Presiones de Compromís liquidan el festival Marenostrum con 20.000 entradas vendidas

El mayor festival de música del verano en España en afluencia de público, el Arenal Sound de Burriana, está en el aire con 45.000 entradas ya vendidas a menos de un mes para que comiencen a sonar los amplificadores. Pero más delicada es la situación del Marenostrum Music Festival, una multitudinaria convocatoria en torno a la música electrónica que en sus dos convocatorias anteriores en el Puerto de Valencia reunió a 27.000 personas. Iba a celebrarse este viernes en la localidad de Alboraia, pero finalmente la organización ha anunciado la suspensión con 20.000 entradas vendidas al no lograr la licencia de actividad del ayuntamiento, que ha recibido un informe negativo de la Generalitat, por considerar incompatible su nueva ubicación con los usos que autoriza la Ley de Costas.

"Nos hemos quedado solos, indefensos, sin reacción y no podemos deciros otra cosa que Marenostrum Music festival ha llegado hasta aquí y dice adiós", señala el comunicado difundido en Facebook por la organización. "Hemos hecho todo lo que ha estado en nuestra mano cumpliendo todas las legalidades vigentes y a una semana del evento con todo el montaje hecho, limpieza del recinto, cubiertos los artistas de la tercera edición, el montaje de escenarios, técnicos y profesionales competentes de cada una de sus especialidades y personal contratado para el desarrollo de estas instalaciones nos vemos con una notificación de no actividad".

La empresa organizadora Mare Music cree que no es responsable de la suspensión y remite a proveedores y clientes a litigios con la Administración

Los organizadores deberían ahora devolver el dinero de las entradas, pero se enfrentan a importates problemas económicos por los compromisos adquiridos con proveedores, artistas, etc. En su comunicado sostienen que la suspensión es ajena a la responsabilidad de la empresa Mare Music y hablan de iniciar acciones contra la administración pública, por lo que la polémica y la batalla judicial entre todas las partes está servida: "La no celebración del evento es causa por completo ajena a esta empresa, al deberse a una decisión de la administración pública, esta empresa tiene intención de proceder a reclamar a las administraciones competentes el resarcimiento de los perjuicios, también a terceros , que le sean en cada caso imputables, terceros entre los que se encuentran proveedores y los clientes. Lo que se pone en conocimiento de los proveedores y clientes para que les conste la voluntad de defensa también de sus intereses frente a la administración pública".

La organización de consumidores Facua ha pedido a la empresa organizadora que garantice la devolución del importe de las entradas y ha recordado a los usuarios que pueden reclamar a los organizadores otros gastos como billetes comprados, reservas de alojamientos, etc.

Por distintos motivos, tanto Marenostrum como Arenal Sound, dos macroeventos estivales concebidos para atraer a decenas de miles de personas, se han topado con las trabas burocráticas de administraciones ahora en manos de socialistas y Compromís, cuyos puntos de vista, no siempre coincidentes, han generado un terremoto en el seno de los organizadores por las fechas en que han aparecido, a punto de ponerse en marcha. La polémica ha cogido de nuevo a contrapié al ‘president’ Ximo Puig, que precisamente hoy presenta la marca turística ‘Terra de Musix", con la que la Agencia Valenciana de Turismo pretende posicionar a la Comunidad Valenciana como destino de este tipo de acontecimientos musicales, entre los que figuran también el FIB, el Rototom Sunplash o el Low Festival.

Tomás Abril, portavoz de la empresa Imusic Festival, promotora del Arenal Sound, el evento más multitudinario del verano, con 250.000 entradas vendidas el año pasado, aseguraba este miércoles a este periódico que su idea es seguir adelante pese al informe técnico de la Conselleria de Medio Ambiente que, a instancias del consistorio de Burriana, que dirige la socialista María Josep Safont, cuestiona las condiciones acústicas y el impacto sobre los residentes. “La alcaldesa siempre ha estado a favor y no entendemos que ahora aparezcan estos informes. No tiene que haber motivaciones políticas en esto. El ayuntamiento siempre ha mostrado apoyo al festival. Nosotros seguimos adelante porque la documentación técnica acorde a la normativa se ha tramitado. Cumplimos la legalidad y la normativa. No tendría que existir motivo para dudar de la celebración”, explica.

