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Puigdemont pagó propaganda política en la campaña del 14-F a través de empresas de Estonia
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EL ‘MÉTODO TRUMP’ LLEGA A Las CATALAnas

Puigdemont pagó propaganda política en la campaña del 14-F a través de empresas de Estonia

La propaganda independentista en las redes sociales trató de camuflar a sus verdaderos promotores, pero los rastros que ha dejado apuntan a empresas del ámbito más cercano a Puigdemont

Foto: El 'expresident' de la Generalitat Carles Puigdemont, durante un acto electoral de JxCAT. (EFE)
El 'expresident' de la Generalitat Carles Puigdemont, durante un acto electoral de JxCAT. (EFE)

Carles Puigdemont ha promovido propaganda política en las redes sociales y sus personas de confianza han pagado una campaña de publicidad independentista por internet desde el 5 de febrero para que los catalanes voten opciones independentistas este 14 de febrero. En una estrategia similar a la utilizada por Donald Trump en sus primeras elecciones, la propaganda independentista en las redes sociales trató de camuflar a sus verdaderos promotores, pero los rastros que ha dejado apuntan a empresas del ámbito más cercano a Puigdemont, que operan desde Estonia.

El origen de esta estrategia tiene lugar cuando comienzan a aparecer algunos anuncios políticos en Facebook que circulan entre los colectivos independentistas. Se trataba de vistosos anuncios en los que se incluía una decena de preguntas para que el lector respondiese. Tenían tres opciones: ‘paso’, ‘dudo’ y ‘voto’. Los temas que se ponían sobre el tapete eran cuestiones dirigidas directamente al corazón del independentista. “Te proponemos una reflexión entretenida de la mano de un 'chatbot' interactivo. Toca el botón”.

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En la interpelación al lector, la propaganda proponía diversos temas: ‘Para gobernarnos’, ‘Para parar al fascismo’, ‘Para vencer al virus’, ‘Para acabar con el paro’, ‘Para reactivar el procés’, ‘Para que los partidos dejen de pelearse’, ‘Para salvar la lengua’, ‘Para hacer salir a los presos’, ‘Para que el mundo nos reconozca’ y ‘Para vivir mejor’.

El gasto total en anuncios desde el 4 al 10 de febrero fue de 6.415 euros. ¿De dónde salió el dinero? Los independentistas no contaban con un pequeño detalle: para evitar que se vuelvan a producir interferencias como las provocadas por Trump en el año 2016 o las interferencias en la campaña sobre el Brexit, Facebook obliga a todos los anunciantes políticos a sacarse la máscara. En esta ocasión, la publicidad pertenece a una plataforma llamada Superem el 50, en referencia directa al objetivo independentista de conseguir el 50% de los votos en estos comicios.

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Según ha podido comprobar El Confidencial, Superem el 50 es una activa plataforma proindependentista manejada desde el extranjero. Y está teniendo un cierto protagonismo en las redes: un informe de Facebook al que ha tenido acceso El Confidencial explica que Superem el 50 también ha pagado, durante la primera semana de febrero, 2.356 euros para los anuncios de su página oficial, en la que únicamente utiliza la información facilitada por un robot, y casi 500 euros en otra página bajo el lema ‘El joc del president’, un juego de mesa para mayor gloria de Carles Puigdemont, lanzado oficialmente por otra ‘marca de la casa Waterloo’, una plataforma denominada Construïm República.

Dos empresas de Estonia

A pesar de que Construïm República es una pantalla o marca creada para operar en Twitter, la publicidad del juego en Facebook la sufragó Superem el 50, lo que evidencia una interconexión entre distintas plataformas que, 'a priori', no tienen nada que ver entre sí. El alto gasto de Superem el 50, que supera los 9.250 euros, contrasta con el dispendio de otras organizaciones con más medios: el PSC, por ejemplo, uno de los favoritos para ganar los comicios, gastó 5.241 euros en propaganda política en Facebook, mientras que JxCAT destinó a ello 8.805 euros y la CUP, por poner otro ejemplo, solo 687 euros en ese periodo.

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En el registro de Superem el 50, no consta apenas ningún dato de quiénes son sus promotores, pero sí consta el nombre de una sociedad como contacto: Catalitza CSR MTU. En los créditos de su página web, no obstante, se desvela que sus propietarios son dos empresas: Catalitza Oü y Catalitza CSR, ambas con sede en Tallín, la capital de Estonia, aunque con diferente dirección. La primera de estas empresas fue creada en 2017 por Jaume Cabaní, un ingeniero que montó las redes de seguridad informática a Carles Puigdemont en Waterloo y que trabaja no solo para el Consell per la República, sino también para Òmnium Cultural. Este ingeniero es también el representante de la otra compañía desde el 28 de agosto de 2020. En estas sociedades, trabaja como promotora desde abril de 2017 otra ingeniera de Camprodón (Girona), Glòria Rigat.

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Cabaní está siendo investigado por el juzgado de instrucción número 1 de Barcelona por haber cobrado 10.594 euros de la Plataforma Pro Seleccions Esportives Catalanes, que a su vez había recibido el dinero de subvenciones públicas otorgadas por la Generalitat. Esa extraña transferencia se realizó “sin que existiera un negocio jurídico relacionado con el deporte y que implicara a Cabaní en su ejecución”.

