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Psicosis en la izquierda por Ana Rosa: ¿un caballo de Troya televisivo del PP?
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Podemos y ERC están preocupados

Psicosis en la izquierda por Ana Rosa: ¿un caballo de Troya televisivo del PP?

De Unidas Podemos a ERC, diversos analistas y políticos denuncian una supuesta maniobra para controlar las tardes de Telecinco y que ese público de mujeres mayores vire hacia Feijóo

Foto: Jorge Javier Vázquez, ironizando sobre el final de 'Sálvame' en Telecinco. (Mediaset)
Jorge Javier Vázquez, ironizando sobre el final de 'Sálvame' en Telecinco. (Mediaset)
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La izquierda española, como en La Guerra de las Galaxias, ha sentido una perturbación en la fuerza con la decisión de Mediaset de que Ana Rosa Quintana pase a las tardes de Telecinco, a la vez que pilota las tertulias políticas de las mañanas en la misma cadena hasta las elecciones generales. Para Gabriel Rufián o Pablo Iglesias, de repente, Sálvame se ha convertido en un espacio de referencia televisiva para este sector. Lo es su presentador, Jorge Javier Vázquez. Y en algún momento, el PSOE utilizó el tirón del programa entre las clases populares, como cuando Pedro Sánchez entró en directo en 2014. Igual que Irene Montero en 2020. Pero aunque los análisis coincidan, no quiere decir que sean ciertos. Ya cunde cierta psicosis de que la figura de Ana Rosa se convierta en una especie de caballo de Troya de la derecha, en un espacio que hasta ahora Jorge Javier pastoreaba para el socialismo.

Rufián primero habló del tema en su cuenta de Twitter. Pero no tuvo bastante. Este miércoles, desde el atril de los grupos parlamentarios, ahondó en la misma idea. "Me parece muy bien que, en un programa tan visto, el presentador haga proclamas antifascistas. Yo lo que digo es que es mucho más útil, mucho más certero, llega mucho más a centenares de miles de personas que en un programa como ese se hagan proclamas tan sencillitas como que el fascismo está mal, el racismo está mal, la homofobia está mal. Llega mucho más que según qué discursos políticos".

En línea parecida tuiteó el diputado de Podemos por Murcia, Javier Sánchez Serna. “En el programa de Ana Rosa ya no existen Podemos ni la izquierda. Hoy hablaban de las elecciones autonómicas de Murcia y, por supuesto, le han regalado una entrevista de 20 minutos al PP. Luego han puesto una pieza con candidatos de PSOE, Vox y los restos de Ciudadanos. ¿Y adivinen a qué candidata no han llamado? Exacto, a la candidata de Podemos, María Marín. Lo gracioso es que acaban la pieza diciendo 'hemos escuchado todas las opciones políticas'. Y es que Ana Rosa ya opera como el inconsciente desatado de los fachas: como les gustaría vernos ilegalizados, ya comienza ella en su programa”.

Portavoces de la Generalitat descartan que la opinión de Rufián refleje una preocupación más profunda desde el Palau. Pero está claro que no está solo. Pablo Iglesias, exvicepresidente del Gobierno y actual impulsor de Canal Red, difundió un artículo publicado por Público, de David Torres, en el que se afirma: “La telebasura de Ana Rosa Quintana resulta bastante más dañina, venenosa e indigesta que el circo parlante de Jorge Javier Vázquez". "En primer lugar, porque mezcla mentiras y verdades a medias, y en segundo lugar, porque la gente cree que se trata de un programa respetable”. Público es un medio que controla Jaume Roures, fundador de Mediapro y otro insigne representante de la izquierda.

Foto: Belén Esteban en 'Sálvame'. (Mediaset)

El mismo día, este martes, el periodista Antonio Maestre, en La Marea, con un tono más conspiranoico, defendía una idea similar. Maestre ya no es de la camarilla de Iglesias y estaría más cercano a Yolanda Díaz, después de haberse mantenido fiel a las tertulias de La Sexta, pero su análisis sobre el cambio en Telecinco era similar: “La caída de Sálvame es una historia sobre la soberanía de los medios de comunicación y de cómo el poder no entiende de patrias. Si hay que entregárselo a los italianos y a los franceses para garantizar que los rojos queden fuera del control, no habrá problema. En el fondo, es todo muy sencillo: ni rojos ni maricones. El poder, para quien no trabaja”. Maestre va más lejos que nadie: vincula que Vivendi sea accionista de Mediaset para superar el 10% del capital en Prisa.

Ana Rosa, en el foco

La verdad es que la propia Ana Rosa ha puesto el foco sobre su persona cuando anunció en antena que se haría cargo de las tardes. “No os hagáis ilusiones”, comentó de manera divertida. “Hasta las elecciones, estaré fundamentalmente en la parte política. Dios reparta suerte”, declaró. Ella misma se ha erigido en la garantía de un determinado resultado de las elecciones, que la izquierda ha interpretado que es a favor del PP. Hasta diciembre, hará doblete. Un doble esfuerzo que le supondrá una fortuna en ingresos.

