Borràs no está dispuesta a ceder su acta y entorpecerá su sucesión en el Parlament

Laura Borràs se prepara para atrincherarse en el Parlament, lo que dificultará su relevo como presidenta,. Fuentes parlamentarias prevén que el movimiento sólo será posible después de las elecciones municipales. Borràs argumentará, en caso de que sea condenada por su reciente juicio en el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC), que su sentencia todavía no es firme porque recurrirá ante el Tribunal Supremo y se negará a entregar su acta de diputada hasta que se llegue a la última instancia judicial, según fuentes del entorno de la líder de Junts. Esa postura, coherente con lo que siempre ha mantenido Borràs, dificultará el relevo en la presidencia del Parlament, que por ahora está ocupando en funciones la republicana Alba Vergés quien fuera consellera de Salut en la época del covid.

Borràs considera que cualquier movimiento para desplazarla del Parlament alegando que no puede haber diputados condenados por corrupción, tal y como marca el Estatut de la Cámara, va en contra de su derecho a la presunción de inocencia. Pero este no es el criterio que aplica la Junta Electoral, tal y como se vio en el caso del diputado de la CUP Pau Juvillà.

Existe un consenso generalizado entre los grupos que el Parlament no puede seguir de manera indefinida con una presidencia provisional y más en una institución desacreditada y salpicada por múltiples escándalos, el último como su primera secretaria general, Inma Folchi, armó un sistema para que los altos cargos pudieran prejbilarse y estar en su casa cobrando fortunas sin trabajar. La propia Folchi fue la principal beneficiada: en seis años se embolsó un millón de euros por el concepto de “licencias de edad”.

ERC y JxCAT ya han pactado que vuelva a ser JxCAT la que ocupe la presidencia del Parlament. Pero para ello precisarán que la los grupos de la derecha –Cs, PP o Vox– recurran la situación de Borràs a la Junta Electoral. A partir de ahí se activarán los mecanismos para suspender el acta de Borràs y que corra la lista. Lo mismo que le pasó a Pau Juvillà.

En JxCAT tampoco hay unanimidad en quién ha de ser la sucesora de Borràs. Sí en que sea una mujer. Pero el sector más oficialista, que coincidiría con los cuadros del partido y con el presidente del grupo parlamentario, Albert Batet estaría a favor de que la sucesora fuera la ex alcaldesa de Vic, Anna Erra. En cambio, desde Waterloo se preferiría a la protegida de Carles Puigdemont la también ex alcaldesa, pero ésta de Girona, Marta Madrenas. En el grupo parlamentario esta sería la opción de diputados como Joan Canadell.

Grupo muy dividido

Pero esta no sería la única división en JxCAT, ya que los partidarios de Laura Borràs y de que no abandone su escaño bajo ninguna circunstancia. Aquí se incluirían diputados como Francesc de Dalmases, Aurora Madaula o Jaume Alonso-Cuevillas. Eso podría sumir Así que, de nuevo, el independentismo sería víctima de nuevo de la división que siempre generan sus propia iniciativas.

El futuro de la presidencia del Parlament divide en tres facciones a JxCAT

En el Parlament los grupos todavía no han iniciado movimientos en el relevo, ni entre ellos ni en la Mesa de la institución. PSC y la CUP, los partidos claves para el relevo en la presidencia prefieren que los tiempos se dilaten y que cualquier apoyo entre bloques a después de las elecciones municipales.

Resistencia numantina

Pero todos los movimientos acaban y empiezan en la resistencia numantina que plantearán Borràs y sus partidarios. No serán suficientes para armar una minoría de bloqueo. También dependerá de la rapidez con que el TSJC emita la sentencia, su sentido final y cuestiones colaterales, como la pensión de los expresidentes del Parlament, que ahora el PSC, y otros grupos parlamentarios, ha puesto en cuestión y pretenden anular.