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Unilateralidad, nuevo 'procés' y más propaganda: la hoja de ruta de la ANC
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LA NUEVA HOJA DE RUTA DE LA ANC

Unilateralidad, nuevo 'procés' y más propaganda: la hoja de ruta de la ANC

Lo que llaman lucha 'noviolenta' (sic), asegura la ANC, "es una lucha de inteligencia que no se basa en la fuerza y que defiende los derechos sin conculcarlos"

Foto: Manifestación independentista en Barcelona. (EFE)
Manifestación independentista en Barcelona. (EFE)

Unilateralidad, nuevo 'procés' y propaganda intensiva. Esos son los tres principales ejes del independentismo catalán que quedarán de manifiesto el 5 de mayo, tras la reunión general de la Asamblea Nacional Catalana (ANC). Su hoja de ruta es un canto a la ruptura con España y una espada de Damocles sobre las cabezas de los disidentes: la ANC se arroga el papel de controlar los consejos locales de la república e incluso el Consell de la república que preside Carles Puigdemont. Con una hoja de ruta radical, la ANC espera volver a controlar la calle y la movilización popular, que había quedado en manos de los CDR desde hace casi dos años. Y ante las elecciones del 28-A, la ANC pide en su hoja de ruta que los partidos independentistas "no permitan la gobernabilidad del Estado ni den apoyo a ninguna de las medidas presentadas en el Congreso de los Diputados".

La Asamblea tiene claro que ha de "emitir mensajes constantes y reiterados de acompañamiento emocional de la ciudadanía" y que su principal labor es "utilizar estudios de opinión, de voto, sondeos y todo tipo de herramientas de análisis para tener las pautas adecuadas para incidir en la opinión pública". Y, cómo no, "denunciar la causa de los presos políticos, exiliados y represaliados y pedir la anulación". Su estrategia jurídica tiene una sola meta: llevar a España a tribunales internacionales.

Foto: El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont. (EFE)

Pero ya piensa también en otro referéndum por las bravas. "Una vez condenados [los políticos independentistas], nos veremos obligados a generar un 'momentum' y exigir a la comunidad internacional que no permita otro golpe de Estado como el que hemos padecido". La ANC asegura que cuenta con algunos "elementos favorables", como "una mayoría absoluta en el Parlament, con 70 parlamentarios independentistas, unas organizaciones civiles estructuradas y fuertes en el interior del país y en el extranjero, el conflicto internacionalizado y la imagen internacional dañada del Estado español, una mayoría social creciente, un movimiento basado en la 'noviolencia' y la capacidad de crear un nuevo 'momentum'".

Lo que llaman lucha 'noviolenta' [así, todo junto, es un eufemismo que no considera violencia el ataque a sus enemigos, sino derecho de autodefensa], asegura la ANC, "es una lucha de inteligencia que no se basa en la fuerza y que defiende los derechos sin conculcarlos. Su objetivo es debilitar los pilares de poder del adversario a través de la planificación de acciones coercitivas, de protesta, de denuncia, de no cooperación o de desobediencia civil para conseguir cambios políticos". Esa 'lucha noviolenta' se considera "una alternativa a una aceptación pasiva de la opresión".

Los tres escenarios

Para la ANC, hay solo tres escenarios de futuro en Cataluña: realizar un referéndum pactado con el Estado español, el que descartan "por imposible"; un referéndum pactado forzado por algún organismo internacional, que también descartan o lo ven "muy poco probable"; y la "vía unilateral".

Para un referéndum, señala la hoja de ruta, debería revocarse el juicio contra los políticos del 1-O y que la consulta sea "vinculante y reconocida internacionalmente, con una pregunta binaria sobre la independencia efectiva y la constitución de un nuevo Estado independiente en forma de república".

Su intención es "alinear el Govern, el Parlament, el resto de instituciones [ayuntamientos y diputaciones] y la ciudadanía movilizada"

Sobre la vía unilateral, señala la ANC que "es el escenario que la Asamblea considera más probable, que depende de nosotros y nos permite ser proactivos; por tanto, prioricemos que hemos de actuar como si estuviésemos en este escenario". El único punto débil es "la falta de unidad estratégica de los partidos", entre ellos y la sociedad civil. Avanzan que, tras las elecciones del 28 de abril, las debilidades del Gobierno español "serán aún más importantes y por ello es preciso que el independentismo sepa aprovechar la situación".

Su intención es "alinear el Govern, el Parlament, el resto de instituciones [ayuntamientos y diputaciones] y la ciudadanía movilizada. Así, una vez estos actores estén alineados con el objetivo, será preciso revalidar la declaración de independencia en el Parlament y publicarla en el Diario Oficial de la Generalitat de Cataluña, hacer una proclamación solemne de la república Catalana ante el mundo, arriando la bandera española del Palau de la Generalitat y del Parlament, pedir el reconocimiento internacional de la independencia de Cataluña y constituirse en Estado. A partir de aquí, será necesario publicar los decretos de desarrollo de la Ley de Transitoriedad Jurídica, dejar en libertad a los presos políticos y organizar el retorno de los exiliados".

