado de polémicas, que hasta entonces daba pérdidas anualmente y estaba sostenido únicamente por fondos públicos.

Sin embargo, hoy el Oceanogràfic es una empresa que factura más de 40 millones al año y da beneficios. En esta transformación es también donde entraron los científicos. El sueco Andreas Fahlman, que hasta entonces estudiaba a los delfines del Golfo de México desde la Universidad de Texas A&M, fue nombrado Director de Investigación del centro valenciano.

placeholder Dos delfines mulares en las instalaciones del centro valenciano (A.V.)
Dos delfines mulares en las instalaciones del centro valenciano (A.V.)

PREGUNTA. ¿Cómo ve el futuro de este tipo de sitios? ¿Podrían fichar a científicos sin mantener los espectáculos al mismo tiempo?

RESPUESTA. Estos 'centros de investigación' no existirían sin el apoyo del público. No tengo problemas con el entretenimiento, puede seguir habiéndolo, pero debe ser educativo: el público debe divertirse, pero siempre irse a casa con un mensaje positivo, con curiosidad y con amor por la naturaleza y estos animales. Recuerde que hace 50 años, mucha gente —y especialmente los pescadores— consideraban al delfín una plaga.

P. Randall Wells, director del mayor experimento con delfines salvajes en la Bahía de Sarasota (Estados Unidos) dice que ha llegado a ver ejemplares en libertad de hasta 67 años, lo que contradice esa teoría de que en un parque como este viven más, ya que en estos sitios no suelen pasar de 45 años.

R. No estoy seguro de que los animales salvajes vivan más, primero porque es difícil de decir. El intento más largo de hacer esto es el de Randall Wells y eso son 47 años. Yo pensaría más bien al contrario, debido a un incremento de la actividad humana, de la contaminación o de los problemas del océano. Aquí tenemos la habilidad, igual que en un hospital, de extender la vida de estos delfines. Sin embargo, extender la vida porque sí tampoco nos interesa, ¿quiero vivir hasta los 100 años pero sufrir durante los últimos 50?

"No tengo problemas con el entretenimiento, puede seguir habiéndolo, pero debe ser educativo: el público debe irse a casa con un mensaje positivo"

P. Recientemente, un estudio alertó que había encontrado signos de Alzheimer en delfines. Al extender tanto la vida de esta especie, ¿vamos a empezar a ver más este tipo de problemas neurológicos, como en el ser humano?

R. La edad de los delfines, especialmente en los parques, se está convirtiendo en un problema cada vez más grande: la población se hace mayor, el cuidado veterinario es mejor... así que acabamos con más delfines mayores y para nosotros es igual que con los humanos. Hay demencia y otras enfermedades, tenemos que centrarnos en, primero, detectarla y prevenirla, y después, trasladar lo que sabemos sobre los animales del parque a los que viven en la naturaleza.

P. ¿Cómo ayudan estos delfines, que siempre han vivido en una piscina, a los que viven en la costa mediterránea?

R. Algo que podemos hacer con estos delfines y no con los de fuera es entender cómo les afectan muchas de sus amenazas para, a partir de ahí, tratar de minimizarlas. Por ejemplo, fabricar cordaje y aparejos de pesca que no dañen a los delfines o reduzcan su pesca incidental, o usar la telemetría en lugar de los postes para recibir las mismas señales sin poner en riesgo a los animales. En definitiva, pueden ayudarnos a reducir el impacto negativo de la interacción entre el ser humano y el océano.

placeholder Fahlman, en el Oceanogràfic.
Fahlman, en el Oceanogràfic.

Esa creo que es la filosofía del "nuevo Oceanogràfic", es lo que queremos hacer: no detener la pesca, pero concienciar al público sobre estos asuntos. Ya estamos cambiando la relación entre pescadores y tortugas, y ellos para nosotros son héroes, porque nos ayudan a entender los problemas de forma que podamos cambiar las cosas.

P. O sea, ¿usted fue contratado para 'ayudar' a toda la fauna marina valenciana y no solo a los animales del acuario?

R. Exacto, así es como vemos este nuevo acuario. No encerramos a los animales para entretenernos sino para aprender de ellos, comprenderlos, darles la mejor vida posible y, con esa información, ayudar a los animales salvajes.

Hace aproximadamente un año, Francia anunció la prohibición de capturar, adquirir o criar delfines en cautividad. Es decir, cuando se acaben los que hay actualmente en el país, se acabaron para siempre los espectáculos con estos mamíferos marinos. Es "la bomba", dijo entonces Jon Kershaw, director del Marineland de Antibes, mayor delfinario de Europa propiedad de la empresa española Parques Reunidos, que ostenta instalaciones similares en nuestro país.

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