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Cabaní, a quien los líderes independentistas califican de “gran estructurador, gran cerebro y patriota de piedra picada”, maneja 11 cuentas corrientes en España, Alemania y Bélgica. A través de ellas, según informes de la Guardia Civil, ha manejado cientos de miles de euros. A través de estas cuentas, por ejemplo, ha pagado minutas a los abogados belgas de Puigdemont, Paul Beckaert y Till Dunkell. Desde otra de sus cuentas, indica el sumario, ingresó 500 euros en una cuenta bancaria con el concepto ‘Ofensiva Llarena’, en la época en que el independentismo había iniciado una campaña de acoso y descrédito del juez Pablo Llarena. Además de ser el contable de Puigdemont en Bélgica, Cabaní es un activista muy cauto, que apenas habla por teléfono y se comunica solo a través de plataformas como Signal, Telegram o WhatsApp.

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Muchos de sus movimientos dinerarios levantan sospechas. “Jaume Cabaní recibe una transferencia de 15.000 euros de la sociedad Stripe Payments UK Ltd desde la entidad alemana Saxo Payments. Stripe es una plataforma de pago. Dicha plataforma se podría utilizar para la campaña de ‘crowdfunding’ a través de la página web defensaexili.cat para apoyar a Carles Puigdemont. En el código fuente de la web defensaexili figura Stripe como plataforma de pago de las donaciones, por lo que Cabaní podría estar gestionando estas donaciones”, dice un informe de la Guardia Civil.

El abogado de Puigdemont, Gonzalo Boye, ha negado estos hechos en su cuenta de Twitter, al igual que fuentes cercanas al 'expresident', que afirman que no existe relación ni entre las webs y Puigdemont ni entre este último con Cabaní, con el que supuestamente no se habla desde 2019. Las mismas fuentes indican que Cabaní salió del Consell en abril de 2019 y desde entonces existe "cero relación" entre ambos.

La pista de Waterloo

Un auto judicial del pasado 14 de mayo señala que una parte relevante de sus ingresos se realiza a través de la plataforma Stripe. "En total, 136.060,62 euros, y también se han transferido a España un total de 54.998 euros bajo el concepto Avenue de l’Avocat 34 de Waterloo". Esa es, precisamente, la dirección en la que reside Carles Puigdemont.

Foto: Los últimos tres presidentes de la Generalitat, Artur Mas (d), Carles Puigdemont (c) y Quim Torra (i). (EFE)

Un informe de la Guardia Civil del 22 de octubre de 2020 explica que “la información bancaria analizada sitúa Avenue de l’Avocat de Waterloo (Bélgica) como dirección bancaria de Jaume Cabaní. Según fuentes abiertas, esa es la dirección donde tiene situada la residencia Carles Puigdemont”. En otras palabras, lo que dan a entender estas coincidencias es que Cabaní y Puigdemont son convivientes. En ese mismo informe, destaca que el ingeniero utiliza para mover el dinero las pasarelas de pago Nationbuilder y Stripe Payments. A sus cuentas también llegaron transferencias en bitcoins a través de la plataforma de pago Paywars.

Los documentos judiciales apuntan a que Cabaní sería el encargado “de los temas digitales, entre los que se encontraría la transformación del dinero malversado”, según se recoge en un auto del 12 de marzo de 2020. Otro auto de enero explica que se consideraba al ingeniero uno de los encargados de “establecer contactos con entidades bancarias con la finalidad de operar al margen de los controles de las autoridades europeas”. Los investigadores han acreditado también transferencias y vinculaciones entre Catalitza Oü y CATGlobal ASBL, la asociación creada para dar cobertura jurídica al Consell per la República en Bélgica.

Foto: El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en la localidad belga de Waterloo. (EFE)

Sus movimientos fueron tan sospechosos que BNP Paribas le exigió explicaciones por una supuesta transferencia de 50.000 euros a una de sus cuentas, que tenía visos de responder a blanqueo de dinero. Esa transferencia se realizaba a través de Stripe y Cabaní argumentó que había creado una empresa en Bruselas y que tenía que ingresar ese dinero para la compañía.

La pregunta que esta semana ha comenzado a correr por las redes sociales es la siguiente: “¿Jaume Cabaní, mano derecha de Puigdemont, está pagando miles de euros para intentar influir en el voto del 14-F hacia los partidos independentistas? ¿Es legal que una empresa extranjera, Catalitza, financie campañas electorales en otro país? ¿De dónde sale este dinero? ¿Del Consell per la República? ¿Por qué Jaume Cabaní lo esconde todo en páginas anónimas, empresas pantalla en el extranjero y en paraísos fiscales? ¿Por qué no quiere dar la cara?”. La respuesta parece estar en Waterloo, donde el informático comparte sede con Carles Puigdemont.

Carles Puigdemont ha promovido propaganda política en las redes sociales y sus personas de confianza han pagado una campaña de publicidad independentista por internet desde el 5 de febrero para que los catalanes voten opciones independentistas este 14 de febrero. En una estrategia similar a la utilizada por Donald Trump en sus primeras elecciones, la propaganda independentista en las redes sociales trató de camuflar a sus verdaderos promotores, pero los rastros que ha dejado apuntan a empresas del ámbito más cercano a Puigdemont, que operan desde Estonia.

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