La polémica con el Arenal y el Marenostrum ha cogido otra vez a contrapié a Puig, que hoy presenta la marca turística de festivales para asociarlos a la autonomía

El Arenal Sound ya cambió de ubicación a instancias de un primer informe de la Generalitat, pero ahora, a raíz de una sentencia que cuestionaba su impacto acústico, el consistorio ha extremado el celo burocrático y ha negado la autorización. Los organizadores mantienen reuniones con los responsables municipales y de la Administración autonómica para alcanzar un acuerdo y “buscar una solución administrativa”. Hoy el 'president' Puig, tras reunirse con los promotores de los principales festivales, se ha mostrado confiado en que se produzca un desbloqueo en la tramitación del Arenal Sound para que puede celebrarse.

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Víctor Lenore

El festival de Burriana defiende sus números y su aportación a la economía local. Un informe encargado a Deloitte cifra en 28 millones de euros el impacto económico en la provincia de Castellón, con 3.000 empleos directos e indirectos. “La ocupación hotelera esos días [este año, del 2 al 7 de agosto] está completa, en hoteles y apartamentos. La gente compra, los supermercados están llenos…”, insiste Abril.

Lo que en Burriana parece obedecer a una cuestión de prudencia administrativa por parte del ayuntamiento, es una polémica mucho más política en el caso del Marenostrum de Alboraia, la localidad contigua al norte de Valencia. Este festival decidió cambiar de ubicación desde el Grao del Puerto de Valencia para ganar espacio. La negociación con el ayuntamiento, que en mayo de 2015 pasó a manos de Miguel Chavarría (PSOE), ha ido como la seda hasta que ha aparecido en escena el colectivo ecologista Per l’Horta, muy vinculado a Compromís, que cuestiona el impacto medioambiental sobre la zona elegida para acoger el evento de este viernes y ha iniciado una campaña de recogida de firmas en change.org para tratar de suspenderlo.

Fue trascender la posición contraria de Per l’Horta y multiplicarse los problemas para los organizadores. El primero ha sido un informe de la Conselleria de Infraestructuras, que sostiene que parte del recinto ocupa zona de dominio público marítimo-terrestre y que la Ley de Costas de 2013 es incompatible con el uso que se le quiere dar este fin de semana. Además, se esgrime desde este departamento que el futuro Plan de l’Horta contempla proteger la partida del Miracle, donde se ubica el festival, aunque se admite que este plan todavía no está aprobado.

60.000 euros gastados en limpieza

La empresa promotora Mare Music se defiende argumentando que ha gastado ya 60.000 euros en tareas de limpieza y retirada de basura de la zona, que mantiene acuerdos con los propietarios agricultores a los que ha alquilado las parcelas para que sigan siendo productivas después del evento y que tiene informes del Ministerio de Medio Ambiente que no se oponen a la celebración del Marenostrum. “Hasta que llegamos, parece que nadie se acordaba de cómo estaba eso. Hemos recogido 15 toneladas de basuras, hasta hemos retirado el cadáver de un cerdo vietnamita. Gran parte no estaba cultivado, estaba roto y lleno de basura”, sostiene un portavoz de Mare Music.

"Tenemos ocho informes favorables, incluido uno del propio departamento de Costas dentro del Ministerio de Medio Ambiente, y cumplimos con las normas. Esto se ha politizado, cuando todo lo que hemos hecho ha sido beneficiar a la zona”, explican a El Confidencial desde Mare Music Events, la empresa que organiza el festival de música electrónica.

Que el festival no gusta a Compromís no es una sospecha. Es una evidencia. Tras la aparición en escena de Per l’Horta, la Empresa Municipal de Transporte (EMT) de Valencia, que depende de la concejalía del edil valencianista Giuseppe Grezzi, comunicaba a los organizadores que daba marcha atrás en el pacto para proporcionar autobuses lanzadera. Lo mismo ha ocurrido con los servicios extraordinarios que iba a prestar Ferrocarrils de la Generalitat. “Esto ha sido un golpe bajo. La verdad es que nos sentimos muy indefensos”, explican desde Mare Music.