El juez archiva la querella de Sandro Rosell contra el comisario Villarejo por una supuesta operación 'antiprocés'

El Juzgado de Instrucción Número 13 de Madrid ha sobreseído y archivado la querella que el expresidente del Barça Sandro Rosell interpuso contra el comisario Villarejo y contra el exagente del FBI en España Marc L. Varri "por los delitos de organización criminal, acusación y denuncia falsa, falsedad en documento oficial, detenciones ilegales" y, paralelamente, por si pudieran determinarse "malversación de caudales públicos o prevaricación".

Las diligencias comenzaron a incoarse el 27 de octubre de 2022, tras admitirse a trámite la querella particular presentada por Sandro Rosell el 13 de octubre de ese mes. La querella también se dirigía contra los policías A. G. y A. E. La defensa de todos ellos pidió el sobreseimiento de la causa ya el año pasado, por entender que no había base legal para la querella. El Ministerio Fiscal, en un escrito del pasado 23 de noviembre, pidió también el sobreseimiento. El auto de archivo deja claro que no hubo organización criminal alguna que conspirase contra el expresidente del Barça y que la querella presentada se sustenta solo en apreciaciones subjetivas y, en muchos casos, en cosas que nada tienen que ver con el caso.

Sandro Rosell estuvo en prisión desde el 25 de mayo de 2017 hasta que el 24 de abril de 2019 fue absuelto de todos los delitos que se le imputaban de blanqueo de dinero relacionado con la compra de derechos de televisión para los partidos de la selección brasileña. Posteriormente, fue exonerado de las acusaciones de fraude fiscal. Tras ese varapalo judicial, demandó al Estado español por responsabilidad patrimonial, al estar casi dos años en prisión preventiva, reclamándole casi 30 millones de euros: más de 28 millones corresponden a pérdidas ocasionadas en sus negocios como consecuencia de la prisión indebida; 405.000 euros como indemnización de daños a su reputación; 320.000 euros por daños afectivos, y 200.000 euros, por daños psicológicos. También se querelló contra la jueza que le mantuvo en prisión, Carmen Lamela.

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EFE

El año pasado, decidió interponer una denuncia contra el comisario Villarejo, en un relato de los hechos que mezcla política con negocios: según la versión mantenida en la querella, Rosell se considera víctima de la denominada operación Cataluña, orquestada por una trama secreta de las cloacas del Estado para desvirtuar al independentismo catalán. Algunos círculos soberanistas apuntaron a Villarejo como la punta de lanza de esa operación, cuya existencia se sustenta únicamente en interpretaciones, muchas veces tergiversadas, de las actuaciones de Villarejo. Ello dio lugar a un relato antiespañol del independentismo en que las fake news y los mensajes de desinformación fueron las principales armas utilizadas por el soberanismo para justificar sus acciones.

Relato enrevesado

Rosell aprovechó esa grieta para realizar una exposición de hechos que ahora la Justicia tumba. Según su relato, los denunciados "habrían desplegado una actividad tendente a la manipulación y creación de pruebas falsas que llevaron al señor Rosell a ser encarcelado en prisión preventiva". Además, según se recoge en el auto de archivo, presentó esa acusación entremezclándola "con otras imputaciones en las que se hablaría de una lista negra de personas relacionadas con el independentismo catalán y a las que habría que perjudicar de cualquier forma (…). En la querella se aporta una serie de documentos que podríamos aglutinar en dos grupos: por un lado, resoluciones judiciales; y, por el lado contrario, noticias salidas en prensa y contenidos de entrevistas en las que participó uno de los querellados".

Aducía el expresidente del Barça que "todo había sido una maniobra para desprestigiarle, en la que estarían inmersos no solo la juez instructora de su caso, sino también la Fiscalía de la Audiencia Nacional e incluso los magistrados que mantuvieron su situación de prisión provisional en los diversos recursos presentados".

Confusión de identidades

Tras las investigaciones judiciales, el auto concluye que Rosell se equivocó al denunciar a los dos policías implicados, confundiéndolos con terceros que no están incluidos en el sumario: uno de ellos, ya jubilado, fue confundido con un detective que trabajaba para la agencia de detectives Método 3, que cerró tras el escándalo del espionaje a Victoria Álvarez, novia de Jordi Pujol Ferrusola, y a la dirigente del PP Alicia Sánchez Camacho en el restaurante La Camarga. El otro, agente de la UDEF en activo, no era la persona a la que debía aludir en la querella: ni su jefe era el que decía la querella, ni su información como responsable de la UDEF fue personal, sino firmado al unísono con la Guardia Civil. "Ni actúa bajo las órdenes de quien se dice en la querella ni su información es una elaboración individual y sesgada con ánimo de perjudicar a una persona", subraya el auto de archivo. Los mimbres con los que se tejió la querella del expresidente del Barça, pues, eran falsos y la denuncia no pudo sostenerse tras un somero análisis judicial.

El expresidente del FC Barcelona adujo que "todo había sido una maniobra para desprestigiarle"

El comisario Villarejo, que declaró ante el juez por esta denuncia, manifestó que "el señor Rosell estuvo investigado por sus relaciones con el independentismo catalán", pero se desmarcó de esa investigación. Villarejo no aportó luz sobre el tema. "Nada aporta a la querella que permita sostener imputación alguna contra los querellados en esta causa". Además, matiza que "la imputación se realiza bajo el manto de una serie de apreciaciones subjetivas a partir de hechos o datos que se obtienen de medios de comunicación tanto escritos como audiovisuales, pero sin delimitar conducta alguna respecto a los aquí querellados. No cabe duda de que una persona absuelta estuvo en situación provisional durante dos años aproximadamente, pero cuestión distinta es que se constate la existencia de una organización criminal compuesta por los aquí querellados y en relación con la causa que provocó dicha prisión, no pudiendo pretender que al socaire de esta querella se inicie una investigación prospectiva para valorar un tema ya juzgado".

Basándose en esas apreciaciones, el juez afirma que "no aparece debidamente justificada la perpetración del delito que ha dado lugar a la formación de la causa", por lo que decreta "el sobreseimiento provisional y el archivo de las presentes actuaciones".