¿Elecciones anticipadas?

Adelanta también que, si tras las municipales y la finalización del juicio que se está celebrando en el Tribunal Supremo hay una estrategia conjunta de todo el independentismo, "es muy posible que Quim Torra disuelva el Parlament y convoque elecciones anticipadas". Si en esas elecciones las fuerzas soberanistas obtienen más de la mitad de los votos, "se podría culminar por la vía unilateral el proceso iniciado el 1 de octubre del 2017".

placeholder El presidente catalán, Quim Torra. (EFE)
El presidente catalán, Quim Torra. (EFE)

Recalca la ANC que esta entidad "tendrá que poner en valor toda su estructura territorial y proporcionarle formación y herramientas para garantizar la organización del territorio cuando sea necesario". Esa actividad, que objetivamente necesita de una férrea estructura paramilitar, "se ha de asentar en la defensa civil 'noviolenta', la cual habrá de ser ejercida por la población y sus instituciones, sobre la base de una preparación previa, de la planificación y de la formación. Por tanto, será preciso difundir este concepto entre la ciudadanía independentista más allá de los socios de la Asamblea".

Así, la ANC se reserva la tarea de fiscalizar el Consell de la república, que tiene su sede en Waterloo. "La ANC ha de liderar el desarrollo y la implantación a nivel local a través de los Consejos Locales de la república Catalana (CLdRC), de un nuevo sistema de gobernanza de la república". Se trataría, pues, de una red local de activistas que serían la piedra angular de la república, por lo que vendrían a ser una especie de 'guardianes' de la misma. Estos consejos, afirma la hoja de ruta, serán la herramienta necesaria para hacer efectiva la república en el territorio "desde la proximidad del mundo local. Se trata de un proyecto impulsado por la ANC que se ha de convertir en autónomo por sí mismo". Su cometido será "pasar de las palabras a los hechos".

Estos consejos, afirma la hoja de ruta, serán la herramienta necesaria para hacer efectiva la república en el territorio

Reconoce que el 'procés' ha estado aparcado durante dos años para priorizar el referéndum de autodeterminación, pero aboga por "recuperar este apartado para recoger desde las bases qué es lo que queremos que sea la república catalana". Se trataría de resucitar un nuevo 'procés' que recoja información desde las asambleas locales para redactar una Constitución catalana "que finalizará en un ejercicio de democracia directa, mediante un referéndum democrático para ratificar el texto constitucional". Evidentemente, este proceso sería supervisado exclusivamente por los 'guardianes de la república', o sea, los consejos locales formados por la propia ANC, porque son considerados como "vínculo de unión y confluencia de todos los actores soberanistas y de los demócratas defensores del derecho a decidir del pueblo de Cataluña".

La imprescindible unidad de acción

La ANC defiende también la unidad de acción independentista, "consolidar una única y nítida línea de acción estratégica y táctica independentista en cualquiera de los comicios electorales que se presenten hasta haber materializado nuestro objetivo fundacional, impulsando y potenciando que los partidos modulen la confrontación ideológica y táctica hasta que seamos un Estado independiente".

La entidad cívica también promete venganza contra las empresas que cambiaron su sede social desde el 1 de octubre de 2017. Y eso se traduce en organizar un boicot a sus productos. "A través del consumo estratégico, apoderamos a la ciudadanía para que por sí misma y con pequeñas acciones, pero que vistas en un contexto global tienen una gran afectación y repercusión, comiencen a hacer temblar los poderes fácticos establecidos durante décadas y favorezcan a otras empresas, a menudo más pequeñas o modestas, para que se conviertan en la nueva base empresarial y económica de la república catalana".

De ahí que a partir del próximo mes promuevan "herramientas informáticas que permitan poner de acuerdo a empresarios comprometidos con consumidores republicanos, para dar lugar a un 'mercado republicano' que priorice las relaciones comerciales y se convierta en una fuente de financiación para la república catalana mientras esta no sea efectiva".

Paralelamente, apuesta por controlar "el máximo número de instituciones de la sociedad civil" para que se conviertan en "herramientas de país" (por ello, los 'indepes' presentan candidatura propia en las elecciones a las cámaras de comercio que tendrán lugar este mes de mayo) o la potenciación de sindicatos separatistas "sin vinculaciones con sindicatos estatales".

Unilateralidad, nuevo 'procés' y propaganda intensiva. Esos son los tres principales ejes del independentismo catalán que quedarán de manifiesto el 5 de mayo, tras la reunión general de la Asamblea Nacional Catalana (ANC). Su hoja de ruta es un canto a la ruptura con España y una espada de Damocles sobre las cabezas de los disidentes: la ANC se arroga el papel de controlar los consejos locales de la república e incluso el Consell de la república que preside Carles Puigdemont. Con una hoja de ruta radical, la ANC espera volver a controlar la calle y la movilización popular, que había quedado en manos de los CDR desde hace casi dos años. Y ante las elecciones del 28-A, la ANC pide en su hoja de ruta que los partidos independentistas "no permitan la gobernabilidad del Estado ni den apoyo a ninguna de las medidas presentadas en el Congreso de los Diputados".

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