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Aragonès desiste de sus planes de llevar los presupuestos al Parlament esta semana
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Cambio de ritmo en la negociación

Aragonès desiste de sus planes de llevar los presupuestos al Parlament esta semana

Salvador Illa está marcando terreno y convirtiendo en lenta una negociación que se quería rápida. Los comunes quieren subidas de impuestos y JxCAT ya no se considera de fiar

Foto: Reunión del Consell Executiu. (EFE/Quique García)
Reunión del Consell Executiu. (EFE/Quique García)
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El independentismo esperaba como inminente que esta semana se trasladasen al Parlament las cuentas para empezar la tramitación. No se hubiera llegado al 1 de enero, pero se habrían acortado los plazos. Ahora, Palau reconoce que ya no llevará los presupuestos de la Generalitat para 2023 a la Cámara catalana el próximo 7 de marzo, como se pretendía. Incluso se convocó un Consell Executiu para el festivo 6 de diciembre.

La razón del retraso es que el PSC no se conforma con añadir unas pequeñas modificaciones. Su secretario general y líder de la oposición, Salvador Illa, ya dejó muy claro que no iba a aceptar las premuras que le querían imponer desde la presidencia de Pere Aragonès y que iba a tomarse su tiempo. Así que Cataluña estará unos meses con presupuestos prorrogados, por lo menos hasta marzo.

Foto: Pere Aragonès y Salvador Illa, en el Parlament. (EFE/Alejandro García)

En el PSC, el temor siempre fue que los de Oriol Junqueras llevasen al Parlament los presupuestos y pretendiesen que se los votasen argumentando que era por el bien de la gente. Ahora ya queda claro que esto no pasará.

Al contrario, lo que plantea el socialismo catalán y su equipo económico en el Parlament, que lidera Alicia Romero, es que no se trata de maquillar una serie de medidas de los presupuestos que suponen desmontarlos y volverlos a configurar. El pasado viernes se reunió el grupo de trabajo de Salud, la mayor partida de gasto, y así se van a ir elaborando las cuentas en las que el PSC ya no es un agente con el que se pacta, sino un elemento activo que la consellera de Economía, Natalia Mas, tiene que tener más en cuenta de lo que esperaba cuando accedió al cargo y se encontró que tenía las cuentas prácticamente ya elaboradas por el trabajo que había hecho su predecesor: Jaume Giró.

Ahora todo eso vale poco. Para empezar, Illa ya ha advertido de que no es partidario de introducir cambios fiscales. No así los comunes, que quieren más presión fiscal para las rentas altas. Los comunes también son necesarios para el pacto, pero han dado más facilidades a ERC que lo que propone ahora el PSC, que plantea una reforma a fondo de las cuentas, incluyendo una revisión de los ingresos y los gastos previstos.

Foto: Pere Aragonès y Salvador Illa, en el Parlamento de Cataluña. (EFE/Marta Pérez) Opinión

El espantajo de JxCAT, que hasta ahora había sido utilizado para meter presión al PSC, ya no funciona. Cada día queda más claro que JxCAT no respaldará los presupuestos de la Generalitat, al contrario: Carles Puigdemont, desde Waterloo, aboga por forzar la dimisión de Pere Aragonès. Además, la idea de deflación del IRPF, que JxCAT ha copiado a Alberto Núñez Feijóo, es incompatible con la pretensión de los comunes de subir impuestos a los catalanes.

Socios posibles, socios reales

De manera que solo quedan dos socios posibles y reales: el PSC y los comunes. Un hecho que ERC ha estado negando durante meses. La CUP se bajó del carro a las primeras de cambio. Y ahora, por otras razones, lo ha hecho JxCAT.

Para ERC y Aragonès, la Ley de Presupuestos de la Generalitat para 2023, además, es su última posibilidad de intentar dejar un poso legislativo. Por eso, la Conselleria de Economía ha introducido una Ley de Acompañamiento que modifica más de 100 medidas y que se convierte en una especie de ley ómnibus del partido, que ya sabe que con 33 diputados podrá gobernar poco y legislar menos.

"Yo también tengo 33 diputados y más votos", advierte Salvador Illa. El tripartito presupuestario se pone en marcha y podría tener su extensión en algunos pactos poselectorales tras las municipales.

El independentismo esperaba como inminente que esta semana se trasladasen al Parlament las cuentas para empezar la tramitación. No se hubiera llegado al 1 de enero, pero se habrían acortado los plazos. Ahora, Palau reconoce que ya no llevará los presupuestos de la Generalitat para 2023 a la Cámara catalana el próximo 7 de marzo, como se pretendía. Incluso se convocó un Consell Executiu para el festivo 6 de diciembre.

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