La propia Ana Rosa se ha puesto en la diana al anunciar su doblete de mañana y tarde

El problema es que esa misma izquierda haya comprado ese relato de que una hipotética victoria de Alberto Núñez Feijóo en las generales dependa del rol que juegue Ana Rosa. Sálvame nació en 2009. Y Sálvame ya era Sálvame en diciembre de 2011, cuando Mariano Rajoy salió escogido presidente. Y duró siete años. Es decir, vincular los vuelcos electorales a la parrilla de Telecinco no parece un acierto. Ni entonces ni ahora. Porque lo digan diversas voces de la izquierda a la vez no quiere decir que sea verdad, por mucho que hasta en el PSOE se ha teorizado sobre el peso que ha podido tener Jorge Javier Vázquez en el voto de determinadas mujeres de edad avanzada, el público objetivo de Sálvame.

Fuentes de Mediaset explican que Unicorn Content, la productora de Ana Rosa, está todavía trabajando en el formato. Pero será un espacio de entretenimiento, como en la época en que Ana Rosa era la reina de las tardes con Sabor a ti, entre 1998 y 2004. Esa es una de las razones para elegir a Ana Rosa: conoce la franja. El nuevo formato será de entretenimiento, no de actualidad política, como Más vale tarde. El objetivo no es competir con La Sexta, que tiene solo un 6,6%, sino recuperar terreno a costa de Antena 3.

Problema de relato

El 1 de marzo, Mediaset fichaba a la responsable de medios de Isabel Díaz Ayuso, Sandra Fernández, como directora de Comunicación. Una parte de la izquierda ha visto en este movimiento una apertura de peón del PP para preparar el terreno a los cambios en la programación. Pero, en realidad, Fernández se incorporó a Telecinco porque había desarrollado buena parte de su carrera en esa cadena. Si Ana Rosa conoce la tarde, Fernández entiende los vericuetos de una casa tan complicada como Mediaset.

Foto: Ana Rosa, en 'El programa de AR'. (Telecinco)

La izquierda muestra un problema de relato: vincular su discurso a un espacio televisivo como Sálvame tiene su punto de delirio. Y la derecha, un problema de concepto: si su victoria depende de que Ana Rosa haga doblete por las mañanas y por las tardes, Feijóo está en un brete. Sálvame es un formato desgastado que en los últimos meses no logra quedar por encima en audiencia de las alternativas que ofrece Antena 3.

Hubo Sálvames muy políticos. Y no fueron los especiales de Rocíito, sino tal vez el Sálvame Deluxe, dedicado a los amoríos del periodista Alfonso Merlos, el 25 de abril de 2020, en plena pandemia, cuando logró ese sábado un 20% de share y más de tres millones de espectadores. Donde los periodistas de medios de extrema derecha como el propio Merlos o Javier Negre quedaron retratados no desde su mejor perfil.

Foto: Jorge Javier Vázquez, presentador de 'Sálvame'. (Mediaset)

La apoteosis fue tal, que el programa acabó de madrugada como siempre con Jorge Javier pidiendo que pusieran Grandola Vila Morena, el himno antifascista portugués que pusieron en la radio los militares de la Revolución de los Claveles para movilizar las tropas contra el dictador António de Oliveira Salazar. Era 25 de abril, y Jorge Javier, otra cosa no, pero cultura tiene. Sin embargo, fueron la excepción. La norma siempre fue la frivolidad elevada al cubo. Si alguien recordase el Sálvame de 2017 dedicado al colaborador Kiko Hernández recogiendo en el aeropuerto a sus hijas fruto de una gestación subrogada, pensaría que Ana Obregón es un modelo de mesura.

En España, hay una izquierda con problemas. Pero su futuro no se dirime a cuenta de que Sálvame siga en pantalla, algo para lo que fue más importante el cambio de Pasapalabra de Telecinco a Antena 3 por orden judicial, que supuestas conspiraciones del PP para apoderarse del mundo catódico. Es televisión y la audiencia manda.

La izquierda española, como en La Guerra de las Galaxias, ha sentido una perturbación en la fuerza con la decisión de Mediaset de que Ana Rosa Quintana pase a las tardes de Telecinco, a la vez que pilota las tertulias políticas de las mañanas en la misma cadena hasta las elecciones generales. Para Gabriel Rufián o Pablo Iglesias, de repente, Sálvame se ha convertido en un espacio de referencia televisiva para este sector. Lo es su presentador, Jorge Javier Vázquez. Y en algún momento, el PSOE utilizó el tirón del programa entre las clases populares, como cuando Pedro Sánchez entró en directo en 2014. Igual que Irene Montero en 2020. Pero aunque los análisis coincidan, no quiere decir que sean ciertos. Ya cunde cierta psicosis de que la figura de Ana Rosa se convierta en una especie de caballo de Troya de la derecha, en un espacio que hasta ahora Jorge Javier pastoreaba para el socialismo.

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